PRINCIPIOS ÉTICOS:
José María García-Mauriño
10 de Marzo 2013
Los principios que presento y comento fueron formulados por el
célebre jurista Ulpiano, un senador romano del siglo I d.c. fundador del
derecho Romano. Están expresados en latín por ser la lengua del Lacio. Los
hemos heredado de la cultura greco-romana e incorporado a nuestra cultura
occidental y sistema ético. Tienen
vigencia actual.
1.-
Pacta sunt servanda: respetar y cumplir
lo pactado.
En los últimos 10 años se han
celebrado más conferencias internacionales que nunca sobre alimentación,
educación y medio ambiente. Los países convocantes han adoptado miles de
compromisos, pero se olvidan al día siguiente. Cumplir con los compromisos
adquiridos y llevar adelante los acuerdos adoptados, el respeto a la palabra dada, es una norma mínima fundamental para
la convivencia que, sistemáticamente, es vulnerada.
Los jefes de Estado
o de Gobierno no tienen palabra, cada vez tienen menos credibilidad. ¿Qué ha
quedado del 0,7%, o de los acuerdos de Río de Janeiro sobre la capa de Ozono?
por ejemplo. Hay muchos otros ejemplos.
- Se habla de
"iniciativa de África" desde hace 15 años; sin embargo, ninguna de
las resoluciones de las Naciones Unidas, ninguna de las resoluciones relativas
a los países menos avanzados ha sido realmente llevada a la práctica.
Tampoco se han
respetado los acuerdos sobre el desarme de 1972. Se sigue bombardeando Irak a
pesar del alto el fuego en el Golfo de 1991.
La cumbre de la Tierra , Río de Janeiro 1992
y, posteriormente, el protocolo de Kyoto (1997) sobre el cambio climático
abordan la protección de nuestro planeta. La tasa Tobin aprobada como
instrumento de protección del medio ambiente se queda en pura teoría económica.
Aun cuando los compromisos de Kioto (2001) eran minimalistas, Bush y Berlusconi
confirmaron que no tenían la intención de respetarlos.
Se puede ver el
incumplimiento de los acuerdos de Israel y Palestina de pacificación y
convivencia (Oslo, 1993) y el distanciamiento de sus contenidos. Cómo EEUU no
acepta el Tribunal Penal Internacional, o constatar el abandono de EEUU junto
con Israel de la
Conferencia de Durban (África) para no aceptar el compromiso
antirracista, y un largo etcétera.
Los Tratados y
Convenios Internacionales no funcionan en un mundo regido por la violencia y
por la fuerza de las armas. El terrorismo funciona, la violencia funciona. Pero
ni el terrorismo ni la violencia son las armas de las personas civilizadas.
A escala más
reducida, en nuestro país, tampoco se respetan los programas políticos (Rajoy
lo ha reconocido recientemente respecto del suyo). Los Convenios Colectivos
entre trabajadores y empresarios después de muchas reuniones, asambleas,
votaciones, huelgas, no se llevan a cabo. Podríamos aportar muchísimos más
ejemplos, pero no se trata de ser exhaustivos, sino de presentar estos hechos
ya de por sí significativos.
2.- Alienum non laedere: no hacer daño a los demás.
Todos
los individuos
debemos respetarnos, ya sea por conciencia, ya sea por ley, puesto que nadie
tiene ni el derecho, ni la facultad de lesionar ni en lo físico, ni en lo
mental a ningún otro de sus semejantes. Mucha gente respetable afirma
con toda verdad no haber matado ni robado en su vida. Al menos que se sepa.
El peor de los
daños que se puede infligir a las personas es matarlas. Se mata por hambre a más 100.000 personas al día. Se
mata implacablemente en las guerras
de Iraq, Afganistán, Palestina, Siria, Libia, Malí, Congo, etc. Se mata a miles
de trabajadores en accidentes laborales todos los años por no respetar las
normas de seguridad. Las minas antipersonas siguen matando y mutilando.
No obstante, hay
muchas otras maneras de robar y matar. Además de la muerte física, hay otras
muertes. También se mata por impedir vivir una vida humana con dignidad. La
pobreza mundial, el desprecio por las personas y los pueblos. La manipulación
de las mentes y las conciencias. El acceso limitado a la sanidad y la
educación, en función de la capacidad adquisitiva del ciudadano. La Ley Wert , trata de
mercantilizar la Educación ,
y el PP lo hace con la Sanidad
pública, como si la salud de los ciudadanos/as se tratara de un bien
comercializable. Son daños incalculables.
Se hace mucho daño en esas relaciones
de subordinación en que se encuentra la
mujer o en las relaciones laborales de explotación de personas y de la
naturaleza tratadas como mercancías.
Así la Organización Mundial
del Comercio impone unos precios a escala internacional de productos imposibles
de comprar a personas necesitadas.
Se hace daño al
otro cuando el otro es la Naturaleza ,
puesto que la
Globalización tiende a transformar definitivamente el espacio
natural en espacio mercantil.
Es lo propio de la Globalización
capitalista.
Destruir la
confianza y violentar el lenguaje inutilizándolo como medio de comunicación
también es matar, hacer daño: es el "estado de la mentira" y la
mentira del Estado. Nadie se fía de nadie. Casi nadie se fía de los políticos,
de sus acuerdos o tratados, porque no tienen voluntad política de cumplirlos.
El mundo virtual, el de los Medios de Comunicación Social (MCS), el de las
apariencias, choca con el mundo de lo real y provoca unas relaciones de
desconfianza mutuas: no sabemos quien es de verdad el que tenemos delante ni lo
que de verdad quiere decir cuando habla.
3.-
Suum cuique tribuere: darle a cada uno lo
suyo.
No se respeta la
voluntad del donante. Muchos países hicieron donaciones que para aliviar los
sufrimientos causados en Centro América por el huracán Mitch (2002), por los terremotos
de Haití del 2010, las inundaciones del tsunami en el sudeste asiático y otros
desastres naturales, no llegan a sus destinatarios ni cumplen su objetivo, se quedan
en manos de los gobiernos y los banqueros en Nicaragua, en El Salvador, en
Haití….
Jugando con el
sufrimiento, en circunstancias tremendas, No sólo se juega con la vida y el
futuro de los damnificados se manipulan sentimientos de solidaridad de los
donantes y se siembra el virus de la desconfianza entre ellos para futuras
ayudas. Hay que devolver a su dueño lo que es suyo: al pueblo de Filipinas los
robos que realizó el presidente Marcos; en España el robo de los bancos
europeos, el escándalo de Bankia, etc.
Es el estado de
Corrupción y la corrupción de los Estados.
¿Y qué decir de la
estafa del sistema financiero al que los ciudadanos sin más opción seguimos
alimentando a través de nuestros impuestos? Muchos juicios, muchos documentos,
muchas declaraciones, muchos testigos, pero aquí nadie devuelve un duro, un
euro.
Es absolutamente
inmoral que el Fondo Monetario Internacional no devuelva al Tercer Mundo todo
lo que le está quitando con la
Deuda Externa y los Planes de Ajuste estructurales. Lo mismo
ocurre ahora en España con la
Deuda.
Restituir,
indemnizar, a víctimas del hambre, del terrorismo, de la esclavitud, del trabajo
precario, del paro, de las violaciones, etc. es devolverle a cada uno lo que es
suyo. A escala privada, nacional, regional e internacional. A robo global
restitución global. Por lo menos hay que planteárselo.
Eliminar los
llamados paraísos fiscales, situación de privilegio de los ricos y los
financieros que roban al Estado los impuestos que debería aportar cada contribuyente.
En ellos se dan cita las organizaciones criminales y terroristas de todo el
mundo. No hay presión fiscal y gozan de un secreto absoluto. Son un centro de
blanqueo de dinero negro proveniente del narcotráfico, de la prostitución y del
crimen organizado. Una de las primeras acciones de Bush fue oponerse a la
ofensiva de la OCDE
y la Unión Europea
contra los paraísos fiscales.
4.-
Honeste vivere: vivir
honestamente.
Este
precepto
se refiere a la superación de las personas en función de sus propios méritos y
trabajo. Los individuos podían tener tanto como se esforzaran por
lograrlo. Obviamente, estos logros y crecimiento deberían estar contenidos
todos dentro de un marco legal, alejado totalmente de lo ilícito.
Vivir
honestamente implica comportarse conforme a elementales principios éticos. Coherencia entre
pensar, hablar y actuar. Vivir del trabajo y no del cuento, ni de las revistas
del corazón, ni de los paraísos fiscales, ni de beneficios exorbitados. No
quedarse con dinero ajeno (pagar salarios injustos, aunque sean legales). Entraña
relaciones humanas en justicia y en verdad. Especialmente lleva consigo la
honradez económica, la honradez intelectual, la honradez política.
La honestidad y
coherencia ante el pobre, el que sufre, los pueblos aplastados, los
inmigrantes, es lo decisivo y determinante para una conciencia ética. En este
vivir honestamente es evidente que hay que jugar limpio en la vida. Y
quiere decir también firmeza y valentía en la convicción y defensa de los
excluidos, de los que sufren, de los explotados, ser siempre voz de los de
abajo: la voz de los sin voz.
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