martes, 6 de mayo de 2014

ELECCIONES EN EUROPA, MAYO 2014


¿OTRA EUROPA ES POSIBLE?

José María García Mauriño
5 de Mayo de 2014


Cinco razones para decir que NO a esta Unión Europea:

Introducción:
Necesitamos un análisis riguroso acerca de lo que queremos decir cuando decimos “Europa”, o “Constitución Europea”. Plantearnos preguntas como: ¿Cuál es la finalidad real de Europa, su modelo socioeconómico, sus límites geográficos, su cultura? ¿qué se unifica, que se constituye? No procedemos por consignas de votar a Europa como pretenden los partidos políticos (”podemos”) sino por conocimiento riguroso de la situación real de Europa. Hoy día, la realidad social de una Europa es de 109 millones de pobres, más de 32 millones de parados  y 8 millones de inmigrantes sin papeles. El panorama que nos presenta el Tratado de Lisboa de 2008, que es el que rige actualmente, es la Europa del capital y de la guerra, con serias consecuencias para la vida diaria de las personas. Votar o no votar, el problema es hacerlo en conciencia. Que cada cual haga su propio análisis para saber qué se vota, qué consecuencias tiene, o por qué no vota. Todos tenemos derecho a ejercitar el derecho a participar en el proceso democrático, aunque sea cada 4 años o en ocasiones más puntuales, como esta de Europa, pero no hay obligación de votar.

1.- El Tratado de Lisboa:
 El Tratado Constitucional europeo de 2005 fue rechazado en los referendos francés y holandés de mayo y junio de 2005, y provocó una paralización en el proceso de ratificación de varios países, Europa estuvo sin Constitución durante dos años, y en ese tiempo de reflexión se elaboró un nuevo Tratado.  El 13 de diciembre de 2007, los Jefes de Estado y de Gobierno reunidos en la capital portuguesa, aprobaron y firmaron el Tratado de Lisboa, un tratado que recoge la mayoría de los avances establecidos en el Tratado Constitucional.
Tras un largo y complejo proceso de ratificación, el 1 de diciembre de 2009, el Tratado de Lisboa  entró en vigor con el título “Versiones consolidadas del Tratado de la Unión europea y del Tratado de funcionamiento de la Unión europea”. Este nuevo texto “inaugura la nueva Europa del siglo XXI”.

Una de las cosas importantes  a tener en cuenta de este Tratado de Lisboa (TL) es el enorme déficit democrático que ya viene arrastrando desde la pretendida Constitución Europea (CE) de años atrás (2005). Después del NO de Francia y Holanda a esa CE,  y el amplio periodo de “refundación” del Tratado, la han ratificado los 27 miembros por la vía del voto del Parlamento Nacional, y no del referéndum de los ciudadanos. Irlanda dijo que No y se volvió a consultar, y de nuevo fue el Parlamento el que asintió a la firma. Este TL supone que algo ha cambiado para que todo siga igual en la más pura línea neoliberal. Los gobernantes de los 27 tienen miedo a sus pueblos. No quieren saber nada de lo que piensa y quiere la gente. Significa un total desprecio por la ciudadanía, es decir, a los trabajadores, inmigrantes, pensionistas, parados. Este TL ha salido al margen de toda consulta popular y está vigente desde el 1 de diciembre de 2009,  aun en contra de los intereses de la ciudadanía y de la mayoría de los derechos y libertades de los más de 500 millones de europeos. Los líderes europeos han renunciado a construir una Comunidad de ciudadanos, optando por una asociación de Estados.

Este Tratado tiene 4 partes : 1) El Tratado de la Unión europea 55 artículos. 2) Tratado  del funcionamiento de la UE 358 arts. 3) Protocolos 37 arts.  4) Declaraciones 65 arts. En Total 515 artículos.
Es todo un Tratado, no es una Constitución. El título lo dice bien claro: “Versiones consolidadas del Tratado de la Unión Europea y del Tratado de funcionamiento de la Unión Europea”. Se trata de una refundición de anteriores tratados. Una Constitución funda un Estado, mientras que un Tratado puede, a lo sumo, crear una organización internacional. Y tanto la Comunidad europea, como  la Unión europea han continuado siendo organizaciones internacionales. No se trata, por tanto, de una Constitución, sigue siendo una pacto entre los Estados que atribuyen facultades a la Unión. Este Tratado solo tiene, pues, la apariencia de una Constitución. Es realmente un Tratado y como todo Tratado será obligatorio y aplicado al conjunto de las instituciones europeas y nacionales.
Se le puede llamar en todo caso “Tratado constitucional”, pues hay una utilización abusiva del término Constitución. Recurrir a un Tratado que quiere establecer una obligatoriedad jurídica, significa tratar de pasar por alto la soberanía popular para imponer, mediante un acto solemne, los principios del liberalismo económico. La sanción de una Constitución proviene siempre de la soberanía popular. El perjuicio infligido a la democracia es proporcional a la mención de tratar de imponer una Constitución a través de  un Tratado. Es un engaño, un fraude.

2.- El Parlamento:
El Parlamento:
Lo forman 736 parlamentarios, Antes eran 626. Un máximo de 750 representantes. En proporción con la población: ningún país tendrá más de 96 escaños. Un mínimo de 6 representantes por país. Por periodos de 5 años. (Art, 6 del Tratado de la Unión). Es la única institución que es elegida democráticamente.  No tiene competencias legislativas, a no ser en co-decisión con el Consejo de Ministros que es el que tiene el verdadero poder legislativo (Art. 16 del Tratado de la Unión). Ni capacidad presupuestaria, a no ser en co-decisión con el mismo Consejo. Tampoco puede designar un Ejecutivo. Está sometido al poder ejecutivo y a los poderes económicos y además está excluido de la política exterior. Y  hace muy difícil el control democrático del Consejo de Ministros y de la Comisión. En su seno domina tradicionalmente la derecha. Y hay un gran desequilibrio entre diputados y población representada. Los ciudadanos no tenemos modo de exigir a los eurodiputados responsabilidades políticas. Solo tiene que estar informado o consultado, pero que no pinta casi nada en la aprobación de las decisiones sociales,  políticas o militares.

El Consejo de Ministros:
El Consejo ejerce, junto al Parlamento, las funciones legislativa y presupuestaria. Es el que está facultado para la toma de toda clase de decisiones. Está compuesto, en cada una de sus formaciones (agricultura, educación, sanidad, transportes, etc. )por un representante de rango ministerial, nombrado por cada Estado y es el único facultado para comprometer al Estado miembro. El solo, sin control democrático, sin participación popular, sin ser elegido democráticamente.

El hecho de estar citado tantas veces (Se  habla de él en 473 ocasiones)  en este Tratado significa el enorme poder de decisión que tiene en muy distintos ámbitos. Este Consejo es el que tiene la facultad de pronunciarse ante los distintos problemas. El  Parlamento solo es consultado. Y sus pronunciamientos son por mayoría cualificada. La decisión que se tome en cualquiera de los asuntos siempre estará en sus manos, no en las del Parlamento. La cualificación le viene dada por la mayoría de Estados miembro que representen al menos el 60 % de la población de la UE, no por otra cosa no por la competencia o idoneidad de los ministros. Y empieza a regir a partir del 1 de Nov. de 2009
La Presidencia la representa cualquier miembro por rotación en condiciones de igualdad. Menos el Ministro de Exteriores que no cuenta, porque estará al frente .de la política exterior europea. Y durará al menos por un año. ¿Será lo mismo la presidencia de Lituania que la de Francia? ¿Están en las mismas condiciones de igualdad, los países del Este que los del Centro de Europa?

3.- El Mercado, el euro y el Banco Central Europeo:
El proyecto capitalista que contiene la UE, está firmado por los Parlamentos de los 27 países de la UE, no por los ciudadanos, por lo tanto, carece de legitimidad democrática.
El Tratado de 1992 se firmó en Maastricht, ciudad holandesa, el 7 de febrero de 1992 y entra en vigor el 11 de noviembre de 1993 (casi 2 años después) En ese Tratado se toma la decisión de crear una moneda única, el EURO, y entra en vigor el 1 de noviembre de 1999. También se funda el Banco Central europeo. Consecuencia: el que manda en la UE es el proyecto capitalista que se llama Mercado. Este se sostiene con estos 3 pilares: el Fondo Monetario Internacional, con sede en París (Francia) y liderado por Cristine Lagarde, el Banco central europeo, con sede en Frankfurt  (Alemania) y liderado por el italiano Marco Draghi. Y la Comisión liderada por Durao Barroso, con sede en Bruselas. Esta es la Troika.

En el Mercado, el Euro, es el único vínculo que une a los 27 países de la Unión. El € une económicamente, pero no políticamente a los países europeos. No hay construcción europea. Hemos empezado la casa por el tejado. “Con tal de que la economía vaya bien, las personas importan menos” (dice el FMI). El Mercado común ha desembocado en una moneda única y en un Banco Central sobre el cual ningún gobierno ni instancia democrática, tiene control alguno. En el art, 120 del Tratado  de Funcionamiento y en el 3.3 del Tratado de la Unión, se pronuncia por “una economía abierta de Mercado y altamente competitiva”.  Todo esto se hace, sin contar con los ciudadanos. “La voluntad del pueblo es el fundamento de la autoridad de los poderes públicos”(art. 21,3 de los Derechos Humanos). Y por otro lado, empujamos a la competencia de unos contra otros. El denominador común a los 27 es el Mercado, no es la unión política de los ciudadanos. Y este mercado común ha desembocado en la creación de una moneda única, el Euro, y de un Banco Central, sobre el que ningún gobierno ni ciudadanía tiene control alguno.

La construcción de Europa tiene que pasar necesariamente por el tamiz democrático. No sólo lo que digan los Parlamentos, sino sobre todo lo que piensen y digan los ciudadanos. No hay verdadera democracia sin debate, sin conflicto. La globalización que nos impone el discurso oficial olvida al pueblo.

Dos cosas más.
 Una, Es de todos sabido que no existe la palabra “público” en el texto del TL. Ha sido sustituida por esta otra “servicios de interés económico general” (SIEG). Pues bien, en este nuevo contexto mundial, la Unión concentra todo su potencial en el sector servicios, que supone en 70% del PIB comunitario, de toda la riqueza que genera la UE. En la prestación de los SIEG operan adecuadamente las reglas del Mercado Único, ya que desarrollan las empresas del sector servicios, de dimensión comunitaria, como son los nuevos mercados del Agua, la Educación, la Sanidad y las Pensiones. Liberalizar significa tanto como hacer participar los servicios públicos en la dinámica del Mercado. Todo tiene un precio, todo se vende y se compra. Lo importante para las empresas privadas es obtener un beneficio, una rentabilidad, a toda clase de mercancías.  En el contexto constitucional, aparecen elementos clarificadores respecto a estos objetivos. se propone “un crecimiento económico equilibrado y la estabilidad de precios en una economía social de mercado altamente competitiva, la libre circulación de capitales, la independencia del Banco Central Europeo (BCE) y la estabilidad de precios como su objetivo principal”. Todos ellos son paradigmas neoliberales importados del Tratado de Maastricht (1992) y del Tratado de Ámsterdam (1997), donde se concretan los criterios monetaristas de la construcción europea que, contra viento y marea, se aplican independientemente de las necesidades específicas de cada país.

Dos: En el Tratado se reconocen los “derechos, libertades y principios” pero se interpretarán a la luz de la Carta. Los derechos fundamentales “formarán parte del Derecho de la Unión, como principios generales” (Art, 6 3). Es decir, que no se pueden exigir como Derechos, porque ya no tenemos Derechos, sino solo principios. Por ejemplo, no se reconoce el Derecho al trabajo, como exigencia de un puesto de trabajo, sino el “derecho a trabajar”, que es casi lo mismo que el derecho a bailar o a pasear. Sin embargo, cuando trata de la ejecución de las políticas y acciones no rechaza claramente toda discriminación por razón de sexo, raza, o etnia, sino que se limita a decir que “tratará de luchar” (Art, 10 del Funcionamiento) contra toda esa discriminación. Resulta llamativo que teniendo todo el poder digan que tratan de luchar como si no lo pudieran realizar.

No reconoce los derechos de los Inmigrantes. Si no pertenece a algunos de los Estados miembro no tendrá ciudadanía europea por más tiempo que pertenezca en la UE. Controla y mantiene una vigilancia eficaz de las fronteras exteriores y toda clase de flujos migratorios (Mantiene las desigualdades y discriminación con los otros trabajadores de la UE, generados por el capitalismo global y  que está en el origen de las migraciones anteriores. Y fomenta la desunión e incluso la lucha entre los mismos trabajadores.



4.- La OTAN, la política de defensa  
Lo más llamativo de este TL es la vinculación que hace de la Política Exterior de la UE con la Defensa. Y la Defensa de la que trata en este capítulo no es la defensa de sus valores, libertades y derechos (Arts, 3 y 6), sino la defensa militar del territorio de cada Estado y la defensa del terrorismo. Parece que se hace un solo Ministerio unido el de Defensa y el de Asuntos exteriores. La defensa está vinculada a su vez a la Seguridad. Y para mantener la Seguridad es preciso armarse hasta los dientes. Los europeos se sienten seguros si existe un poderoso ejército detrás. Su seguridad no la ponen en el llamado Estado de Derecho, sino, por encima de todo, en el armamento. La defensa de los países de la UE es por la fuerza bruta, por la violencia de las armas, no por la fuerza del Derecho. Apuestan claramente por una militarización de la política exterior de la UE.

Hay tres circunstancias que conviene anotar.
a)    En primer lugar, el TL postula misiones militares fuera de la UE (art. 42,1), con el  claro propósito final de contribuir a la lucha contra el terrorismo. (Art 43,1). Estas misiones abarcan múltiples actuaciones. Esas misiones tienen como objetivo garantizar el mantenimiento de la paz, la prevención de conflictos  y el fortalecimiento de la seguridad internacional (art.42,1), es decir, la Guerra Preventiva.
b) En segundo lugar, el texto político-legal se refiere al rearme militar constante y  periódico de la UE. Los Estados miembros de la UE adquieren el compromiso de mejorar progresivamente sus capacidades militares. (art.42,3). Y para llevar adelante este cometido, para controlar este rearme progresivo y llevar a cabo parte de él, se crea la Agencia Europea de Defensa (antes se la llamaba “Agencia de Armamento, Investigación y Capacidades Militares”), cuyo cometido será el "mejorar progresivamente sus capacidades militares(…) desarrollo de las capacidades de defensa, la investigación, la adquisición y el armamento (…) y reforzar la base industrial y tecnológica del sector de la defensa, y a la mejora de las capacidades militares" (art. 42,3,b).
c) En tercer lugar, se trata de la cooperación estructurada permanente. Este término se repite machaconamente, unas 8 veces en el art 46,1-6. Es propia de algunos Estados miembro, no de todos, que hayan suscrito compromisos más vinculantes en la materia para realizar las misiones más exigentes. (Art.42,6) Y le dedica todo un  Protocolo, el número 10 (pág. 275) para explicarlo: se trata, en definitiva, de acometer de forma más intensa el desarrollo de sus capacidades de defensa, mediante el desarrollo de sus contribuciones nacionales (…)y en fuerzas multinacionales(…) a estar, a más tardar en 2010, en condiciones de aportar unidades de combate específicas para las misiones previstas (…) capaces de emprender misiones definidas (…) en un plazo de 5 a 30 días, en particular para atender a solicitudes  de la ONU. (art.1) . Y también lo que constituye el gasto militar, es decir, a cooperar en el nivel  de gastos de inversión en materia de equipos de defensa (art.2).

Se menciona, en fin, el compromiso de respetar las obligaciones que, contraídas por algunos miembros de la Unión, se derivan del Tratado del Atlántico Norte, la OTAN; (art.42,2). Ninguna vocación, pues, de ruptura con esta institución, en su 90 % dependiente de EEUU, antes al contrario, con respecto a lo que ya sabemos que ha sido la política militar de la UE realmente existente, en este TL se ha consolidado y ampliado. Para gestionar los desafíos de seguridad que tiene el mundo en este siglo XXI. exige  la cooperación de los países democráticos. La UE en solitario no puede resolverlos, se necesita de la fuerza multilateral en el marco de la OTAN. cuya potencia y estructura supera las fronteras europeas.

5.- El nuevo tratado comercial de inversiones EEUU-UE (El TTIP)     
Las siguientes etapas del proceso de imposición de la gobernanza económica en la UE ya se están preparando, entre otros por los “Cuatro Grandes Gángsteres”, a saber: el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso; el presidente del BCE, Mario Draghi; y el presidente de los ministros
de economía de la Eurozona (antes Claude Juncker, ahora Jeroen Dijsselbloem).

Los EEUU son 50 Estados que se han unido en una Constitución. La UE son 35 Estados que intentan unirse. Los dos, EEUU y UE firman un Tratado, Pero EEUU tiene Tratados también con la China capitalista y con el Japón.

El Tratado de Libre Comercio entre UE y EEUU
Los gobiernos de la Unión Europea y los EEUU están preparando una nueva ofensiva: un escandaloso tratado transatlántico de comercio e inversiones que pretende completar las agresiones de la troika. La banca, la industria financiera y las corporaciones transnacionales se están frotando las manos. Mientras tanto, organizaciones sociales de ambas regiones han comenzado a coordinarse para descarrilar las negociaciones. Cada mes o dos meses -a puertas cerradas- delegaciones de la Comisión Europea y del Gobierno de los EEUU conducen rondas de negociaciones de la denominada “Asociación Transatlántica de Comercio e Inversiones” (TTIP, por sus siglas en inglés).

Considerando que EEUU y la UE representan todavía el 40% del PIB y un tercio del comercio internacional, las negociaciones de un acuerdo transatlántico de libre comercio entre ambas potencias deben ser analizadas bajo el prisma de los intereses geopolíticos que hay detrás. En un mundo cada vez más multipolar las elites y el gran capital de ambas orillas no quieren perder ese poder económico, intentan unirse más y reafirman su rol hegemónico en el mundo. En realidad, este pacto transatlántico plantea numerosas y graves amenazas para la población, el medioambiente y las economías. El TTIP se usará para eliminar regulaciones sociales, laborales y ambientales que hasta la fecha han protegido -de forma limitada- ciertos derechos de las personas. Asimismo concentrará todavía más -si cabe- poder económico y político en las manos de las elites en ambos lados del Atlántico.

En resumen:
-      nada de democracia en la aprobación de los Tratados.
-      Se rige por el proyecto capitalista propio de las transnacionales.
-      Prioridad a la política exterior de defensa, de la guerra.

Conclusión: Otra Europa es imposible:
No es posible por ahora otra Europa, que esta del Tratado de Lisboa, porque ha costado mucho llegar hasta aquí. Y porque los dirigentes no están dispuestos a elaborar otro Tratado distinto, mejorando el de Lisboa. Y  mucho menos están dispuestos a que se ratificara por referéndum popular. Ya han visto el resultado y no hay interés en cambiar nada.
Hace ya muchos años, los padres del proyecto europeo decían: “Nosotros, padres del proyecto europeo, no vemos reflejado nuestro sueño en la UE que estáis construyendo. Anhelábamos una Europa democrática de ciudadanos y estáis haciendo una Europa desigual de mercaderes, con más de 40 millones de pobres y cientos de miles de auténticos esclavos”. (Carta de Adenauer, De Gasperi y Schuman, Alemania, Italia, Francia, a los líderes europeos) Hace unos 25 años se respiraba por Bruselas una auténtica “mística” europea convertida hoy en un escepticismo popular despectivo. Y uno de vuestros sociólogos más ilustres (Edgar Morin) acaba de escribir que “la victoria de la economía europea es el naufragio de la idea europea”.

Toda la retórica de la Unión Europea es una ficción cuyo único principio de realidad consiste en un mercado y una moneda común. Lo que se ha unificado no es la libertad de las personas y su lenguaje (idioma) sino la libertad del dinero y su lenguaje (moneda). Las instituciones democráticas y las leyes no están antes sino después de la competitividad y las políticas monetarias. La independencia política del Banco Central Europeo y la irresponsabilidad del libre movimiento de capitales respecto a sus consecuencias catastróficas, así lo atestiguan. Esta peculiar transferencia de soberanía del Estado al Mercado supone el suicidio de la democracia al otorgar a la economía capitalista grados de libertad incompatibles con los derechos civiles y los derechos humanos.
La desigualdad entre las personas, las clases sociales, los géneros, las razas y los países, son el punto de partida y también el de llegada de una Europa cuya única identidad compartida es la sumisión a los capitales que se mueven libremente gracias al mercado y la moneda única que los poderes públicos han propiciado.

Las alternativas que proponen los partidos políticos:
La subordinación de la izquierda a las leyes del mercado recibe el nombre de “modernización”. La izquierda modernizada solo puede protestar contra los efectos de la globalización, la competitividad y la moneda única. Pero todas sus propuestas forman parte del problema porque comparten las causas aunque discrepe de los efectos. Aunque, momentáneamente y en un lugar determinado, consiga mejorar las condiciones de una plantilla despedida o el retraso de una deslocalización, ese éxito parcial y aparente, al estar desconectado del proceso de agresión general y resistencias dispersas, solo sirve para agravar el problema.
¿Se puede tratar de cambiar Europa desde el voto a un Parlamento que no tiene ningún poder de decisión legislativa? No es cuestión de “voluntarismos”  de querer construir con nuestro voto una Europa de los ciudadanos, de los trabajadores/as, de los inmigrantes, una Europa más justa y solidaria, que respete los Derechos humanos, etc. sino de ser conscientes de la realidad neoliberal y antidemocrática que atenaza jurídicamente a esta Europa del siglo XXI que imposibilita cualquier cambio en profundidad.

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