domingo, 27 de diciembre de 2015

LA CIENCIA DESCUBRE ERRORES DE LA RELIGIÓN CATÓLICA



José María García Mauriño
 Enero de 2016

Por una parte,  todos sabemos que a cada cultura le corresponde una religión. Y a la cultura occidental, le correspondió la religión cristiana, en su amplia gama de católicos, protestantes, anglicanos, luteranos, calvinistas, etc. Y estas creencias siempre han tenido problemas con la ciencia. La relación entre ciencia y fe siempre ha sido problemática. En la actualidad, la ciencia moderna, la cosmología, ha puesto en tela de juicio una serie de afirmaciones que eran tenidas como verdades reveladas y resulta que no lo son. En los últimos tres siglos, el avance científico ha sido espectacular, y la antigua cosmovisión religiosa, a base de retroceder y retroceder, ha acabado saltando hecha pedazos.

Por otra parte,  desde los inicios de la Filosofía griega, sabemos que se han estudiado en profundidad los temas del Mundo, el Ser Humano, (SH en adelante),  y Dios. La relación que se da entre ellos ha atravesado toda la Historia de la Filosofía occidental. Vamos a ver cómo se relacionan estos tres temas, Mundo, Dios y SH  en una problemática teológica que los envuelven. Tratamos de ver cómo la ciencia, la razón, descubre una serie de errores que se tomaban como verdades propias de la fe católica.

Todos o casi todos los errores de  la teología católica, referentes al Mundo y al SH, estriban en la afirmación de que Dios creó el mundo de la nada. Lo creó en 6 días y puso en el centro del Mundo al Ser Humano como centro del universo. Esta es la primera relación  entre Dios, el Mundo y el SH.

1)    Dios no creó el Mundo, el Mundo es el producto de una explosión, que los científicos llaman el Big-Bag. En la cosmología moderna, el origen del Universo es el instante en que apareció toda la materia y la energía que existe actualmente en el Universo como consecuencia de una gran explosión. La postulación denominada Teoría del Big Bang es abiertamente aceptada por la ciencia en nuestros días y conlleva que el Universo podría haberse originado hace unos 13.761 millones de años, en un instante definido.
2)     No hay un solo Mundo, puede haber varios. Durante milenios, los humanos, en la mayor parte de nuestras culturas y religiones, hemos pensado no sólo que éramos el centro, sino que éramos únicos. Este mundo, nuestro mundo, era «la» creación de Dios, la niña de sus ojos, la obra de sus manos, y no había más. Por suponer que había otros mundos, y tal vez otros universos, la Congregación para la Doctrina de la Fe (entonces llamada Sagrada Inquisición) quemó vivo a Giordano Bruno, (1548-1600) en la Piazza dei Fiori de Roma, y arrojó sus cenizas al Tíber. La unicidad del mundo, formaba parte de ese plan de Dios que nos creó y nos redimió, fue un supuesto básico, aparentemente evidente, e impuesto a sangre y fuego.
3)     La nueva cosmología ha superado la unicidad del mundo humano. El mundo no es así, no es “único”. Nuestra Tierra no es sino un planeta más del sistema solar, y el Sol no es más que una de tantos millones de millones de estrellas. El uni–verso quizá no es tal; hace tiempo que hay científicos que intuyen que tal vez sea un multi–verso.:En 2014 ya estamos llegando a los 1500 planetas. Sabemos que tal vez serán trillones. Muchos de ellos capaces de albergar la vida. ¿Será una vida como la de nuestro planeta? ¿Habrá en ellos vida animal, vida humana, vida inteligente, vida espiritual...? Una cosa parece clara:: este planeta nuestro no es «el plan de Dios» concreto que siempre estuvimos pensando que era.
4)    El SH no proviene de una sola pareja, Adan y Eva, que nunca existieron, sino de una serie de células vivas. La nueva cosmología cree ya saber que no somos descendientes de una primera pareja, de los llamados nuestros primeros padres. No hubo tal pareja. La idea de una pareja primordial es una imagen mítica, muy sugerente, que vehicula la idea de la creación divina del ser humano, pero no se corresponde en absoluto con las evidencias de la ciencia actual. Aunque desde siempre nos ha parecido un dato esencial de la fe judeocristiana (todavía Pío XII advertía a los científicos que no podían poner en duda el monogenismo, porque, por la fe, el judeocristianismo «sabía» que procedemos de una única primera pareja), la ciencia sabe que la evolución biológica de la que somos resultado todos los seres vivos de este planeta no procede de ese modo.
5)     No hay pecado original, si no hubo primeros padres, si consecuentemente no hubo un pecado primordial contaminante de toda la humanidad,  ni hizo falta expiar un pecado original que no existió. Tampoco hace falta un Bautismo, que no tiene que “lavar” ninguna mancha de un pecado que ningún niño cometió.
6)     La nueva cosmología y las ciencias de la vida en general denuncian el llamado especismo, el abuso de poder perpetrado por la especie humana el homo sapiens, según la cual esa especie, la especie humana, se autoproclama la dueña del mundo, el «fin de la creación», con derecho a utilizar todo el cosmos como «recursos» a su servicio El homo sapiens no tiene derecho a someter cruelmente a las otras especies, a intervenir y degradar ambientes que son el nicho ecológico de infinidad de otras especies. Esto, que hoy a la ciencia le parece claramente un error sobre el mundo, el homo sapiens lo ha racionalizado en la mayor parte de las culturas mediante una ideología religiosa: serían los dioses mismos quienes habrían creado la naturaleza para servicio del ser humano, confiándosela bajo su autoridad absoluta. El ser humano sería el rey de la creación, dueño del mundo, por ser lugarteniente de Dios y haber recibido el mandato de dominarlo. Nada de dominio, el cuidado de todo ser vivo, formando una unidad viva, del SH con el planeta y todos los seres vivos.
7)      No hemos sido hechos a Imagen y semejanza de Dios, somos Tierra. No es verdad que fuimos creados «a imagen y semejanza de Dios», a diferencia de los demás seres vivos, que habrían sido creados sin esa pretensión de ser «hijos de Dios» (algo más que simples creaturas). No fuimos creados aparte, en un «sexto día»; no hubo un tal sexto día, sólo para nosotros. Porque en realidad ni siquiera fuimos creados, un día, y de la nada. Somos una especie que, como todas, proviene de otras, que a su vez provienen de otras más antiguas... que empalman con los primeros seres vivos en esta Tierra, las bacterias, de hace unos 3.500 millones de años. La nueva cosmología piensa que todas las formas de vida de este planeta, en realidad forman una unidad: son la misma Vida.
8)     La nueva cosmología subraya nuestro carácter radicalmente terrestre, telúrico: somos Tierra. No somos espíritus inmateriales, o almas (entelequias metafísicas o sobrenaturales), «venidos a este mundo», como desde fuera, o desde la mente de Dios, al margen de la Tierra. No hemos sido puestos en el mundo por una mano ajena al mundo. Hemos surgido de él. Somos la flor (tal vez) del proceso evolutivo de la vida que se ha dado en este planeta. Por eso... somos tierra, ¡la Tierra!, que en nosotros ha llegado a tener conciencia, a reflexionar, a amar, a contemplar... Los seres humanos no seríamos en realidad de este mundo, sino de otro, del mundo superior, del de los dioses... Seríamos «hijos del cielo», no de la Tierra, caídos accidentalmente en este mundo, pero debiéndonos sentir siempre como ciudadanos del cielo, peregrinos en patria extraña, siempre ansiando liberarnos de las ataduras de este mundo para llegar un día a nuestro destino celestial. Este error sobre el mundo repercutió en un error sobre la espiritualidad: se lo percibió como llamándonos siempre a la renuncia respecto a todo lo material, a la superación de los afanes mundanos (la huida del mundo, el desprecio de todo lo “mundano”, el mortificarse, ir contra los propios instintos, etc), a una espiritualización y una divinización entendidas como huida de la materia, del mundo, de la carne, de las preocupaciones  materiales, demasiado humanas...
9)     Finalmente, se podrían  resumir este elenco de errores en dos grupos de errores que detallamos a continuación: el geocentrismo y el antropocentrismo.

El primero, el geocentrismo
El conflicto con Galileo Galilei (1564 – 1642) fue un conflicto emblemático entre la ciencia y la fe. Galileo, con el telescopio que él perfeccionó, observó que era el Sol el que estaba en el centro. Nosotros, el SH, sobre la Tierra, estaríamos dando vueltas alrededor del Sol. La Tierra dejaba de ser el centro del cosmos, el centro en torno al cual giraba toda la realidad. El ser humano, la niña de los ojos de Dios, la razón de la creación misma y de la historia, no estaba en el centro del mundo. Hoy nos parece casi evidente, pero entonces no pudieron aceptarlo muchos científicos compañeros de Galileo, ni tampoco las Iglesias. Las Iglesias no se oponían propiamente a una verdad meramente científica, sino a un cambio de perspectiva que ponía gravemente en tela de juicio lo que desde siempre se había pensado sobre Dios. Hasta entonces era tenido por evidente que el ser humano era la razón por la que Dios creó el mundo, y que por tanto todo el cosmos giraba en torno a este ser humano, y en torno a su hogar, la Tierra. Decir que ésta no era el centro de la realidad venía a decir que los planes de Dios no eran como los pensábamos, o que el ser humano no parecería ser la razón central del cosmos. La Religión Católica necesitó casi tres siglos para aceptarlo. Los cristianos acabaron pensando que, efectivamente, la Tierra gira alrededor del Sol, y que no es el centro geométrico del sistema solar. La costumbre percibe que el sol “sale” por la mañana y se “pone” por la tarde. Pero, es solo una percepción visual carente de base científica.

Segundo: el antropocentrismo:
Más difícil que la del geocentrismo iba a ser la superación del antropocentrismo, superación que, en realidad, todavía no se ha dado; apenas se está iniciando. Podemos decir que, desde hace tiempo, éste es un descubrimiento claro de la nueva cosmología: el ser humano (no ya la Tierra) no es el centro del cosmos, como casi todas las religiones han pensado –o como han creído escucharlo en sus respectivas revelaciones divinas–. Eso ha sido –nos dice la nueva cosmología– un «error sobre el mundo». El mundo no es antropocéntrico. Nosotros no somos su centro. Ni ha sido «creado para nosotros». Y esto, la nueva visión cosmológica, la nueva ecología, lo puede desglosar en varias perspectivas, aplicadas, más detalladas: Lo hemos detallado en la serie de errores referidos al SH.

Algunas conclusiones: nueva escala de valores
El creyente ve la relación de esta trilogía, Dios, Mundo y SH, propia de los filósofos griegos, que cambia de sentido al ver los errores que descubre la ciencia, No es primero Dios, luego el SH y finalmente el Mundo. Es todo lo contrario: lo primero de todo el cuidado del Mundo, del Planeta Tierra, cuidado con el cambio climático. Después, lo colectivo, el cuidado de la gran familia humana, los 7.200 millones de SH que sencillamente puedan vivir en esta tierra. El SH no “está” en la tierra, sino que “vive” conjuntamente en un todo orgánico, vivo y armonioso con el Planeta. Y por último, la persona como ser individual, con los mismos derechos el hombre que la mujer.

La intervención de Dios en la Historia, no es la de un Dios todopoderoso que ejerce su dominio sobre todo el universo, el dios propio de los dioses del Olimpo griego, sino que se trata de la intervención del Dios de Jesús, que es un  Dios Padre, dador de vida, que interviene en la Historia, cuidando de todos los seres del Mundo, a toda clase de vida que existe en el Planeta..

Otra consideración importante es la del reconocimiento de la ciencia que desbarata la rigidez de la teología católica tradicional. Las instituciones religiosas parecen incapaces de modificar sus creencias, a pesar de que está tan claro que esa rigidez, ese inmovilismo, no existe más que en sus declaraciones más o menos dogmáticas, pues la historia demuestra la constante evolución de las religiones, su sincretismo, sus cambios, sus acomodaciones a los cambios científicos, filosóficos e históricos... En el corto plazo las religiones se resisten a los cambios, tienen pánico a reelaborar el patrimonio simbólico que heredaron. Están cautivas de una epistemología inmovilista, agravada por la convicción de ser «depositarias de la Revelación». Esperamos que la aportación de la ciencia, la moderna cosmología, la asuma la teología católica, como una parte esencial del dato de la evolución del cosmos, de la vida, de la que formamos parte.

Los nuevos creyentes

 En la cosmovisión que la nueva cosmología está extendiendo irreversiblemente sobre la sociedad humana –conocida ya hasta por los niños en edad escolar y por la población más alejada de los medios académicos-, el viejo relato de las religiones y del judeocristianismo en concreto ya no resulta aceptable para la sociedad culta de hoy. Sólo puede pervivir en creyentes atrasados en su formación, o creyentes cultos que aceptan vivir escindidos esquizofrénicamente en su espiritualidad. Mirado desde la sociedad, podríamos decir que hoy sólo pueden «creer» el relato bíblico-eclesiástico los desinformados,  o los que no quieren informarse. Es urgente hacer algo. Pero, tal vez no se trata sin más de traducir el viejo relato del Génesis al nuevo contexto, ni de ponernos a crear un relato nuevo; se trata más bien de asumir el relato que el mismo cosmos evolutivo está revelando a la ciencia actual, a la nueva cosmología (sin idolatrarlo ahora, sin convertirlo una vez más en un dogma, sin dejar de reconocer la provisionalidad permanente de nuestra percepción del mismo...), y dejar fluir ante él nuestro sentimiento religioso ante el misterio, nuestra experiencia espiritual cósmica... Sin duda el nuevo relato cosmológico es lo que más está empezando a transformar actualmente la conciencia de la humanidad. Una conciencia planetaria. Es posible que vaya a ocurrir otro tanto en lo religioso y lo teológico, pero en los ámbitos teológicos y espirituales, hoy por hoy, no se percibe el potencial revolucionario de este nuevo esquema ecológico; se va a tomar como un resabio de la vieja mentalidad, se piensa que este tema «no es religioso ni espiritual, sino científico». Ya se desengañarán…

lunes, 7 de diciembre de 2015

ELECCIONES DEMOCRÁTICAS EN ESPAÑA



José María García Maueiño
10 de diciembre de 2015

Lo que está en  juego en estas elecciones es la calidad de  la democracia en este país. Es decir, lo que se pone a prueba es la soberanía popular, no la soberanía del capital. Porque votemos lo que votemos, no será fundamentalmente el Parlamento el que legisle, serán los poderes del Mercado, la Troika de la UE, los que dicten sus leyes, los que impongan sus decisiones, sus recortes, en definitiva, su política económica y financiera. La calidad de la democracia se mide por la calidad de la libertad. El Parlamento no estará formado por ciudadanos y ciudadanas libres, sino en gran medida por vasallos del capital. Hay que ser conscientes de ello para no llevarse sorpresas desagradables.

1.- El objetivo de estas elecciones:
En estas elecciones se va a elegir el parlamento de la nación, no al presidente del gobierno.  En el Parlamento tiene que estar representado todo el pueblo español, toda la ciudadanía con toda su diversidad. Se trata de la soberanía popular: que los problemas de la gente de la calle estén presentes en el parlamento. Que el enemigo a abatir no es el otro partido o coalición que yo no voto o no me gusta, sino el mismo sistema capitalista. Hay que  ver quienes lo mantienen, quines lo apoyan y quienes luchan por cambiarlo. En  definitiva estas elecciones deben  ser las elecciones del cambio, hay que votar el cambio, la manera de gobernar, no arrodillados ante el Capital. Un cambio de verdad, no una cosmética del cambio, no que algo cambie para que todo siga igual, sino un cambio a fondo que va más allá de las urnas. Sin cambios profundos no hay democracia.

2.- Partimos de la situación actual:
Cientos de miles de personas  están en paro. Un paro que en muchos caso es de larga duración y acaba dejando a quienes lo padecen sin ningún tipo de prestación. El paro juvenil sigue estando en torno al 50%. Se están degradando las condiciones laborales de muchos trabajadores. Crece   cada vez  más el grupo de “trabajadores pobres”, que, a pesar de tener un trabajo, no perciben salario suficiente para una vida digna. (Red Europea de Lucha contra la Pobreza, eldiario.es , 15-10-2015)
En  consecuencia, muchas familias no pueden afrontar sus deudas, sufriendo desahucios y cayendo en una pobreza que les obliga a  recurrir a los servicios sociales. Esto hace casi imposible una mínima estabilidad y cercenando su proyecto de vida a largo plazo. Aunque los medios de comunicación lo eluden, aumenta de manera preocupante el número de suicidios.
Caritas, Cruz Roja y los bancos de alimentos tienen que repartir cientos de miles de comidas todos los días para paliar el hambre. Una situación inaceptable que puede prolongarse una década, denuncia Caritas.
Frente a esta prepotencia del poder de "los mercados", sólo cabe oponer  el poder democrático que nos corresponde como cada pueblo, como sujeto político de soberanía. Cada persona un voto. A la constatación de impotencia ante una desigualdad evidente y en crecimiento, se añade la percepción de una corrupción prácticamente impune, ampliamente extendida y casi sistémica, que prioriza  lo privado sobre lo público.
La desigualdad es producto del empobrecimiento, la otra cara de la moneda de la acumulación de la riqueza en pocas manos. La desigualdad es la consecuencia del sistema capitalista .El sistema competitivo sin limitaciones, propicia la acumulación de riqueza y poder, y por ello no basta el generar más riqueza para garantizar más igualdad. Lo que puede garantizar la igualdad es el reparto equitativo, no solo el crecimiento. La dinámica del capitalismo es lo contrario a la igualdad y si el estado social no lo contrarresta no tiene límites, como está quedando en evidencia. Pero ésta evidencia objetiva no es subjetivamente compartida por todos.
El capitalismo extremo, los "poderes salvajes" de las empresas transnacionales y los fondos especulativos, campan a sus anchas ante unos Estados subordinados,  y debilitados en su soberanía. El proyecto neoliberal de Estado mínimo y débil, fomenta la desigualdad, porque el mercado no busca la justicia ni la solidaridad y por tanto la redistribución no es un objetivo que tenga en cuenta.
A partir del 2016 el 1 % de la población mundial, que alcanza hoy en día 7,200 mil millones de personas, tendrá una fortuna superior a los ingresos del 99 % de esa población.  Mire qué injusto es este mundo: si toda la riqueza de la humanidad fuera dividida por igual entre los 7,200 millones de personas, cada uno de nosotros tendría un patrimonio de 33.472.dólares usa. Todos tendrían lo suficiente para vivir con dignidad y por tanto no habría hambre, criminalidad, migraciones, mendigos, favelas, mortalidad infantil y quizás hasta ni guerras. Viviríamos en un mundo de prosperidad y paz. Ese 1% controla los gobiernos, las comunicaciones, las iglesias y hasta la enseñanza escolar, de tal modo que diseña el pensamiento del 99 % desde la infancia.

En muchos países, el crecimiento macroeconómico no se traduce en mejoras en el nivel de vida de la población humilde, lo que crea malestar microsocial. Existe un dato alarmante: una investigación realizada en América Latina por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reveló que el 45% de los latinoamericanos decía preferir someterse a una dictadura que les garantizase empleo y salario suficiente, a vivir en una democracia que no los sacara de la miseria. Esto significa que muchos de los desafíos para la democracia vienen de la pobreza y de la desigualdad. Tocamos ahí el núcleo fundacional del pensamiento democrático moderno.

La miseria es humillante. Causa revoluciones, estimula la criminalidad, provoca migraciones, favorece el trabajo esclavo, disgrega a las familias y lleva a unas personas a optar por la violencia para conseguir lo que no puede ser obtenido con el trabajo, pues las condiciones para alcanzar buenos cargos en el mercado son absurdamente desiguales.
La desigualdad y la corrupción destruyen la democracia:  La corrupción ha sido definida como  "servidumbre remunerada" que se extiende como mancha de aceite; pues el sistema para garantizar el sometimiento de sus colaboradores necesarios y  tapar sus bocas, los implica con un lucro ilícito de forma que si "tiran de la manta" se delatan a sí mismos.
Pero la corrupción no sólo se comporta como un cáncer a nivel local, sino que genera necesariamente corrupción en niveles superiores, hasta llegar al máximo en los paraísos fiscales, respetados, tolerados y utilizados ampliamente por el sistema imperante.
La desigualdad es producto del empobrecimiento, reverso de la acumulación de la riqueza en pocas manos. El sistema competitivo sin limitaciones, propicia la acumulación de riqueza y poder, y por ello no basta el generar más riqueza para garantizar más igualdad.  La dinámica del capitalismo es discriminatoria y si el estado social no lo contrarresta no tiene límites como está quedando en evidencia. Pero ésta evidencia objetiva no es subjetivamente compartida por todos
El capitalismo extremo, los "poderes salvajes" de las empresas transnacionales y los fondos especulativos, campan a sus anchas ante unos Estados subordinados,  y debilitados en su soberanía. El proyecto neoliberal de Estado mínimo y débil, fomenta la desigualdad, porque el mercado no busca la justicia ni la solidaridad y por tanto la redistribución no es un objetivo que tenga en cuenta.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, advirtió el lunes 30 de Noviembre de 2015, en la ciudad francesa de París, donde se celebra la Cumbre de Cambio Climático, que si el mundo continúa por el camino del capitalismo la vida en el planeta está condenada a desaparecer.
Morales dijo que el mundo en la actualidad se encuentra en “el crepúsculo de su ciclo vital” a causa del sistema capitalista, que “ha desencadenado a gran velocidad una fuerza arrolladora y destructiva a nombre de la libertad de mercado, de libre competencia y los derechos humanos”. “Si continuamos en el camino trazado en el capitalismo estamos condenados a desaparecer”, dijo durante su intervención en ese acontecimiento que reúne a más de 150 líderes de países del mundo que procuran un acuerdo para evitar el ascenso de la temperatura por encima de los dos grados.
3..-Cómo está la democracia:
3.1. El pueblo catalán no quiere la independencia
En las últimas elecciones autonómicas los partidos independentistas, consiguieron un voto minoritario muy elevado, pero, a pesar de ser muy elevado, no fue la mayoría del pueblo catalán.
Tenemos así una situación en la que las opciones políticas hoy mayoritarias en el Parlamento catalán no tienen el apoyo de la mayoría del electorado catalán para alcanzar su principal promesa programática –la independencia de Catalunya-. Su constante énfasis en que sí que tienen un mandato mayoritario no se apoya en lo que los catalanes votaron en aquellas elecciones. En realidad, consiguieron una mayoría parlamentaria como consecuencia de que la ley electoral catalana (que es prácticamente idéntica a la española) es de las menos proporcionales que existen en Europa. Tanto en España como en Catalunya, los gobiernos constantemente aplican leyes aduciendo un mandato popular que no se corresponde con los deseos de la mayoría de la población.
Uno de los muchos indicadores del enorme dominio que las fuerzas conservadoras tienen sobre el Estado es precisamente el sesgo antidemocrático de las leyes electorales, que discriminan claramente a favor de unos territorios y de unas clases sociales a costa de otros territorios y otras clases sociales, Un ejemplo de ello son las últimas elecciones en Catalunya. La mayoría de los no independentistas reside en las grandes ciudades de Catalunya, y muy en especial en los barrios obreros. Y ahí están las bases del diferencial entre voto y escaños parlamentarios. El punto débil del independentismo es su limitado atractivo entre las clases trabajadoras en Catalunya debido, en parte, a la mayor identificación con España entre estos sectores de la población y también al hecho de que el movimiento independentista está liderado por un gobierno liberal que ha apoyado las medidas (como la reforma laboral y los recortes de gasto público) que han perjudicado con mayor intensidad a las clases populares.

3.2. La falta de democracia: la ley electoral
El sesgo de la ley electoral española (y de la catalana) tenía y continúa teniendo el propósito de discriminar a la clase trabajadora. Este sesgo antidemocrático no es casualidad, pues la condición era el establecimiento de una ley electoral que discriminara a las zonas urbanas a costa de favorecer a las zonas rurales, de claro cariz conservador. El hecho de que incluso hoy se requieran casi 49.000 votos para conseguir elegir a un parlamentario en Barcelona, y solo 21.000 votos en Lleida, se debe a esta decisión política. Otro tanto ocurre en el resto de España. El voto de uno de Soria vale mucho más que el voto de un madrileño.
En todas las elecciones generales durante el período democrático desde 1977 a 2008, la suma de votos a partidos de izquierdas en España había dado una cifra superior a los partidos de derechas.
Muchas son las consecuencias de esta realidad, desde el enorme subdesarrollo y la baja financiación del Estado del Bienestar español. Añádase a esta situación de escasa calidad democrática, la escasísima diversidad ideológica de los medios de información que sistemáticamente discriminan a las izquierdas  siendo el gran apoyo de los mayores medios al nuevo partido de derechas Ciudadanos (la esperanza de las derechas) frente a la gran hostilidad hacia el nuevo partido Podemos y hacia IU, un indicador de ello.

3.3. El voto de los emigrantes:
Y la escasa proporcionalidad del sistema electoral se ha ido acentuando con añadidos y modificaciones a la ley electoral que hacen más difícil el ejercicio del voto. Un caso claro es la dificultad para votar a los ciudadanos españoles que viven en el extranjero que suman 1.875.272 ciudadanos españoles que viven o están fuera de España del total de 36,5 millones de personas que tienen derecho al voto en España. Es un ejemplo más de clara manipulación mediática del gobierno conservador-neoliberal de la Generalitat de Catalunya, que acusó al gobierno central del partido conservador-neoliberal español de dificultar las votaciones de los catalanes que vivían o estaban en el extranjero, cuando, en realidad, ambos partidos –el español y el catalán- habían dificultado, con la nueva ley, el ejercicio de tal derecho.

3.4. La democracia interna de los partidos:
La gran mayoría de reformas que se están proponiendo por parte de los partidos políticos se basan en deseados cambios en la gestión de los partidos, lo cual es importante, pero muy insuficiente. Que los partidos políticos españoles (incluyendo los catalanes) son partidos con escasa vocación democrática, queda ilustrado en el estudio Ranking 2015 sobre la calidad democrática de los partidos políticos españoles, que muestra que solo dos partidos (ambos de izquierda), Podemos y el Bloque Nacionalista Gallego, pueden ser considerados como partidos  merecedores de ser considerados partidos con democracia interna. Ni que decir tiene que incluso estos dos partidos tienen todavía un largo recorrido para alcanzar los niveles de democracia que deberían exigirse. Pero están claramente en la dirección de alcanzarlo. No así en el resto de partidos.

4.- La democracia del Estado
Ahora bien, otro tema esencial para que el sistema electoral pudiera definirse como democrático, sería conseguir que todo ciudadano tuviera la misma potestad de configurar la gobernanza del país (es decir, conseguir la representatividad proporcional). Esta es una reforma urgente y necesaria y que tendría un enorme impacto en la vida política del país. Pero se requeriría otra reforma igualmente necesaria y urgente, que es el establecimiento de formas de democracia directa, como los referéndums, a todos los niveles del Estado, desde el central, al autonómico y municipal. Y ahí estamos en pañales. Existe una oposición antidemocrática por parte de las clases acomodadas, las que tienen fuerza político-mediáticos –lo que se define como la casta- hacia el  ejercicio del derecho a decidir a todos los niveles. La oposición a que el pueblo catalán pueda ejercer tal derecho -que la mayoría de la población en Catalunya apoya- es un ejemplo de ello.

 La derecha española, es decir, PP y Ciudadanos, y la dirección del PSOE (de escasa vocación democrática), se oponen a dicho ejercicio. El PP y el PSOE, los máximos beneficiarios del sistema bipartidista, bases del Estado español, han sido los que se han opuesto más a la democratización del Estado. Ambos partidos de baja calidad democrática, se oponen al ejercicio de estas formas de democracia directa, que debilitarían su protagonismo. Y Ciudadanos se opone también, aunque por motivos diferentes. Su oposición al derecho a decidir es porque desea conseguir rentabilidad política de su supuesta defensa de la “unidad de España”. A pesar de que el ejercicio de tal derecho resolvería precisamente las tensiones artificiales creadas por los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, y también por CDC en Catalunya. Porque tal deseo mostraría que la voluntad de la mayoría de los catalanes es permanecer en España, desmontando así los argumentos independentistas. Son precisamente estos partidos (PP, PSOE y Ciudadanos) –que Pablo Iglesias ha definido correctamente como el búnquer- los que están incrementando el hastío y frustración en Catalunya hacia el Estado central, aumentando el independentismo.
Entiendo por Derecha al conjunto de las fuerzas sociales, económicas y políticas que se identifican con los objetivos del capitalismo neoliberal y con lo que esto implica en términos de políticas nacionales, de aumento de las desigualdades sociales, de destrucción del Estado de bienestar, de control de los medios de comunicación y de estrechamiento de la pluralidad del espectro político. (Bonaventura Souza  Santos)
Esta breve crítica del sistema llamado democrático aparece con plena evidencia en la nula diversidad ideológica que existe en los mayores medios de información españoles, (tanto públicos como privados) instrumentalizados por los poderes económicos y financieros y por los gobiernos, y que no ofrecen la pluralidad, veracidad y rigor que un sistema democrático exige. Tanto los medios televisivos como la prensa en papel carecen de credibilidad en España, En el último programa de Salvados, los dirigentes de los medios entrevistados atribuyeron el resultado de una encuesta realizada en Europa (que mostraba que la ciudadanía española era la que desconfiaba más de sus medios) a que los ciudadanos españoles tienen una vocación más crítica que los ciudadanos de otros países. No aceptaron –a pesar de la enorme evidencia de lo contrario- que el problema mayor era la abusiva instrumentalización de los medios por el poder financiero (la banca) con el cual están endeudados, y por los partidos gobernantes. Hoy, tales medios son un enorme obstáculo para el pleno desarrollo democrático de España. En realidad, el programa La Sexta Noche es un programa que –sin quererlo y sin ser su intención- muestra claramente el bajo nivel de democracia existente en España. Lo que se presenta como un debate, es una sarta de insultos, mezquindades, gritos y un largo etcétera (procedentes en su mayoría de los tertulianos de derechas) que muestra muy bien, por desgracia, la escasa calidad democrática existente en España. Así de claro.
Con nuestro voto esperamos conseguir un cambio de verdad: La esperanza está empapada de esfuerzo positivo Se trata de invitar a una esperanza activa, creadora. Que haga realidad, que anticipe aquello que esperamos y por lo que queremos trabajar.

Esperar no es aguardar a que suceda algo. Es vivir de tal manera que haces realidad eso que deseas que suceda   Las siglas de las coaliciones no dan la medida del cambio,  "Las siglas deben ceder ante el criterio de la unidad. Malditas sean las siglas que impiden la unidad, decía Anguita. No son dioses, ni altares, son instrumentos y por encima de ellas hay objetivos superiores. Lo vamos a aprender con dolor la noche del 20-D", es posible empezar otra guerra definiendo bien al enemigo y adoptando "nuevas tácticas, estrategias, lenguajes y conceptos de movilización social”.
La iniciativa Polétika, compuesta por más de 500 ONGS y movimientos sociales, ha hecho pública su evaluación de los programas electorales de todos los partidos de ámbito estatal que se presentan a estas elecciones. Siguen así con su “herramienta de vigilancia” que comenzó en el mes de Junio con el análisis de las declaraciones públicas de los candidatos. En esta ocasión realizan un resumen y unas valoraciones de las medidas programáticas de PP, PSOE, IU-Unidad Popular, Podemos, Ciudadanos y UpyD en 10 temáticas diferentes: cooperación al desarrollo, infancia, fiscalidad, educación, sanidad, protección social, salarios, participación ciudadana, conflictos internacionales y cambio climático. El partido de PODEMOS ha obtenido la mejor puntuación, un 6,1.
Finalmente, no cabe la indiferencia ni la superficialidad. Es moralmente exigible en concien- cia mirar si el programa a votar contiene propuestas contrarias a mis convicciones, si la catadura humana de los candidatos es fiable. El error a la hora de votar es grave porque perjudica al votante y al resto de la sociedad. No es fácil discernir en un sector con tanto camuflaje. Por eso hay que agudizar la observación e identificar a los políticos que debemos evitar.



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sábado, 14 de noviembre de 2015

LOS REFUGIADOS, ¿UN 2º HOLOCAUSTO?



Loas nazis. en el siglo pasado, mataron a más de 6 MM de judíos. Hoy,  los nazis se han instalado en   la Troika de la UE, en la vieja Europa,  y están masacrando a más de un millón de refugiados, no con cámaras de gas, sino con las alambradas, con el hambre, con las metralletas, con el cansancio, con el agotamiento de todos los desplazados y desplazadas. Es un Segundo Holocausto propio de este capitalismo que hoy se llama OTAN y alienta las guerras imperialistas. Por donde pisa la OTAN ya no crece la yerba, se apaga la vida y crece la muerte sin cesar.
Vamos a ver un panorama de lo que pasa en Europa con los refugiados y desplazados que vienen en masa desde fuera.

1.- Desplazados y refugiados, un fenómeno que no para de crecer:
La marea humana que en los últimos años se está viendo obligada a abandonar forzosamente sus hogares es una de las lacras más cruentas del capitalismo global de nuestra época. Obedece, en términos generales, a la política de saqueo mundial que los países occidentales llevan a cabo a través de sus grandes empresas transnacionales y de su participación en conflictos bélicos de naturaleza imperialista, precisamente para favorecer ese expolio planetario y consolidar el dominio mundial frente a cualquier modelo político-social alternativo. Masas humanas de perseguidos o empobrecidos siguen la ruta que previamente han recorrido las inmensas riquezas extraídas de sus territorios, con la trágica diferencia de que mientras éstas son anheladas, los exiliados son rechazados por los países de destino.
Los desplazados son víctimas civiles de unas guerras, cruentas o económicas, que primero generan inmensa cantidad de muertes civiles y destrucción en los territorios codiciados y, a continuación proyectan, en tiempos y espacios diferidos, más muerte civil, al condenar a los exiliados al desarraigo, al abandono humillante y a la indigencia. Los refugiados son elocuentes testigos vivos de la indignidad moral humana, capaz de destrozar los cimientos mismos de una civilización que antepone la violencia del capital y su acumulación a cualquier otro tipo de valores y, por supuesto, de derechos humanos.

2.- Los conceptos:
El éxodo afecta a dos tipos de personas:
los refugiados, sensu stricto. Personas que han cruzado una frontera internacional ante el riesgo de persecución (por guerras o violencia generalizada) que les amenaza y buscan refugio fuera de su país o en algún campamento de asilo (campo de refugiados) Superan ya los 20 millones de personas;
Los desplazados internos, aquellos que se han visto forzados a abandonar sus hogares como única opción para conservar la vida, aunque no han cruzado una frontera internacional. Oscilan en torno a los 40 millones de personas. A estos dos grandes grupos el “Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados” (ACNUR) añade los demandantes de asilo, 1.8 Mm de personas que, en tierra de nadie, están a la espera de conseguir asilo.
El propio concepto de refugiados está hoy en revisión, porque su sentido originario (Convención de Ginebra de 1951) ha sido superado por la realidad. Las causas de persecución que obligan al desplazamiento forzoso pueden ser de diversos tipos: las guerras, en primer lugar, pero también las desigualdades de género, la libertad de opciones sexuales, la libertad ideológica, la trata de personas…,etc. Por ello se impone revisar el lenguaje y hablar mejor de “desplazados forzosos” en general como víctimas de persecución o necesidad extrema, y a quienes se ha de extender la necesaria protección legal para salvaguardar sus vidas.
El número de desplazados forzosos en el mundo ha alcanzado niveles impensables hace pocos años. En estos momentos, y por primera vez desde la II Guerra Mundial, se ha superado con creces la cifra récord de 60 millones de personas según datos difundidos por ACNUR, la Agencia de NN. UU para la protección de los refugiados (World at War. Global Trends Forced Displacement in 2014) Y la tendencia sigue creciendo. Eran 51,3 millones en 2013; 59.5 en 2014 (8,2 más que en 2013). ¿Llegarán a 70 millones al final de 2015? No menos dramático es el dato de que el 51% de los refugiados son menores de 18 años. Y que el número de solicitudes de asilo en Europa por parte de Menores solos (menores que han perdido a sus familias), era en 2014 de 25.300 y que en primeros ocho meses de 2015 supera las 100.000 demandas.

3.- Las principales áreas geográficas y las rutas por las que transita esta marea humana son:
Las del Mediterráneo, éxodo brutal de personas que, huyendo de las zonas de guerra abierta, se dirigen a Europa desde Siria, Iraq o Afganistán, o desde Yemen, Somalia y Libia.
En paralelo a las del mar, se encuentran las Rutas de los Balcanes, de afganos iraquíes y sobre todo sirios que viajan por tierra desde Turquía, con la intención de llegar a la UE., a través de Bulgaria, Macedonia o Serbia. Las alambradas y concertinas en la frontera de Hungría, así como el nuevo cierre de fronteras de lo que fue el espacio Senghen, están obligando a buscar nuevos caminos para llegar a Europa.
Las rutas regionales del África subsahariana, con millones de refugiados procedentes de la Rep. Democrática del Congo, Sudán del Sur, Rep. Centroafricana, Burundi, Somalia, Eritrea, Nigeria…., etc. que buscan acogida en países vecinos, aunque algunos miran a Europa.
La de Centroamérica. Decenas de miles de caribeños y centroamericanos (sobre todo El Salvador, Honduras o Guatemala) buscan llegar a Estados Unidos, a través de México, a causa de la violencia urbana de las pandillas o maras que reclutan a menores para entrar a su servicio en el tráfico de drogas o en el crimen organizado. En su éxodo se topan con una segunda violencia a lo largo de México, donde han de hacer frente a redes de trata de mujeres, delincuencia común, explotación sexual, policías corruptos, asaltos de pandilleros, extorsión, tortura y secuestro… Todo ello para, finalmente, encontrarse también con la frontera estadounidense cerrada a cal y canto.
Y, cómo no, la diáspora de refugiados palestinos, el más prolongado éxodo del mundo, que tiene su origen en la ocupación israelí de 1948
Y los principales países de acogida de refugiados son, entre otros, Irán, Pakistán, Iraq, Líbano, Jordania, Turquía, Kenia, Etiopía y Sudán. El 86% de todos los refugiados están en países de los llamados ‘no desarrollados’, no en países ricos. Y, según ACNUR, “la tendencia va en la dirección de que se queden más y más tiempo en el mundo no desarrollado". La presión actual sobre Europa parece que se relaciona más con manipulaciones oscuras para provocar la intervención militar europea en Siria que con la libre voluntad de los refugiados.

4.- El cementerio del Mediterráneo :
El flujo migratorio del norte de África y del Oriente Medio hacia Europa, por el Mediterráneo, se ha agudizado en este 2015 a causa de los graves conflictos bélicos que asolan a la región, especialmente la guerra en Siria, Yemen y Libia. En los ocho primeros nueve meses de este 2015,  530.000 personas han llegado a Europa, de forma irregular según Frontex. A finales de Octubre la cifra alcanza ya los 710.000, casi todos a través del Mediterráneo.
Un flujo que mantiene un ritmo de crecimiento exponencial año a año. Según la Organización Internacional de las Migraciones en 2013 fueron 60.000 las personas que entraron en Europa por el Mediterráneo; en 2014, 170.000. Y, según ACNUR, al acabar este 2015 el desembarco de foráneos puede estar cerca de 1 Millón de personas. “…Cada 12 minutos dice ACNUR, siguen llegando barcos a las costas griegas con cientos de personas que han tenido que abandonar su hogar a causa de la violencia”.
El motivo principal de este crecimiento es conocido: la guerra provocada en Siria por las milicias formadas, armadas y financiadas por Occidente+Arabia Saudí, y el estado fallido de Libia, después de la destrucción del país a manos de la OTAN, en 2011. A la enorme desbandada de Siria se unen los flujos procedentes de los demás países en guerra en Oriente Medio, Iraq y Afganistán, y a los miles de libios se añaden las masas cada vez más cuantiosas que vienen de Somalia, Eritrea y algunos países subsaharianos.

Lo insoportable desde cualquier conciencia humanitaria es la cantidad de muertes que se producen cotidianamente en este “Mare Nostrum”, convertido en una gigantesca fosa común, y la incalificable actitud de la Unión Europea dando la espalda al drama de cientos de miles de personas que huyen de sus lugares de origen (camino de Europa), no para mejorar su nivel de bienestar sino simplemente para salvar sus vidas. En 2014, al menos 3.500 perdieron la vida en su intento de cruzar el Mediterráneo, según ACNUR. Y en los ocho primeros meses de este 2015 han naufragado ya más de 3000 (en el mes de Abril, casi 1000 personas en una sola semana).

Con todo, estas cifras no lo dicen todo. Porque son cifras de víctimas “registradas”, a las que hay que sumar los desaparecidos, aquellos cuyos cadáveres no son encontrados; y a las víctimas de los naufragios en el mar hay que añadir los que mueren en tierra firme, en un viaje lleno de obstáculos dentro de la propia UE (el caso más cruel tal vez sea el de los 71 cadáveres encontrados en un camión frigorífico abandonado en una autopista a 50 km. de Viena); y los miles de víctimas que intentan llegar a Europa por el Atlántico, y los que caen en la travesía del desierto, o los asesinados en las vallas de Ceuta, Melilla o de Hungría, y los que terminan muriendo en los propios Centros de Internamiento de Inmigrantes (CETIs y CIEs)
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5.- El blindaje de la Europa fortaleza:
Europa es responsable de esas muertes por partida doble: primero, porque alimenta y  provoca las guerras que obligan a huir a la población civil (Iraq, Libia, Siria, Mali, Sudan…etc.); después porque cierra sus fronteras con muros insalvables, con vallas plagadas de concertinas (España, Hungría…) con bombarderos en el mar, o con el bloqueo de ferrocarriles, obligando a miles de refugiados a ponerse en manos de las mafias explotadoras para un viaje destinado al fracaso o la muerte. Una Europa, blindada de egoísmo e hipocresía, es la responsable, con su política anti-migratoria y con su política belicista, de los cientos de muertes que a diario conocemos.
La respuesta de los países europeos, en general es de: -“Cierre y militarización de las fronteras”: muros, alambradas, gases tóxicos, represión..etc. -Negación mayoritaria del derecho. de asilo. -Alejamiento o expulsión de los que llegan. Financiación de campos, lejos de suelo europeo.
Como expresión patente de esa actitud dolosa, hemos asistido estos últimos meses a tres momentos de máxima indignidad ética y política:

1º) en Julio de este año contemplamos el grotesco espectáculo de ver cómo los países europeos no eran capaces de aceptar las cuotas de refugiados que la Comisión Europea se comprometió a dar asilo en la cumbre de finales de Junio (40.000 ref. sirios), pues los gobiernos europeos sólo aceptaban acoger a unos 32.000, destacando por su tacañería los países del Este europeo (Polonia, países bálticos, Hungría…) y España, que en esa fecha sólo admitía a 1300 refugiados, el 30% de lo que le pedía la Comisión Europea, 4.288. Todo ello sabiendo que en los centros de acogida de Grecia e Italia había en esas mismas fechas más de 150.000 personas esperando una respuesta (Ver EL PAIS, 21.07.2015); hoy, son ya más de 500.000
) Más tarde, en Septiembre, cuando el clamor popular obligó a los gobernantes europeos a prestar acogida a los refugiados con un segundo cupo de 120.000, se han repetido las posiciones de intransigencia y rechazo por parte de diversos países (4 de ellos se han negado a aceptar los cupos) (a España le corresponderían 15.000 más), con lo que el mundo entero ha podido contemplar cuánto hay de verdad tras este proyecto europeo que llaman “de los derechos y las libertades”: insolidaridad, blindaje y cinismo. La “Europa de los derechos” se revela otra vez como la “Europa de la vergüenza”.
) A mediados de Octubre, en un nuevo Consejo de Europa, los 28, han aprobado planes para expulsar a los desplazados fuera de las fronteras europeas que serán reforzadas en todos los países. Turquía será el socio dócil de la OTAN que, a cambio de miles de millones de euros y algún otro pacto político escondido, construirá grandes campos de refugiados para ‘almacenar’ allí todo lo que Europa rechaza, y blindar sus fronteras para que nadie salga de ellos.
¿Qué se esconde tras esta misión militar? ¿Tal vez una nueva intervención en tierra libia? ¿Para restablecer la paz en ese estado fallido o para obtener mejores cuotas de petróleo y gas para las empresas europeas y, de paso, cortar los flujos de refugiados provenientes de África subsahariana y de Oriente Medio? Todo indica que podemos estar a las puertas de una nueva agresión contra Libia, aunque todavía no haya resolución favorable del Consejo de Seguridad de NN UU, gracias a la oposición de Rusia.
La justificación oficial de esa política europea de militarización de las fronteras es combatir a las mafias que se lucran con el transporte de personas. Como si las caravanas de refugiados que transitan a través del mar fueran un fenómeno causado por pequeñas empresas de pescadores y no una consecuencia directa de las guerras y del saqueo que les acompaña, protagonizados o inducidos por las transnacionales europeas o americanas y ejecutados por los ejércitos de los países OTAN. Es de sobra conocido que con frecuencia los supuestos “mafiosos” no son más que pescadores que ya no pueden sobrevivir de la pesca en un mar saqueado por el arrastre de las grandes transnacionales. Las llamadas mafias del transporte se han convertido en la UE en un chivo expiatorio para exculpar a los verdaderos responsables de este drama.
Al blindar sus fronteras y negar el derecho de asilo reconocido hace 60 años en la Convención de Ginebra de 1951 sobre Refugiados a personas que huyen de la guerra y del hambre, la UE rebela su peor rostro de enrocamiento, militarización y hasta xenofobia.

A todos nos ha indignado profundamente la respuesta cicatera y miserable de la derecha Europea, y más aún la campaña de acoso, agresión y desprecio de grupos neo-nazis, que gobiernan en algunos pises como Hungría, y que presionan fuertemente en otros países como Alemania.
Frente a este clima social y político es preciso denunciar alto y claro que el éxodo masivo de personas de Oriente Medio y África no es un fenómeno inventado por inmigrantes, ni por supuestas mafias, sino consecuencia directa de las guerras y del saqueo que les acompaña. Los desplazados forzosos son personas que huyen del expolio perpetrado por el gran capital europeo y norteamericano, que propicia -o provoca directamente- las llamadas “guerras humanitarias” para acumular riquezas, controlar mercados o someter a disidentes frente al modelo socioeconómico y político capitalista, considerado como el único válido.

6.- Las causas de este Éxodo masivo
A través de los Medios de Comunicación conocemos algo del abandono y la desesperación de los desplazados, pero poco o casi nada nos dicen de las verdaderas causas que los provocan. Si millones de seres humanos se ven obligados a migrar para salvar sus vidas o para que sus familias puedan sobrevivir, urge preguntarse por las razones que fuerzan ese desarraigo, quién se hace responsable de esa crisis humanitaria y cómo atajarla de raíz.

Ahí en las guerras imperialistas, están la gran causa de estos éxodos masivos. Es la naturaleza misma del sistema capitalista quien provoca esas crisis humanitarias, pues funciona en base al saqueo y a la explotación, genera incesantes guerras de naturaleza imperialista e instaura regímenes al servicio del gran capital que no vacilan en agredir a las poblaciones de las zonas codiciadas, con sus ejércitos oficiales o con la implantación del paramilitarismo. Y esa misma lógica inherente al capitalismo es la que propicia leyes migratorias xenófobas, y la que favorecen también la aparición de grupos (mafias) que se aprovechan de las personas en situaciones de extrema vulnerabilidad.
De modo que para cualquier ciudadano que conserve un mínimo de conciencia ética y crea en los derechos humanos, es un imperativo ético el combatir las mentiras –o las medias verdades- en estos procesos y seguir tapando a los verdaderos responsables de este colapso humanitario: el capital internacional, sus transnacionales y sus ejércitos. Es hora de descubrir dónde están las causas y dónde las consecuencias de estos éxodos bíblicos, los Oriente Medio y todos los demás, y hablar con claridad de la responsabilidad en la misma de los países occidentales y de organizaciones como la OTAN.
Recurrir a este tratamiento en el caso de los refugiados significa convertir a los “donantes con recursos” en “salvadores”; y a los refugiados en beneficiarios indefensos de la solidaridad del primer mundo, pero no en sujetos de derechos, reconocidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los convenios internacionales.
Ante esos éxodos dantescos que estamos conociendo es preciso tener claro que ‘su drama no es más que un efecto diferido de las intervenciones de las potencias occidentales –con ejércitos propios o a través de los servicios de inteligencia- en países de alto valor estratégico, por sus recursos naturales o por su ubicación geopolítica.

7.-  Denunciar a los responsables, un ejercicio de solidaridad.
Ante este aluvión de desplazados forzosos que llaman a nuestras puertas, urge comprender las raíces y las dimensiones de esa guerra global de la que son víctimas, y entender la conexión entre refugiados, explotación colonial y guerras imperialistas.
No podemos dejar que las campañas mediáticas nos impidan entender que para abordar con éxito las injustas relaciones internacionales causantes del éxodo de millones de personas “refugiadas”, es imprescindible denunciar abiertamente las políticas imperialistas, exigir la desaparición de la OTAN y devolver lo que hemos saqueado durante siglos para que los pueblos puedan empoderarse y transformar su propia realidad.

Articular hoy respuestas solidarias coherentes pasa necesariamente por señalar con claridad a los responsables: a) A las multinacionales occidentales, que buscan el lucro en cualquier rincón del planeta sin respetar otras reglas que las de su propio beneficio. Son ellas las que fuerzan los primeros desplazamientos internos, las que destruyen la soberanía alimentaria de los pueblos con sus megaproyectos de agroindustria, las que destruyen el medio natural con sus perforaciones y contaminaciones en busca de petróleo y gas o de minerales valiosos como uranio, coltán, diamantes…etc), las que ponen en marcha batallones de mercenarios y paramilitares, las que dominan a los propios estados y cambian gobiernos a su gusto.
b) Las instituciones financieras internacionales y los Grupos de inversión que no se conforman con derribar todas las fronteras para la libre circulación y acumulación de capitales sino que imponen políticas de ajuste brutal en casi todos los pueblos del Sur, se lucran con la industria y el comercio de armas, financiar y, sobre todo, con la complicidad de élites locales corruptas, someter a la esclavitud a pueblos enteros a través del yugo implacable de la deuda, casi siempre ilegítima y odiosa.
c) A todos los gobiernos y coaliciones políticas internacionales (la llamada comunidad internacional occidental), que ponen en práctica políticas imperialistas dictadas desde el centro del Imperio (Washington) y secundadas por gobiernos clientelares, entre ellos la propia Comisión Europea. Ellos son los responsables inmediatos de las extorsiones y agresiones militares sobre los pueblos para usurpar sus recursos e imponer su hegemonía, siempre al servicio del capital.

d) Finalmente, a los aparatos militares, a los servicios de inteligencia de las grandes potencias y las alianzas militares internacionales, que ejecutan el trabajo sucio al servicio de gobernantes sin escrúpulos. En este estamento se encuentra el más poderoso brazo armado del imperialismo euro-norteamericano: la OTAN, la organización militar que en 2011 destruyó Libia, el país con el Índice de Desarrollo Humano más elevado de África; que pertrechó a los talibanes para derrocar al único presidente progresista de toda la historia de Afganistán; que engloba en su seno a los estados que destruyeron Iraq, y que son los mismos que financian, entrenan y arman a los mercenarios que sostienen la barbarie en Siria, aunque digan que los persiguen. ¡Son las intervenciones de la OTAN las responsables del drama de los refugiados!

Por ello, además de la hospitalidad con los refugiados que llaman a nuestras puertas, la más eficaz solidaridad con esas personas es exigir con toda la fuerza posible la retirada inmediata de las tropas de la OTAN y las de los estados imperialistas de EE.UU. y Europa, así como del estado sionista de Israel, de todos los países en guerra. Porque la huida desesperada de millones de personas en búsqueda de asilo en tan diversas partes del mundo es consecuencia directa de esas intervenciones militares criminales.
Por si a alguien le quedaran dudas de esa conexión entre la OTAN y los refugiados, puede recurrir a los documentos aprobados en la cumbre de Gales de agosto de 2014, donde también se aprueban las Maniobras militares que los días 17-18 de octubre tienen lugar en el Golfo de Cádiz, y que, según su propia declaración, tienen entre sus objetivos estratégicos, el proteger la seguridad energética de Occidente (gas, combustibles fósiles…etc.) y controlar los grandes movimientos migratorios.

Hoy, la sola compasión por los refugiados que llegan a Europa no basta. No podemos conformarnos con la simple apelación a la hospitalidad mientras la OTAN, la UE, EE.UU. y sus mercenarios locales devastan los países de los que proceden los refugiados. No podemos abandonar a tantas víctimas, desde luego; pero tampoco podemos limitarnos a asistirlas. Es preciso comprender y denunciar las raíces y las dimensiones de la guerra global en la que estamos inmersos, sin refugiarnos en la equidistancia o la indiferencia.
El silencio, la indiferencia y la neutralidad ante la destrucción deliberada de países enteros y ante las matanzas masivas que se producen en ellos son actitudes cómplices que nos recuerdan el silencio, la indiferencia y la neutralidad de una buena parte del pueblo alemán ante el genocidio político, étnico, y social que llevó a cabo el nazismo en casi toda Europa.

Y tampoco cabe mirar el fenómeno de los exiliados como una realidad lejana. Pues quienes expolian y desatan guerras cruentas en los países de donde proceden los refugiados son los mismos que aquí dirigen aquí las políticas de creciente desigualdad y recortes sociales conquistados tiempo atrás (los responsable de la guerra social). Unos y otros somos víctimas de un sistema depredador que genera violencia, hambre y exclusión social, al servicio de una minoría que acumula, despilfarra y somete. Porque todos somos refugiados, ¡PAREMOS LA GUERRA!

sábado, 3 de octubre de 2015

Contra el reformismo, la subversión



  José María García Mauriño
Octubre 2015

Se puede decir que el reformismo consiste en el hecho de ver la explotación capitalista como un sistema que se puede reformar. ¿Tiene posibilidad de reformarse este Sistema? Cada día me impresiona más ver cómo la postura reformista va caracterizando a la mayoría de cristianos y cristianas que se dicen  de izquierdas. Los cristianos de base de Madrid se declararon Anti-sistema en junio de 2012. Me parece que una mentalidad reformista no tiene nada que ver con  el Cristianismo, sino que tiene mucho que ver con los intereses de las clases dominantes. El gran escándalo en el cristianismo es que prevalecen los intereses de la burguesía antes que los intereses del pueblo, de las clases populares. El cristianismo nació luchando contra el imperio romano, hoy debe luchar contra el aparato del estado burgués. La burguesía capitalista se opone a la liberación de los pobres y explotados, son destructores de la fraternidad y la justicia, engañan  al pueblo con sus discursos reformistas y con su apoliticismo. El reformismo es como un cáncer que es un mal que crece y se desarrolla independientemente de la voluntad del paciente. El reformismo ha crecido y desarrollado al margen del pensamiento crítico de cristianos y cristianas. Tal vez es la mentalidad de cristianos y cristianas de izquierdas más o menos progresistas. Si eres revolucionario, te quedas en reformista, pero si eres reformista te quedas en un vulgar conservadurismo. El reformismo intenta  modificar o reparar algunos aspectos del sistema, pero dejando intacto el sistema y siempre dentro del marco constitucional y por medios legales. Va a los efectos, no a las causas profundas. Pequeños cambios paulatinos y no transformadores para tratar de cambiar la sociedad, es lo que intenta el reformista. Ningún cambio profundo, ninguna aceleración. Es lo propio del pensamiento único, de lo políticamente correcto, hay que ser moderados, nada de radicales, nunca extremistas. Hay que saber pensar y decir las cosas “como Dios manda”. Es decir, como manda y se impone este orden establecido por  las clases dominantes. Frente al reformismo, la subversión. El revolucionario lucha contra el estado burgués, contra toda forma de capitalismo, contra el imperialismo y toda forma de opresión y explotación. El cristianismo es la religión de los pobres, de los explotados; los ricos, si quieren salvarse  no deben ser buenos ricos, sino dejar de ser ricos .El revolucionario debe combatir los dioses falsos del capitalismo: la propiedad privada, el capital, la democracia burguesa, la libertad burguesa, la sociedad del consumo. Así ocurre, que un buen número de creyentes creen que se pueden hacer reformas a este sistema capitalista con independencia de la mentalidad que se tenga o de  la clase a la que pertenece. Hay una opción por un tipo de humanismo cristiano que es una forma modernizada de la ideología liberal del capitalismo. En la práctica, hay una opción por una especie de reformismo que trata de humanizar la estructura existente del capitalismo. Un capitalismo distinto. Se considera que el capitalismo es deshumanizante, pero como el cristiano puede y debe  humanizar cualquier tipo de estructura, parecería legítimo se dedique a reformar el capitalismo. Pero todos y todas sabemos que otro capitalismo de rostro humano es imposible. Tal vez a los cristianos y cristianas sólo se les permite humanizar el llamado “socialismo” de algunas opciones políticas existentes, como el PSOE. Se invita a reformar cualquier sistema que sea, pero no de hacer una revolución pacífica o transformar al actual sistema capitalista. Se autoriza a los cristianos y cristianas  utilizar elementos del método de análisis marxista a condición de integrarlos en ese contexto humanista.

Es preciso ser subversivos, es decir, ver el mundo, ver la sociedad, desde abajo, tener una versión distinta a como suele verse la realidad. Galeano hablaba de poner las cosas “patas arriba”. Poner al sistema patas arriba significa que lo que está abajo, lo que toca el suelo, lo pongamos arriba, que sea vea, las patas del asiento caen abajo y lo que está abajo queremos ponerlo arriba. El sistema se asienta en la explotación de las mayorías, de la clase trabajadora, que están abajo en la escala social, están tocando el suelo.

La sociedad neocapitalista ha sido y sigue siendo legitimada a través de una ideología religiosa, el social-cristianismo. Es decir, la doctrina social de la Iglesia. Según los documentos sociales de la Iglesia, la sociedad queda configurada como una suma de individuos. Por tanto, lo primero que hay que hacer es llamar a la conciencia moral de los ciudadanos y ciudadanas en orden a cambiar la sociedad. Ese sería un cambio menor. El error está en considerar la sociedad como simple suma de individuos. Existe la tendencia en dicha doctrina a definir la sociedad como la suma de dos estratos o categorías sociales superpuesta, los ricos y los pobres, siempre estimados como individuos, dentro del colectivo, casi nunca como clases sociales antagónicas. Esto es muy importante, porque ello significa que aunque se hable de clases sociales no se consideran como tales porque no se las ve en relación estructural dialéctica, antagónica, sino, simplemente, como estratos superpuestos, como categorías sociales. De ahí que se concluya que el orden en una buena sociedad consiste en la colaboración de las clases y así construir una sociedad mas justa en la que cada ciudadano y cada ciudadana se mantenga dentro de las categorías sociales existentes.

La religión católica juega con fuerza un papel ideológico legitimando el orden establecido, esta sociedad establecida por este orden impuesto por las clases dominantes. No nos esforzamos, no nos preocupamos, de mirar el mundo desde abajo.  Nuestra mirada es superficial, vemos lo que está arriba, en la superficie, lo que se ve, no lo que se oculta. No se ve claramente el sufrimiento  y la estrechez del mundo de los empobrecidos. Lo vemos desde nuestra comodidad, desde esa “naturalidad” con la que se ven las cosas de siempre, sin preguntarse  qué es lo que se cuece allá abajo. Pero, existe otra óptica distinta para ver todo el mundo de  los “sub”: Es el mundo de los sub-desarrollados. No estamos en el sub-urbio, sino en la ciudad o a lo sumo en barrios periféricos. No  nos vemos, ni nos tratan como sub-ditos, sino como ciudadanos o ciudadanas. No estamos sub-ordinados a casi nadie, no somos sub-alternos. No estamos sub-empleados. Y podríamos seguir. El mundo de los “sub” es propio de los que viven en el sub-terráneo de la vida, es algo bastante desconocido, por eso no miramos el mundo desde esa situación, por eso, no somos sub-versivos. Nos conformamos con ser revolucionarios de salón Digámoslo claramente, la alternativa al capitalismo, no es el reformismo, sino la subversión, el talante revolucionario, el que trata de poner las cosas patas arriba, como nos decía Eduardo Galeano. La subversión es tener una mirada, una versión,  del mundo, de la sociedad, de la economía desde abajo, y actuar y comprometerse en coherencia con esa versión.
Desde el punto de vista cristiano, el Mensaje de Jesús no es reformista, es subversivo, es revolucionario. En el Evangelio de Lucas, en el interrogatorio ante Pilatos, las masas le gritan tratando de acusarle: “Este subvierte (algunos traducen “solivianta”) al pueblo enseñando por todo el  país empezando en Galilea”  (Lc.23,5). Jesús está por el cambio, no puede dejar las cosas como están, porque el mundo que él vivía era injusto: unos vivían muy bien a costa de otros que lo estaban pasando mal. El mismo Papa, recientemente en su viaje a Bolivia pronunció un discurso nada reformista, un mensaje bastante revolucionario en el que instaba a la gente a luchar creativa y organizadamente, desde abajo, desde su pobreza y explotación. Aseguraba que eran la esperanza contra ese sistema que ya no se aguanta. “Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T»  (trabajo, techo, tierra) ¿De acuerdo? y también, en su participación protagónica en los grandes procesos de cambio, Cambios nacionales, cambios regionales y cambios mundiales. ¡No se achiquen!”. Hay que tener en cuenta que estas palabras las pronuncia el Papa desde el poder, como Papa, es decir, como Jefe de Estado, del Estado Vaticano, pero no como un sencillo cristiano de a pie..
Si efectivamente queremos construir una sociedad nueva, nuestra aportación a esa lucha tiene que ser cualitativamente distinta a la tenida hasta ahora. Intentamos aportar algo revolucionario, no religioso, distinto de esa imagen interesada del “ateismo”. Y dicen ellos que lo contrario al ateísmo es la práctica religiosa tradicional. Y lo contrario del ateísmo, esa ideología que dice no creer en Dios y que no tiene prácticas religiosas, nosotros decimos que es la fe en Jesús y la fe en el mensaje subversivo de Jesús. Lo opuesto al ateísmo, no está en los rituales religiosos. Insistimos en que lo opuesto al ateísmo, no es lo religioso, sino la igualdad de todos los SH, los derechos humanos, y la entrega a la causa de la vida de los pueblos y personas empobrecidas. La sociedad capitalista es fundamentalmente atea.


Para ser de verdad revolucionario, para pretender transformar la realidad debemos imaginar y elaborar una hoja de ruta lo más precisa y completa posible y hacer un gran esfuerzo para prever los posibles movimientos del enemigo buscando distintas alternativas. Ir al campo de batalla sin ser consciente de que se va a la guerra es un suicidio, una gran irresponsabilidad. Ir a la guerra sin preparar concienzudamente una estrategia es garantía de perderla. La democracia es mucho más que poder decidir, es también conocer bien todas las opciones y sus consecuencias en igualdad de condiciones. Siempre es imprescindible un amplio debate antes de que las urnas hablen.

sábado, 5 de septiembre de 2015

CRÍTICA A LOS OBISPOS, Y DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA



José María García Mauriño
Septiembre 2015

1.- Análisis inadecuado de la realidad:
Cuando hablan los obispos de la situación actual  nunca  parten de  la realidad, es decir, de esa tremenda injusticia y sangrante desigualdad social. Unos pocos ricos y una inmensa mayoría de pobres. Ese 1 % de los que viven bien o muy bien, frente al 99 % de la humanidad que vive mal o muy mal. El sufrimiento, la opresión y la violencia que sufren los pobres no son pura casualidad. A eso le llamamos lucha de clases. Se ha abierto una brecha tan asombrosa entre ricos y pobres, que ya es (y será) insalvable durante décadas y quizás siglos.Las muertes de emigrantes en el mar no es producto solo de las mafias No son errores independientes de la voluntad de algunos explotadores. Estas realidades responden a un  sistema  que se ha hecho global y que ya no se aguanta. Está castigando a la Tierra, a pueblos enteros y a las personas de un modo casi salvaje. Tienen causas concretas que los empobrecidos, la clase trabajadora, va conociendo cada día mejor. La profunda causa es el sistema capitalista, donde manda el dinero, la codicia y el poder para reprimir. Nos podemos hacer algunas preguntas: ¿acaso no puede haber otras causas inmediatas? ¿No será el precio de debilidades y búsqueda de alianzas de distintos partidos? ¿No será  la ceguera y falta de confianza entre la clase trabajadora que está cediendo a la presión de los poderosos y sus representantes políticos? Frente a la violencia permanente contra los empobrecidos  y frente a los recortes recientes, el silencio o la pasividad de la jerarquía, es cobardía o complicidad. No se trata de una situación de pobreza, producida por los mecanismos mercantiles de la economía, sino de una explotación del trabajo de los pobres, de los campesinos y campesinas, de los hombres del mar, de los parados, de las personas emigrantes, de la sangrante discriminación de las mujeres, etc. Hay que leer la realidad de la historia  desde esta óptica. La historia no es una realidad ante la cual se opta, sino en la cual toda persona antes que nada vive. La vida en sí misma es ya un compromiso. El cristiano y la cristiana están en la historia y, por tanto, participan, en mayor o menor grado, de su ideología de clase, de su análisis más o menos científico de la realidad, de una cosmovisión del mundo, con una visión filosófica o utópica determinada de la realidad. Estos son el hombre y la mujer históricos que buscan vivir el Evangelio. Es a partir de esa realidad que los seres humanos, seres históricos, podemos escuchar a Dios en la historia.

2.- Una Iglesia de los pobres;
Se dice en los documentos episcopales que la Iglesia se preocupa por todos, pero que está al servicio preferentemente por los pobres. “Una Iglesia al servicio de los pobres”, es el título de una pastoral de los obispos de la Iglesia de Madrid,  pidiendo perdón a los pobres por no haberse preocupado suficientemente de ellos. Abril 2015. Aquí se desconoce el hecho de que los ricos, los poderosos, son los que hacen pobres a los pobres y que estos no pueden liberarse sin luchar contra la explotación. No son pobres, sino que están “empobrecidos”, porque están siendo explotados. Es decir, existe un antagonismo en la sociedad, los pobres forman una clase social que está oprimida, explotada, y los ricos forman  otra clase social que oprime y explota. Es claro que no todos los ricos son explotadores., pero la clase social en su conjunto, sí. La Iglesia invita a que se conviertan los ricos y los pobres A  los ricos para que dejen de ser ricos, se liberen de su posición de dominación, y a los pobres para que se liberen de su condición de dominados y dependientes. La Iglesia, pues, está con todos según su necesidad de conversión que caracteriza cada grupo.

Pero, profundizando un poco en este problema, podemos ver que para ser fiel al Evangelio, la Iglesia tiene que ser la “Iglesia de los pobres”, como dice el papa Francisco. y  no una Iglesia al servicio de ellos. No una Iglesia “servidora de los pobres”, sino una comunidad de creyentes que lucha al lado y con los empobrecidos. Los empobrecidos no necesitan benefactores o servidores; ellos y ellas  merecen y quieren que se respete su dignidad, quieren ser cada vez más libres por sus propias fuerzas y con la compañía de los que realmente comparten sus luchas. Luchan tratando de despojar a los ricos de su poder, forjando ellos mismos su propia liberación, su propia dignidad. Esto es optar por los empobrecidos, no por principios y valores abstractos atribuidos al Evangelio, sino que optamos por la fraternidad, es decir, por la participación en la lucha de nuestros compañeros y compañeras que pasan hambre, que no tienen trabajo porque sus vidas dependen de  un trabajo precario, que apenas significa un  salario de subsistencia.

3.- Una opción a-política.
La jerarquía, en sus documentos, (a excepción de los que trata el papa Francisco) pretende iluminar los criterios para la opción política de los cristianos y cristianas, y no desea inclinarse hacia alguna opción determinada. Sin embargo, en sus documentos hay una opción por un tipo de humanismo cristiano que es una forma modernizada de la ideología liberal de capitalismo. En la práctica, hay una opción por una especie de reformismo que trata de humanizar la estructura existente del capitalismo. Un capitalismo de rostro humano. Se considera que el capitalismo es deshumanizante, pero como el cristiano puede y debe  humanizar cualquier tipo de estructura, parecería legítimo se dedique a reformar el capitalismo, pero sabemos que otro capitalismo es imposible. Tal vez a los cristianos y cristianas sólo se les permite humanizar el llamado “socialismo” de algunas opciones políticas existentes. Se invita a reformar cualquier sistema que sea, pero no de hacer una revolución pacífica o transformar al actual sistema capitalista. Se autoriza a los cristianos y cristianas  utilizar elementos del método de análisis marxista a condición de integrarlos en ese contexto humanista.

La Doctrina social de la Iglesia :
La doctrina social de la Iglesia, es eso, una doctrina, no una praxis de la Iglesia. Casi todo ese gran acerbo doctrinal está tomado de las encíclicas de los papas. Es, pues un pensamiento jerárquico, no de toda la Iglesia. Los laicos están excluidos, no elaboran ninguna doctrina. Existe una división vergonzosa que establece la institución: el clero, es decir, el papa, los obispos y los curas, forman la Iglesia docente, los que enseñan. Los laicos son la Iglesia discente, los que aprenden. Este paradigma va en contra de la igualdad y fraternidad.  Todos y todas tenemos algo que enseñar y todos y todas tenemos mucho que aprender.  Cuando esta doctrina afronta el problema de los pueblos empobrecidos parte de un planteamiento individual, no estructural de la pobreza. Porque la jerarquía siempre ha estado muy vinculada con la estructura capitalista que es la que produce la pobreza. Según los documentos sociales de la Iglesia, la sociedad queda configurada como una suma de individuos. Por tanto, lo primero que hay que hacer es llamar a la conciencia moral de los ciudadanos y ciudadanas en orden a cambiar la sociedad. Ese sería un cambio menor. El error está en considerar la sociedad como simple suma de individuos. Existe la tendencia en dicha doctrina a definir la sociedad como la suma de dos estratos o categorías sociales superpuesta, los ricos y los pobres, siempre estimados como individuos, dentro del colectivo, casi nunca como clases sociales antagónicas. Esto es muy importante, porque ello significa que aunque se hable de clases sociales no se consideran como tales porque no se las ve en relación estructural dialéctica, antagónica, sino, simplemente, como estratos superpuestos, como categorías sociales. De ahí que se concluya que el orden en una buena sociedad consiste en la colaboración de las clases y así construir una sociedad mas justa en la que cada ciudadano y cada ciudadana se mantenga dentro de las categorías sociales existentes.

La DSI tiene documentos muy importantes que han marcado épocas históricas, como la “Rerum novarum” de Leon XIII  en 1891, que es la primera vez que se defienden los derechos de los obreros. Y el papa es tildado de  “papa rojo”. O, en 1965 a raíz del concilio Vaticano II con la Gaudium et Spes que afirmaba la autonomía de lo temporal. Y en la actualidad, 2015, adquiere especial importancia la encíclica “Laudato Si” del Papa Francisco, que junto con su histórico discurso en Bolivia, suponen una denuncia muy importante del capitalismo. Forman parte también de la doctrina social de la Iglesia. Estas doctrinas poseen una serie de principios y valores muy a tener en cuenta, como puede ser la primacía del ser humano, la dignidad de la persona, la política por encima de la economía, el destino común de toda clase de bienes, el principio de subsidiariedad, el trabajo por encima del capital, la primacía del bien común como criterio de gobierno, etc, Estos principios por sí mismos son abstractos y por tanto inoperantes, si no se aplican a la realidad de la historia. Por ejemplo, cuando hablan de la pobreza, y de los pobres, no habla de la explotación de los trabajadores y trabajadoras, cuando menciona la lacra de la corrupción no la atribuye al sistema capitalista, sino que la considera un “mal moral”, cuando defiende a los emigrantes, no acude a la realidad histórica del colonialismo, de las guerras producidas por el sistema,  de la miseria a la que han sometido a sus pueblos, y que les empuja a salir fuera de sus fronteras, sino a la necesaria “acogida” humanitaria de los países de referencia. No suelen citar casi nunca r la declaración universal de los Derechos Humanos.

4.-La fe cristiana no es una ideología neo-capitalista

Los documentos de la DSI aportan una serie de valores  que se consideran como cristianos o evangélicos que ha servido para legitimar el capitalismo, el neoliberalismo imperante. Estos, pueden ser: igualdad de oportunidades, iniciativa creadora, ser emprendedores, indignación,  pluralismo político, libertad de pensamiento y expresión, dignidad y libertad, solidaridad, socialización, participación en bienes y actividades, etc. Son lemas utilizados para esconder la desigualdad social, económica, política, y la falta de libertad que está sufriendo el pueblo, las clases populares. Afirma la primacía del individuo, nunca lo del colectivo, o lo público. La jerarquía siempre manifiesta una vinculación inconsciente con la ideología de la clase dominante. El camino para definir los valores éticos o evangélicos,  no es el por el camino de la abstracción, sino por la senda del pensamiento crítico. Esta actitud de revisión crítica es lo que puede unir a los creyentes, y no esa supuesta neutralidad evangélica que no existe.