miércoles, 23 de marzo de 2016

OTRA ETICA Y OTRA MORAL SON POSIBLES



ÉTICA,  MORAL Y RELIGIÓN


José María García-Mauriño
 Abril de 2016



1.- Por qué esta distinción entre ética y moral: ¿dónde está el problema?
         ¿Qué es ética? ¿Qué es moral? ¿Qué relación tienen con la religión? ¿Son lo mismo o hay que hacer distinciones entre ellas? Hay mucha confusión acerca de estas cosas. Y esto crea muchos problemas. Significa entre otras cosas que el sistema tiene interés en que esto quede confuso. Ya diremos el porqué de este interés.

En el lenguaje ordinario ética y moral se emplean indistintamente, como si fueran sinónimos. Se entiende lo mismo al decir “aquí hay un problema ético” que cuando se dice “aquí hay un problema moral”.  ¿Qué es lo que hay por dentro?  Que al equiparar uno y otro, que la ética y la moral están en el mismo nivel, estamos haciendo un juicio de valor sobre algunas acciones de tipo personal, o de alcance social: esa acción, esa conducta, esa decisión, es buena o es mala o es dudosa.

¿Qué queremos decir cuando decimos “esto es una inmoralidad”, al ver una propaganda de tipo erótico o pornográfico, o  unos modelos de vestir de algunas mujeres, más que de hombres? Y si es una acción política, ¿es moral alcanzar un escaño en el parlamento por influencias de partidos? ¿O es moral hacerse millonario con especulaciones inmobiliarias? ¿Eso es bueno. es malo, es dudoso o es indiferente.?

¿Qué queremos decir al hablar de que una persona que ha sufrido una depresión por la muerte de un familiar, o un estudiante que ha suspendido, o que ha tenido un desengaño amoroso, están muy bajos de moral? ¿Es correcta la expresión de que vaya un general al campo de batalla a levantar la moral de las tropas? ¿Qué tienen que ver los estados de ánimo con la moral?

         ¿Es lo mismo decir que hoy día hay una enorme falta de ética? ¿o que  a la política lo que le falta es ética?. ¿Que los negocios se realizan sin ninguna clase de  ética? ¿O lo que falta en la sociedad de hoy es la moral?

         ¿Por qué hay tanto debate en educación sobre las clases de ética como sustituto se la religión? ¿Son equiparables ética y religión?
Si profundizamos  un poco,  podemos ver que ética y moral no son lo mismo. En la sociedad, los que están en el poder, la clase dominante, nos inducen a pensar que son más o menos lo mismo Nos imponen una única forma de pensar, sentir y valorar. Es parte del pensamiento único. Según ese pensamiento decimos que es Bueno  lo que ellos dicen que es bueno. Y decimos que es Malo o que no está bien, a lo que ellos dictaminan que es Malo o que no está bien. ¿Cuándo se puede decir que una persona es ética, o cuando es moral? ¿Cuáles son la ética y la moral vigentes en la actualidad? 
El problema que decía al principio consiste en que hacerse estas preguntas nos hace pensar y  nos hace valorar las cosas de distinta manera. Porque se trata nada menos que saber discernir de alguna manera lo que es Bueno y lo que es Malo. La ética y la moral, son dos niveles distintos, uno es el  ético y el otro es el moral, son dos maneras distintas de pensar y valorar las cosas y personas Y vuelvo a preguntar, para ser feliz, ¿hay que ser ético o moral? ¿Con qué código, o norma, trato de orientar mi vida, con la normativa que me imponen, por partte del poder civil o religioso, o con el sistema de principios y  valores que yo elijo y voy elaborando por mí mismo?

 2.- El ámbito de lo moral:
Lo moral se refiere siempre al campo de la conducta, de las  acciones: lo que se hace cada día, en cada institución (familiar, parlamento, economía, etc.), regido  por códigos concretos de conducta de tipo religioso o civil. . Se trata de las costumbres vigentes en la sociedad, regidas por unas normas que emanan de la misma sociedad sin saber a punto fijo quien o de dónde han salido esas normas concretas, de tipo familiar, o social o económico o político. Responde a lo que todo el mundo hace, a los comportamientos diarios de la gente, que ordinariamente se rigen por los deberes u obligaciones impuestas por la sociedad civil o religiosa.

La Moral prescribe lo inmediato para la acción, dictado por el orden establecido por los poderes sociales, políticos o económicos. La Globalización, el Mercado.

La Moral es lo sancionado por la costumbre, por las normas sociales establecidas, por lo de siempre, por lo que se ha hecho toda la vida..Y eso es lo Bueno, el salirse de esa normativa, de esas costumbre, se considera Malo o peligroso.

Algunas preguntas:
- ¿Por qué algunos estiman que es inmoral vivir juntos las parejas sin estar casados?
- ¿Qué significa estar casados por lo civil o por lo religioso?
- ¿Por qué se considera que es inmoral las parejas de hecho de homosexuales?
- ¿Es moral el inmovilismo, la sumisión mental, la aceptación pasiva de leyes, normas y precios que nos imponen, sin hacer nada?
- ¿Es moral hacerle el juego a las fabulosas inversiones futboleras y ver partidos?
- ¿Es moral jugar dinero en la Bolsa?
- ¿Es moral el aumento alarmante en gastos de cosmética, perfumería y estética?
-¿Es moral comprar en las rebajas sin verdadera necesidad?
-¿Es moral gastarse el 40 % de los ingresos en unas Navidades o en bodas?
-¿Es moral seguir comprando una serie de productos con  los que las multinacionales financian las armas, el narcotráfico y la prostitución?
¿Es moral enriquecerse a costa del erario  público, como ha sucedido en Valencia con  la ciudad de las artes y de las ciencias?
¿Es moral ver casos constantes de corrupción y callarse y no denunciarlos?
-¿Es moral buscar sobre todo la seguridad por encima de la Libertad?
-¿Es moral dejarse “convencer” por los programa de la TV sin hacer un esfuerzo de crítica, de querer saber por qué dicen eso o hacen esa publicidad?
- ¿Es moral ir a votar en unas elecciones sin estar convencido de lo que se vota y de las consecuencias políticas que puede tener para el país?
- ¿Es moral acostumbrarse a conocer el hambre que hay en el mundo, el aumento del gasto en armamento, las muertes por sida, etc. y no sentirse responsables?
-¿Somos personas morales o éticas?

Todas estas preguntas tienen una respuesta común: Sí, son morales, Pero no son éticas. Son morales porque responden a códigos de conducta impuestos por la sociedad que ha aceptado regirse por las normas del sistema capitalista, pero no se fundamentan en valores éticos. Por eso tenemos los innumerables casos  de  corrupción durante tantos años y que se siente avalada por algunas leyes y los corruptos aún no están en  la cárcel.

Desde el punto de vista jurídico no se pueden hacer distinciones de homosexuales y heterosexuales. Todos somos iguales ante la Ley, es decir, un reconocimiento de las personas en los mismos términos para las parejas homosexuales que para las heterosexuales. Un código moral o religioso no puede ser nunca un límite en una sociedad democrática. Su tarea no es hacer que todos sean iguales, sino que cada uno tenga derecho a ser diferente, es decir, a tener un proyecto de vida personal, a ser el que quiera ser. Una diferenciación de este tipo entre homosexuales y heterosexuales no sería nunca una diferenciación, sino una discriminación.

3.- El ámbito de lo ético
La ética es parte de la filosofía. Considera concepciones de fondo, busca principios, normas y valores que orientan la conducta de personas y sociedades. Una persona es ética cuando se orienta por principios y convicciones, no por lo que se ha hecho siempre, por lo que piensa todo el mundo o  por lo que dice la TV. Decimos entonces que tiene carácter y buen talante. La moral forma parte de la vida concreta. Trata de la práctica real de las personas que se expresan por costumbres, hábitos y valores aceptados. Una persona es moral cuando obra conforme a las costumbres y valores establecidos por la sociedad que, eventualmente, pueden ser cuestionados por la ética. Una persona puede ser moral, es decir, que sigue las costumbres propias de la sociedad,  pero no necesariamente es ética, porque para ser ética tendría que  ser coherente con  los valores y principios éticos.

Es una hipocresía tratar de defender los llamados “valores democráticos de  Occidente” a partir de  los atentados de Bruselas a fines de Marzo, y luego, no atender a los derechos de los refugiados. ¿Qué valores con esos? Resulta indignante defender esos supuestos valores cuando el primer valor de todos, el valor de la vida, está siendo machacado con  los refugiados que mueren cada día en el mar y los que mueren en las alambradas y en los campamentos, que no les dejan entrar en Europa, sea en Melilla o en Grecia, en Turquía,  o en Hungría .Los líderes europeos han perdido la decencia.

         Todas las éticas han nacido de la reflexión humana del ethos (carácter, hábito, costumbre), que es de naturaleza universal. El ethos configura la actitud de responsabilidad y cuidado ante la vida, la convivencia social, la preservación de la Tierra. Lo que buscamos ahora es un ethos que sea adecuado a la plataforma de la historia, que es global y planetaria. Problemas globales, éticas globales.

     Es, decir, que lo mismo la moral que la ética indican costumbres. Mos en latín, ethos en griego significan costumbre. Y con frecuencia no nos preocupamos en distinguirlos.

       La moral se refiere siempre al campo de la conducta, de las  acciones: lo que se hace cada día, en cada institución (familiar, parlamento, economía, etc.), regido  por códigos concretos de conducta de tipo religioso o civil. Se trata de las costumbres vigentes en la sociedad, regidas por unas normas que emanan de la misma sociedad sin saber a punto fijo quien o de dónde han salido esas normas concretas, de tipo familiar, o social o económico o político.

                            La ética sería la reflexión filosófica de los comportamientos humanos a la l uz de una serie de valores. La ética es el arte de vivir y de vivir con felicidad. Una y otra, ética y moral,  se refieren a la misma realidad. Las costumbres sociales y conductas personales de la gente y de la sociedad. Se trata de buscar la síntesis entre el ideal ético y la realidad social y política, englobadas ambas en  los conceptos de Ética y Moral. La moral es la moral vivida y la Ética es la moral pensada, decía Aranguren. 

         ¿A qué llamamos ética? Todos sabemos que proviene de la palabra griega ethos, que además de significar costumbres, comportamientos, tiene el significado de "morada". Es decir, el abrigo permanente de los animales, (establo) o de los seres humanos (casa). Los seres humanos delimitan su parcela y construyen su morada en la naturaleza, la madre Tierra. Y la madre naturaleza se llama en griego physis (fisis), que suena a física, algo tangible, material. Quiere decir que la morada le hace echar raíces en la realidad material, física, que le da seguridad y le hace sentirse bien en el mundo. Esta morada no viene ya dada de antemano, sino que debe de ser construida día a día mediante la actividad humana. Esta es la obra de la cultura. Es decir, el ethos no es una realidad acabada. La naturaleza humana lo mismo que el universo no es algo ya hecho y terminado de una vez por todas, sino que es una realidad que siempre se está haciendo. Entonces, es cuando ya podemos traducir ethos por ética. Y en este contexto parece como que se da una cierta identidad entre naturaleza, como la madre Tierra, y la naturaleza como sinónimo de naturaleza humana. ¿Son dos cosas tan distintas que las podamos separar?

1) La Ética es como una mesa de seis patas: la mesa significa la igualdad de todo Ser Humano y las 6 patas son los 6 valores básicos y universales: la Vida, el Amor, la  Libertad, la Justicia, la Verdad, la Igualdad. Son valores universales y universalizables, porque se puede aplicar a cualquier cultura o civilización.

2) La ética es vida, es el arte de vivir, y de vivir feliz, y la Vida es movimiento, no inmovilismo, es decir, esa pereza y comodidad, sobre todo la pereza mental para no pensar y “acostumbrarse a lo de siempre” que todo me lo den hecho y pensado. La ética es vida, es moverse, querer participar en la realidad de la vida diaria, en el entorno diario de la familia, del trabajo, de las amistades, del barrio, de la ciudad, de  la Política.

3) La ética no responde sólo a la pregunta ¿qué debo hacer?, sino ¿por qué debo hacer esto o lo otro? O por qué no debo hacerlo La ética es reflexión, es crítica, es filosofía.

¿Cuáles son la ética y la moral vigentes hoy? Las propias de una sociedad que ha aceptado regirse por las normas del sistema capitalista. Su moral dice: lo bueno es lo que permite acumular más,  con menos inversión y en el menor tiempo posible. Su moral concreta se expresa así: emplear la menor cantidad de gente posible, pagar menos salarios e impuestos y explotar mejor la naturaleza. La corrupción es parte del sistema capitalista por eso forma parte del quehacer social de muchos, estén o no estén en la cárcel.

4) La ética no se rige por normas, leyes o códigos, venidos desde fuera, impuestos  de una forma o de otra, por la sociedad o por la iglesia, sino que parte de una elección y elaboración de principios, normas y valores que cada cual va eligiendo a lo largo de su vida y con los cuales orienta su comportamiento. Puede ser que esa elección coincida con las normas vigentes (leyes y normas de tráfico, por ejemplo) o puede ser que no coincidan. No se trata de rechazar todo lo que viene de fuera, sino de ser autónomos, es decir, de rechazar lo impuesto, de darse cada uno sus propias leyes y normas. Es el paso de la ley impuesta a la libertad de conciencia. Es el ejercicio de la Libertad. Claro que hay que aceptar las leyes, pero hay que analizar si esas leyes están conformes con unos valores éticos, si están de acuerdo con los Derechos humanos o no y en qué medida.

5) La ética actual es una Ética Global: no bastan las éticas personalistas, individualistas, de hasta ahora. Estas se suponen, pero hay que darles un contenido mucho más amplio. A problemas globales, respuestas globales. El mundo está en crisis. Se puede decir que la Globalización económica y financiera no tiene ética, sí tiene poder económico y financiero, mucho más que político. El mundo es único, o no hay mundo. No hay dos o tres mundos, hay un solo mundo. No el Primero, Segundo, Tercer Mundo y hasta Cuarto Mundo. ¿Cuántos mundos? ¿Por qué tanta división, porqué tanto interés en dividirnos? Esto es síntoma de una crisis muy seria: la crisis social, la crisis del sistema de trabajo, la crisis ecológica, sobre todo la crisis de valores.

         Debemos reconocer que la Globalización económica y financiera, es decir, el capitalismo, todavía no ha dado respuesta a los grandes desafíos de la sociedad, como son la pobreza, el sida, el hambre en  el mundo, el paro, la paz, y un sinfín de otros males socioeconómicos. Sus planteamientos no pueden ofrecer soluciones, porque no tienen valores éticos, humanitarios. Lo que les preocupa es ese acaparamiento de la riqueza y de los medios tecnificados, de una mano de obra cada vez más reducida y peor pagada. Controlan esas grandes máquinas contables que distribuyen esa riqueza como les conviene,.Es  lo que se llama el Mercado, como son el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio, el Banco central europeo, y que a todo ello se le sigue llamando Globalización económica y financiera, pero en realidad es el Capitalismo puro y duro, o sea el Mercado.

Buscamos otra Ética que tenga como horizonte todos los valores humanos que se establecen en los 30 artículos de  los Derechos Humanos.

4.- Relación entre la moral y la religión:
Se podrían hacer estas preguntas:
         - ¿La moral es parte de la religión, o es la religión una parte de la moral?
         - ¿cuál es la diferencia entre religión y moral?  Porque una cosa es la vivencia moral          y otra distinta es la vivencia religiosa. ¿Se puede ser moral sin ser religioso?.
         - ¿es lo mismo ser religioso que tener fe?
         - ¿cuál es la diferencia entre religión y fe?
         - ¿cuál es la diferencia entre moral y ética y fe?
         - ¿Cuál es la exigencia de la moral cuando se vive desde la fe?.  

Solamente una precisión más: ¿Es la moral religiosa una perversión de la ética?
         Con este enunciado quiero decir que una moral que tiene su origen y fundamento en una religión basada en la ley, altera y trastorna completamente el sentido de la ética. Entendiendo por ética un conjunto de principios y valores que se da el sujeto a sí mismo para orientar la conducta de su vida.

         Ordinariamente, hasta ahora, la religión ha impuesto unas determinadas normas y obligaciones para entenderse con Dios (por ejemplo, en las confesiones, en las liturgias, en las Misas de los Domingos, y en todos los sacramentos: todo esto,  son las obras de la Ley). En este sentido la religión tiene un poder y un saber. Un poder político y económico. Y un saber teológico-moral, que es otra clase de poder. El saber moral ejerce un dominio sobre las conciencias, impone normas, preceptos y leyes que hay que cumplir bajo la pena de pecado o de excomunión (por ejemplo, el aborto, el suicidio, el divorcio, la eutanasia).

         El que domina es el que está arriba, el que se somete está debajo. El que sabe de estas cosas se siente superior a los que no las conocen. Una religión, cuyo centro es la ley y el rito, pero no el amor, conduce y empuja de manera irremediable a entender y experimentar a Dios como un juez que lleva cuenta minuciosa de lo que cada uno hace o deja de hacer. Un Dios que premia y castiga según la ley. La ley viene de Dios. Premia al que es observante de la ley y castiga al infractor de las leyes, sean los mandamientos de la ley de Dios o de la Iglesia, o las normas del Derecho Canónico.  Una religión y una moral que no se definen a partir de la vida y del amor, sino a partir de la retribución, no puede ser la religión de Jesús de Nazaret.

Y decía que algunas leyes religiosas son una perversión de la ética. Hablo de perversión ética en el sentido de "perturbar o alterar el estado de las cosas", como dice la real Academia de la lengua. ¿En qué consiste esa perversión, esa alteración de la naturaleza de las cosas? En que la moral, para ser auténtica, tendría que ser autónoma. Y no lo es, porque de hecho se vive una moral heterónoma. Una moral basada No en la libre autodeterminación del sujeto, sino en la fuerza que da la autoridad de donde provienen las leyes. Una moral basada en la religión y una religión centrada en la observancia de la ley, produce efectos alienantes. Los que asumen esa clase de religión, asumen ese tipo de moral.

 Decimos que es alienante a ese concepto `por el cual la persona alienada es un sujeto extraño a sí misma, es un producto de esta sociedad. Alienación hace referencia a algo «ajeno» a sí mismo, es lo mismo que enajenación. El sujeto se somete a las normas que vienen de fuera, religiosas o civiles, es  un «yo» que se extraña a sí mismo. Yo no soy yo, soy un producto de esas mismas normas religiosas o civiles, que no son las que yo he elegido, pero que no son  mías.
        
Resulta insostenible la actitud religiosa, que tapa lo ético en función de lo religioso; ¿Es que acaso se puede matar, robar, destrozar a los Seres Humanos conculcar Derechos Humanos, en “nombre de Dios”?. ¿Se puede matar en nombre de Dios, aunque se llame Alá? ¿Hay “licencia  para matar” en las guerras de religión? ¿Se pueden bendecir los crímenes de la Inquisición?¿Es este Dios el dueño de la Vida?

La religión es una realidad básica de la existencia humana. Plantea los problemas del sentido de la vida en esta tierra, el problema de los valores, cuál es el lugar del ser humano en el universo, y el problema de la salvación de este mundo de todos sus males. La religión intenta mostrarnos a dios. Cada religión tiene su dios. Tal vez es el mismo dios para todas, aunque con distintos nombres y cualidades. Una idea de dios común a toda la humanidad con formas diferentes. Dios sería un dios cósmico. Está dentro del cosmos como su creador o su ordenador. Se trata de un dios todo-poderoso, eterno, omnisciente, capaz de premiar a los buenos y castigar a los malos sensible a las oraciones y exigente de sacrificios y donaciones. Hay que pedirle perdón y pagar ese perdón por varios sacrificios. Es parte del universo al nivel más alto, sentado en el cielo de donde dirige el mundo entero. Es el autor del orden o de lo que los seres humanos llaman orden del mundo y que en realidad es el desorden del mundo. No quiere que se cambie ese orden.

El problema no está en creer en Dios o no creer en  Dios, sino en qué Dios creemos. El problema está en saber de qué dios hablamos y qué entendemos por religión. ¿Una religión sin dios? Hoy se vive una contradicción desconcertante de ver y sentir más religiosidad que nunca, y al mismo tiempo más increencia que nunca también.

Lo que está en crisis es el mismo concepto de religión. Y esto hace que abunden los agnósticos/as. Jesús no fundó ninguna religión, ni ninguna Iglesia, ni tampoco ninguna jerarquía. Toda religión tiene matices violentos, y a través de la historia muchas veces ha matado en nombre de Dios. La religión se caracteriza por estas tres cosas; a) Dogmas, donde expresa su pensamiento, sus verdades, b) su liturgia, donde expresa sus ritos (en la católica se reducen a los 7 sacramentos) y c) su moral, donde expresa su escala de valores, lo que es el mal y el bien, lo que es pecado, y lo que no es pecado etc. Hoy existe un rechazo a todo lo que huele a religión, se trata de la violencia que supone  la imposición de dogmas,  de ritos, o de morales más o menos rígidas y por tanto, proliferan los ateos y los agnósticos/as. Estamos en  una sociedad `plural, secular, laica, no confesional. Y queda mucho camino para que realmente vivamos en un Estado laico y en una sociedad laica.

Hoy a casi nadie le interesa el tema de Dios, ni tampoco el tema de la religión. Realmente el concepto Dios es una construcción puramente humana y nunca sabremos quien es Dios, si existe o no. Sabemos algo de lo que no es Dios, y nada, absolutamente nada,  de lo que realmente constituye su esencia.
           
B) Esta perversión es lo que aparece claro en la parábola del fariseo y el publicano (Lc.18,9). Ahí se retrata al personaje que se basa en ese tipo de religión, es decir, que tiene el convencimiento de estar cerca de Dios. Y produce tres efectos claros: seguridad en sí mismos, convicción de su superioridad y desprecio hacia los que viven de manera distinta. El individuo se siente seguro, tan seguro que no hay quien le haga dudar ni le haga cambiar sus propias ideas. A todas horas se empeñan en llevar razón. Está en posesión de la verdad.  Ni menos aún duda de su conducta que considera irreprochable. Se siente superior a los demás, porque ve claramente que su vida y sus obras responden a como tienen que ser las cosas. Y desprecia, con mayor o menor intensidad, a todos los que no entienden la vida y las costumbres como él la entiende. Es una alienación en toda regla. Una persona que configura así su religión y su moral es una persona más o menos incapacitada para amar. Es el trastorno más básico de la ética como tarea humana de autoconstrucción progresiva de la propia persona, una vida humana que debería estar relacionada por amor con otros seres humanos, y no con la prepotencia del que tiene la ley en su mano.

         El orgullo ético es todo lo contrario a sentirse débiles, pobres, llenos de faltas y errores. Es lo propio de un creyente humilde, reconocerse débil La experiencia vital de la debilidad, le hace a una persona estar más cerca de la realidad, que la que tiene una postura de orgullo y prepotencia. La experiencia viva de la debilidad es el punto de encuentro con el Dios de los débiles, con Jesús de Nazaret. Ninguna persona está por encima de otra persona ni es quien para juzgarla. Tampoco ninguna persona debe sentirse por debajo de ninguna otra. En el terreno de la ética nos colocamos todos en un plano de igualdad total.

Comprendo que para muchas personas les sea muy difícil separar en la práctica de cada día la moral de la religión. Es una experiencia viva que durante muchos años se ha hecho carne y sangre, casi consustancial con su manera de vivir. No es nada fácil desprenderse de este modo de entender la moral.

Resumiendo lo que he dicho, se puede sintetizar en estas tres cosas:

que no es lo mismo ética que moral y hay que saber distinguir, que esta distinción nos complica la vida, nos obliga a pensar de forma autónoma sin dejarse llevar por lo de siempre: que el sistema no quiere que pensemos, que ya él piensa por nosotros.
que la moral religiosa, como hasta ahora se ha observado, es alienante.

Que la religión es un tema que cada vez interesa menos.