UNA ÉTICA DE LA SUBVERSIÓN
José María García
Mauriño
27 de Enero de 3017
1…- Qué entendemos por
Subversión:
Subvertir significa mover el ánimo de la
gente para inducirle a adoptar una actitud rebelde u hostil en orden a cambiar
el orden público y moral, dice el Diccionario de Lengua.
Se trata de tener una versión distinta, una manera de
ver el mundo, la vida, desde los de abajo, desde el mundo de las personas
empobrecidas, no desde el “orden establecido” por esta sociedad capitalista, no
desde las instituciones, a como nos lo presenta la TV y la prensa. Subvertir es
ver, analizar, el mundo desde los “sub”, desde el suburbio, desde los subalternos,
desde los que están por debajo. Es decir, desde los pobres, de los que no
tienen, no saben o no pueden. La
subversión que propugnamos no es nada violenta.
Subvertir
el orden establecido: es decir, poner las cosas patas arriba. Lo de arriba lo ponemos abajo. Lo que consideramos como
perdido, los perdedores, es lo que vale. Lo que todo el mundo estima que es
bueno, no es tan bueno. Lo que se tiene por poder es debilidad. Siempre
prevalece la vida sobre la muerte, la verdad sobre la mentira, la libertad
sobre la dependencia. Y el amor, la fraternidad, la solidaridad, por encima de
todo. Esa es la subversión: mirar el mundo desde una óptica completamente
distinta Es caminar a contra-corriente.
Lo normal, lo corriente, no es pensar así. Lo corriente es la mirada del
conformismo. Nuestra mirada es la mirada de la rebeldía, de la subversión, la que mira al pobre desde la
vida y desde la dignidad. Desde su barrera, no desde arriba. Es sentir la
nostalgia por los excluidos de esta sociedad, es decir, por
todas las personas empobrecidas del mundo. Los pobres son los que no
tienen, no saben y no pueden.
A.- Los que no tienen techo, comida, dinero, agua, tierras,
trabajo, escuelas, hospitales, “Papeles”…No tienen casi nada.
B.- Los que no saben: Cuáles son sus derechos.
Los que no están informados de lo que pasa en el mundo, en su país, en su
familia. Los que a veces no tienen ni idea de qué se les acusa cuando les
detienen. Muchos no saben: no saben leer ni escribir, ni hacer cuentas. porque
no han ido a la escuela.
C,- Los
que no pueden: no
tienen recursos para salir de su pobreza y miseria. No tienen oportunidad de
salir fuera de su país y conocer otros mundos. No tienen medios para curarse de sus enfermedades.
D.- Los
que viven: Con
enfermedades curables y sin medicinas porque son muy caras. Viven con mucho
miedo. Sin abrigo. Huyendo del hambre de su tierra en pateras y cayucos. O de
las guerras que promueven los poderosos.
Esperando encontrar otro país en el que puedan vivir. Arriesgando su vida y
muriendo por sus familias en una salida obligada de su país. A veces meses y meses en campos de
desplazados y de refugiados. En campos enormes de concentración, años y años.
Sin defensa posible, sin protección social ni jurídica. Olvidados y abandonados
de las autoridades, de sus jefes de gobierno.
Porque no es posible ver, mirar, analizar, este
mundo de los de abajo sin sentir vergüenza, indignación, rabia e impotencia, y clamar por la justicia,
y al mismo tiempo dejar de tomar partido y comprometerse.
En esta reflexión sobre las persona empobrecidas, víctimas del
capitalismo imperialista, afirmamos una
radical subversión, es decir, que lo hacemos tomando partido. Lo hacemos desde una postura de radical indignación ética y desde una insobornable solidaridad con todas las
víctimas de la injusticia, la agresión y el despojo.
Nos ponemos obstinadamente del
lado de las víctimas para hacer frente a una dinámica histórica de indignas
estrategias belicistas y de políticas -económicas, sociales y culturales-, que
sacrifican en el altar del lucro a millones de seres humanos.
Entendemos que las víctimas deben ser el criterio de
verdad de cualquier visión del mundo y de cualquier análisis de las
relaciones internacionales. Porque el sufrimiento humano, sean cuales fueren
sus causas, es siempre una gran interpelación para todo ser humano. Y ante él
no caben justificaciones o indolencias y, mucho menos, discursos que propugnan
la cómplice resignación. La resignación no es ética.
2.- Por qué es
Ética la subversión:
Porque no somos
conformistas con este régimen de muerte y de mentira, no queremos ser cómplices
de esta sociedad que margina a los más necesitados. Se trata de tener una mirada
nueva, una versión ética, claramente comprometida,
con los valores básicos de la ética, es decir, con la vida, la justicia, la libertad, la verdad, la paz. Se trata de
sacudir las conciencias para instalarnos en la óptica de la vida, de los
derechos humanos, de la dignidad, para desmontar el poder de los de arriba y
reconstruir los auténticos valores de los de abajo, del pueblo sufriente. Se
trata de hacerles justicia y que gocen de verdad de las auténticas libertades.
Repetimos, no sólo una mirada, una versión, sino sobre todo un compromiso ético.
El paso de la indignación y la rabia, a la organización, sólida y persistente, es la
clave de cualquier proceso de cambios profundos y radicales. Rabia nos sobra en estos momentos, falta organizarla.
3.- Una pequeña mirada a
la subversión
Hay varios aspectos de la subversión, o sea, ver,
analizar el mundo desde abajo. y que conviene tenerlos en cuenta a la hora de analizar la realidad y comprometerse.
1)
La subversión política: Se trata de ver el mundo de la política desde abajo
.Es decir, ver cómo sus justas reivindicaciones
se debaten en el parlamento, ver las distintas disputas entre los partidos. Y sentir rabia e indignación al comprobar que no atacan los verdaderos problemas de la mayoría
sufriente. Y saber que las decisiones importantes las toman siempre los de
arriba, la Troika, sin contar con la gente. Una democracia que al no ser de verdad representativa, tampoco es
participativa.
2) La subversión económica: ver cómo sigue estancado el número de parados de
larga duración. De que en muchos hogares no entra ningún ingreso, que los que
tienen algo apenas pueden llegar a fin
de mes, que muchos malviven con la pensión
de los abuelos, que tienen que ir a comedores sociales para poder comer,
o buscar cada día la comida en los
contenedores. La angustia de no poder pagar la hipoteca o el alquiler de
la casa, de no poder pagar la factura
del gas, de la electricidad, del teléfono, del colegio de los niños, etc. Y
pasar mucha vergüenza con todo esto. (Algunos
datos: 12,5 % de los trabajadores de la Unión Europea son pobres, en España es
el 15% y en EEUU es el 25% y no ha parado de subir en los últimos años (Europa
Press)). 8 personas son más ricas que 3.600 millones de pobres.(Oxfam)
3)
La subversión cultural: para muchos el no saber leer o escribirles supone una
dificultad muy seria en la vida social, no conocer el significado de muchas
leyes y ordenanzas, no haber podido ir a la escuela o a la universidad, pasan
miedo, vergüenza, impotencia, ir casi siempre con la misma ropa, no conocer
otros mundos…Y con frecuencia, casi sin esperanza de que esto cambie o haya
alguna mejora.
Para todas estas personas reclamamos la vida y la dignidad que les
niegan los poderes de este mundo. Esta
es la subversión, una alternativa a la
opresión política, económica y cultural que sufren estos colectivos
empobrecidos:
-
donde
hay procesos de muerte lenta, tratamos de poner vida
-
donde
hay mentira u ocultación de la verdad, ofrecemos análisis de la realidad
-
donde
hay acumulación de bienes , invitamos a compartir bienes y servicios,
-
donde
hay incultura, proponemos una educación pública y laica de todos y para todos,
-
donde
no hay derecho, insistimos en la denuncia
de los DH que no se realizan en las
clases populares y sí en las clases pudientes.
Al ver este
panorama, nuestra indignación va
dirigida contra esa violencia
estructural del sistema, es decir, contra esa acumulación incesante de beneficios
que no reparte ni comparte, contra esa democracia cuyas decisiones las toma la
economía de mercado, la troika, y no el parlamento. Estamos en contra de la
des-información constante que nos ofrecen la mayoría de los medios de in-comunicación
que nos trasmiten una forma especial de
entender la vida, lejos de una mirada humanizadora desde abajo.
A pesar de todo, mantenemos la esperanza utópica, porque la esperanza es una virtud de los pequeños. Los grandes, los satisfechos,
no conocen la esperanza; no saben qué es. Son ellos, los pequeños, los que
luchan, las personas empobrecidas, las que transforman el desierto en exilio.
Se trata de tener y mantener un horizonte de esperanza, de que se vaya
realizando ese ideal de vida digna para todos los SH. La esperanza hace cambiar
la soledad desesperada, el sufrimiento humano, en un camino llano sobre el cual
caminar para ir al encuentro de la vida digna. Y llegamos a la conclusión:
dejémonos que nos enseñen qué es la esperanza. ¡Dejémonos enseñar la esperanza!
Esperemos, comprometidos y confiados, la llegada de la Utopía, y cualquiera que
sea el desierto de nuestras vidas y cada uno sabe en qué desierto camina, con
qué silencio vive, cualquiera sea el desierto y el silencio de nuestras vidas,
se convertirá en un jardín florido y en una sinfonía armoniosa. ¡La esperanza
no defrauda a nadie! Lo decimos otra vez: “¡La esperanza no defrauda!” Está en
lo más hondo de la persona, forma parte de la metafísica de la naturaleza
humana. El Ser Humano, siempre espera algo, nunca dejan de esperar!!.
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UN APUNTE CRISTIANO: Jesús fue un subversivo
La subversión consiste en tratar de sentar
los pilares de una sociedad que no se basa en los valores del dinero, el
prestigio y el poder, sino en la libertad, la justicia y el amor.
Ellos, los judios,
insistían diciendo que Jesús subvierte
al pueblo enseñando por toda Judea,
empezando desde Galilea hasta aquí”.
El verbo “anaseíô” аνασειω
(subvertir) está compuesto por la preposición “ana” y el verbo original “seíô”.
Este verbo significa “agitar, sacudir, hacer temblar”. De este verbo deriva
“seismós” de donde viene nuestro ·”seismo”, terremoto. La preposición “aná”
significa “arriba, hacia arriba”. Aquí significa levantar al pueblo contra los
de arriba.)
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