Loas nazis. en el siglo
pasado, mataron a más de 6 MM de judíos. Hoy,
los nazis se han instalado en la Troika de la UE, en la vieja Europa, y están masacrando a más de un millón de
refugiados, no con cámaras de gas, sino con las alambradas, con el hambre, con
las metralletas, con el cansancio, con el agotamiento de todos los desplazados
y desplazadas. Es un Segundo Holocausto propio de este capitalismo que hoy se
llama OTAN y alienta las guerras imperialistas. Por donde pisa la OTAN ya no
crece la yerba, se apaga la vida y crece la muerte sin cesar.
Vamos a ver un panorama de lo
que pasa en Europa con los refugiados y desplazados que vienen en masa desde
fuera.
1.-
Desplazados y
refugiados, un fenómeno que no para de
crecer:
La marea humana que en los
últimos años se está viendo obligada a abandonar forzosamente sus hogares es
una de las lacras más cruentas del capitalismo global de nuestra época. Obedece, en términos generales, a la política
de saqueo mundial que los países occidentales llevan a cabo a través de sus
grandes empresas transnacionales y de su participación en conflictos bélicos de
naturaleza imperialista, precisamente para favorecer ese expolio
planetario y consolidar el dominio mundial frente a cualquier modelo
político-social alternativo. Masas humanas de perseguidos o empobrecidos siguen
la ruta que previamente han recorrido las inmensas riquezas extraídas de sus
territorios, con la trágica diferencia de que mientras éstas son anheladas, los
exiliados son rechazados por los países de destino.
Los desplazados son víctimas civiles de unas guerras, cruentas o
económicas, que primero generan inmensa cantidad de muertes civiles y
destrucción en los territorios codiciados y, a continuación proyectan, en tiempos
y espacios diferidos, más muerte civil, al condenar a los exiliados al
desarraigo, al abandono humillante y a la indigencia. Los refugiados son
elocuentes testigos vivos de la indignidad moral humana, capaz de destrozar los
cimientos mismos de una civilización que antepone la violencia del capital y su acumulación a cualquier otro
tipo de valores y, por supuesto, de derechos humanos.
2.- Los conceptos:
El éxodo afecta a dos tipos
de personas:
los refugiados, sensu stricto. Personas que han cruzado una frontera
internacional ante el riesgo de persecución (por guerras o violencia
generalizada) que les amenaza y buscan refugio fuera de su país o en algún
campamento de asilo (campo de refugiados) Superan ya los 20 millones de
personas;
Los desplazados internos,
aquellos que se han visto forzados a abandonar sus hogares como única
opción para conservar la vida, aunque no han cruzado una frontera
internacional. Oscilan en torno a los 40 millones de personas. A estos dos
grandes grupos el “Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados”
(ACNUR) añade los demandantes de asilo, 1.8 Mm de personas que, en tierra de
nadie, están a la espera de conseguir asilo.
El propio concepto de
refugiados está hoy en revisión, porque su sentido originario (Convención de
Ginebra de 1951) ha sido superado por la realidad. Las causas de persecución
que obligan al desplazamiento forzoso pueden ser de diversos tipos: las
guerras, en primer lugar, pero también las desigualdades de género, la libertad
de opciones sexuales, la libertad ideológica, la trata de personas…,etc. Por
ello se impone revisar el lenguaje y hablar mejor de “desplazados forzosos” en general como víctimas de persecución o
necesidad extrema, y a quienes se ha de extender la necesaria protección legal
para salvaguardar sus vidas.
El número de desplazados forzosos en el mundo ha alcanzado niveles
impensables hace pocos años. En estos momentos, y por primera vez desde la II
Guerra Mundial, se ha superado con creces la cifra récord de 60 millones de personas según datos
difundidos por ACNUR, la Agencia de NN. UU para la protección de los refugiados
(World at War. Global Trends
Forced Displacement in 2014)
Y la tendencia sigue creciendo. Eran 51,3 millones en 2013; 59.5 en 2014 (8,2
más que en 2013). ¿Llegarán a 70 millones al final de 2015? No menos dramático
es el dato de que el 51% de los refugiados son menores de 18 años. Y que el
número de solicitudes de asilo en Europa por parte de Menores solos
(menores que han perdido a sus familias), era en 2014 de 25.300 y que en
primeros ocho meses de 2015 supera las 100.000
demandas.
3.- Las principales áreas
geográficas y las rutas por las
que transita esta marea humana son:
Las del Mediterráneo, éxodo brutal de personas que, huyendo de las
zonas de guerra abierta, se dirigen a Europa desde Siria, Iraq o Afganistán, o
desde Yemen, Somalia y Libia.
En paralelo a las del mar, se
encuentran las Rutas de los Balcanes,
de afganos iraquíes y sobre todo sirios
que viajan por tierra desde Turquía, con la intención de llegar a la UE., a
través de Bulgaria, Macedonia o Serbia. Las alambradas y concertinas en la
frontera de Hungría, así como el nuevo cierre de fronteras de lo que fue el
espacio Senghen, están obligando a buscar nuevos caminos para llegar a Europa.
Las rutas regionales del África subsahariana, con millones
de refugiados procedentes de la Rep. Democrática del Congo, Sudán del Sur, Rep.
Centroafricana, Burundi, Somalia, Eritrea, Nigeria…., etc. que buscan acogida
en países vecinos, aunque algunos miran a Europa.
La de Centroamérica. Decenas de miles de caribeños y centroamericanos
(sobre todo El Salvador, Honduras o Guatemala) buscan llegar a Estados Unidos,
a través de México, a causa de la violencia urbana de las pandillas o maras
que reclutan a menores para entrar a su servicio en el tráfico de drogas o en
el crimen organizado. En su éxodo se topan con una segunda violencia a lo largo
de México, donde han de hacer frente a redes de trata de mujeres, delincuencia
común, explotación sexual, policías corruptos, asaltos de pandilleros,
extorsión, tortura y secuestro… Todo ello para, finalmente, encontrarse también
con la frontera estadounidense cerrada a cal y canto.
Y, cómo no, la diáspora de refugiados palestinos, el
más prolongado éxodo del mundo, que tiene su origen en la ocupación israelí de
1948
Y los principales países de acogida de refugiados son, entre otros, Irán, Pakistán, Iraq, Líbano, Jordania,
Turquía, Kenia, Etiopía y Sudán. El 86% de todos los refugiados están en países
de los llamados ‘no desarrollados’, no en países ricos. Y, según ACNUR,
“la tendencia va en la dirección de que se queden más y más tiempo en el mundo
no desarrollado". La presión actual sobre Europa parece que se relaciona
más con manipulaciones oscuras para provocar la intervención militar europea en
Siria que con la libre voluntad de los refugiados.
4.-
El cementerio del Mediterráneo :
El flujo migratorio del norte
de África y del Oriente Medio hacia Europa, por el Mediterráneo, se ha
agudizado en este 2015 a causa de los graves conflictos bélicos que asolan a la
región, especialmente la guerra en Siria, Yemen y Libia. En los ocho primeros
nueve meses de este 2015, 530.000
personas han llegado a Europa,
de forma irregular según Frontex. A finales de Octubre la cifra alcanza ya los 710.000, casi todos a través del
Mediterráneo.
Un flujo que mantiene un
ritmo de crecimiento exponencial
año a año. Según la Organización Internacional de las Migraciones en 2013
fueron 60.000 las personas que entraron en Europa por el Mediterráneo; en 2014,
170.000. Y, según ACNUR, al acabar este 2015 el desembarco de foráneos puede
estar cerca de 1 Millón de personas. “…Cada 12 minutos
dice ACNUR, siguen llegando barcos a las costas griegas con cientos de personas
que han tenido que abandonar su hogar a causa de la violencia”.
El motivo principal de este
crecimiento es conocido: la guerra provocada en Siria por las milicias
formadas, armadas y financiadas por Occidente+Arabia Saudí, y el estado fallido
de Libia, después de la destrucción del país a manos de la OTAN, en 2011. A la
enorme desbandada de Siria se unen los flujos procedentes de los demás países
en guerra en Oriente Medio, Iraq y Afganistán, y a los miles de libios se
añaden las masas cada vez más cuantiosas que vienen de Somalia, Eritrea y algunos
países subsaharianos.
Lo insoportable desde
cualquier conciencia humanitaria es la cantidad de muertes que se producen
cotidianamente en este “Mare Nostrum”, convertido en una gigantesca fosa común,
y la incalificable actitud de la Unión Europea dando la espalda al drama de
cientos de miles de personas que huyen de sus lugares de origen (camino de
Europa), no para mejorar su nivel de bienestar sino simplemente para salvar sus
vidas. En 2014, al menos 3.500
perdieron la vida en su intento de cruzar el Mediterráneo, según ACNUR. Y en
los ocho primeros meses de este 2015 han naufragado ya más de 3000 (en el mes de Abril, casi 1000
personas en una sola semana).
Con todo, estas cifras no lo
dicen todo. Porque son cifras de víctimas “registradas”, a las que hay que
sumar los desaparecidos, aquellos cuyos cadáveres no son encontrados; y a las
víctimas de los naufragios en el mar hay que añadir los que mueren en tierra
firme, en un viaje lleno de obstáculos dentro de la propia UE (el caso más
cruel tal vez sea el de los 71 cadáveres encontrados en un camión frigorífico
abandonado en una autopista a 50 km. de Viena); y los miles de víctimas que
intentan llegar a Europa por el Atlántico, y los que caen en la travesía del
desierto, o los asesinados en las vallas de Ceuta, Melilla o de Hungría, y los
que terminan muriendo en los propios Centros de Internamiento de Inmigrantes
(CETIs y CIEs)
.
5.-
El blindaje de la Europa fortaleza:
Europa es responsable de esas
muertes por partida doble: primero, porque alimenta y provoca las guerras que obligan a huir a la
población civil (Iraq, Libia, Siria, Mali, Sudan…etc.); después porque cierra
sus fronteras con muros insalvables, con vallas plagadas de concertinas
(España, Hungría…) con bombarderos en el mar, o con el bloqueo de
ferrocarriles, obligando a miles de refugiados a ponerse en manos de las mafias
explotadoras para un viaje destinado al fracaso o la muerte. Una Europa, blindada de egoísmo e hipocresía,
es la responsable, con su política anti-migratoria y con su política belicista,
de los cientos de muertes que a diario conocemos.
La respuesta de los países
europeos, en general es de: -“Cierre y militarización de las fronteras”: muros,
alambradas, gases tóxicos, represión..etc. -Negación mayoritaria del derecho.
de asilo. -Alejamiento o expulsión de los que llegan. Financiación de campos,
lejos de suelo europeo.
Como expresión patente de esa
actitud dolosa, hemos asistido estos últimos meses a tres momentos de máxima
indignidad ética y política:
1º) en Julio
de este año contemplamos el grotesco espectáculo de ver cómo los países
europeos no eran capaces de aceptar las cuotas de refugiados que la Comisión
Europea se comprometió a dar asilo en la cumbre de finales de Junio (40.000
ref. sirios), pues los gobiernos europeos sólo aceptaban acoger a unos 32.000,
destacando por su tacañería los países del Este europeo (Polonia, países
bálticos, Hungría…) y España, que en esa fecha sólo admitía a 1300 refugiados,
el 30% de lo que le pedía la Comisión Europea, 4.288. Todo ello sabiendo que en
los centros de acogida de Grecia e Italia había en esas mismas fechas más de
150.000 personas esperando una respuesta (Ver EL PAIS, 21.07.2015); hoy, son ya
más de 500.000
2º) Más tarde, en Septiembre, cuando el clamor popular
obligó a los gobernantes europeos a prestar acogida a los refugiados con un
segundo cupo de 120.000, se han repetido las posiciones de intransigencia y
rechazo por parte de diversos países (4 de ellos se han negado a aceptar los
cupos) (a España le corresponderían 15.000 más), con lo que el mundo entero ha
podido contemplar cuánto hay de verdad tras este proyecto europeo que llaman
“de los derechos y las libertades”: insolidaridad, blindaje y cinismo. La
“Europa de los derechos” se revela otra vez como la “Europa de la vergüenza”.
3º) A mediados de Octubre, en un nuevo Consejo de
Europa, los 28, han aprobado planes para expulsar a los desplazados fuera de
las fronteras europeas que serán reforzadas en todos los países. Turquía será
el socio dócil de la OTAN que, a cambio de miles de millones de euros y algún
otro pacto político escondido, construirá grandes campos de refugiados para
‘almacenar’ allí todo lo que Europa rechaza, y blindar sus fronteras para que
nadie salga de ellos.
¿Qué se esconde tras esta
misión militar? ¿Tal vez una nueva intervención en tierra libia? ¿Para
restablecer la paz en ese estado fallido o para obtener mejores cuotas de
petróleo y gas para las empresas europeas y, de paso, cortar los flujos de
refugiados provenientes de África subsahariana y de Oriente Medio? Todo indica
que podemos estar a las puertas de una nueva agresión contra Libia, aunque
todavía no haya resolución favorable del Consejo de Seguridad de NN UU, gracias
a la oposición de Rusia.
La justificación oficial de
esa política europea de militarización de las fronteras es combatir a las mafias que se lucran con el
transporte de personas. Como si las caravanas de refugiados que transitan a
través del mar fueran un fenómeno causado por pequeñas empresas de pescadores y
no una consecuencia directa de las guerras y del saqueo que les acompaña,
protagonizados o inducidos por las transnacionales europeas o americanas y
ejecutados por los ejércitos de los países OTAN. Es de sobra conocido que con
frecuencia los supuestos “mafiosos” no son más que pescadores que ya no pueden
sobrevivir de la pesca en un mar saqueado por el arrastre de las grandes
transnacionales. Las llamadas mafias del transporte se han convertido en la UE
en un chivo expiatorio para exculpar a los verdaderos responsables de este
drama.
Al blindar sus fronteras y
negar el derecho de asilo reconocido hace 60 años en la Convención de Ginebra
de 1951 sobre Refugiados a personas que huyen de la guerra y del hambre, la UE
rebela su peor rostro de enrocamiento, militarización y hasta xenofobia.
A todos nos ha indignado
profundamente la respuesta cicatera y miserable de la derecha Europea, y más
aún la campaña de acoso, agresión y desprecio de grupos neo-nazis, que
gobiernan en algunos pises como Hungría, y que presionan fuertemente en otros
países como Alemania.
Frente a este clima social y
político es preciso denunciar alto y claro que el éxodo masivo de personas de
Oriente Medio y África no es un fenómeno inventado por inmigrantes, ni por
supuestas mafias, sino consecuencia directa de las guerras y del saqueo que les
acompaña. Los desplazados forzosos son personas que huyen del expolio
perpetrado por el gran capital europeo y norteamericano, que propicia -o
provoca directamente- las llamadas “guerras humanitarias” para acumular
riquezas, controlar mercados o someter a disidentes frente al modelo
socioeconómico y político capitalista, considerado como el único válido.
6.- Las causas de este Éxodo
masivo
A través de los Medios de Comunicación
conocemos algo del abandono y la desesperación de los desplazados, pero poco o
casi nada nos dicen de las verdaderas
causas que los provocan. Si millones de seres humanos se ven obligados a
migrar para salvar sus vidas o para que sus familias puedan sobrevivir, urge
preguntarse por las razones que fuerzan ese desarraigo, quién se hace
responsable de esa crisis humanitaria y cómo atajarla de raíz.
Ahí en las guerras
imperialistas, están la gran causa de estos éxodos masivos. Es la naturaleza misma del sistema
capitalista quien provoca esas crisis humanitarias, pues funciona en base al saqueo y a la explotación, genera
incesantes guerras de naturaleza imperialista e instaura regímenes al servicio
del gran capital que no vacilan en agredir a las poblaciones de las zonas
codiciadas, con sus ejércitos oficiales o con la implantación del
paramilitarismo. Y esa misma lógica inherente al capitalismo es la que propicia
leyes migratorias xenófobas, y la que favorecen también la aparición de grupos
(mafias) que se aprovechan de las personas en situaciones de extrema
vulnerabilidad.
De modo que para cualquier
ciudadano que conserve un mínimo de conciencia ética y crea en los derechos
humanos, es un imperativo ético el
combatir las mentiras –o las medias verdades- en estos procesos y seguir
tapando a los verdaderos responsables
de este colapso humanitario: el capital internacional, sus transnacionales y
sus ejércitos. Es hora de descubrir dónde están las causas y dónde las
consecuencias de estos éxodos bíblicos, los Oriente Medio y todos los demás, y hablar con claridad de la responsabilidad
en la misma de los países occidentales y de organizaciones como la OTAN.
Recurrir a este tratamiento
en el caso de los refugiados significa convertir a los “donantes con recursos”
en “salvadores”; y a los refugiados en beneficiarios indefensos de la
solidaridad del primer mundo, pero no
en sujetos de derechos, reconocidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los convenios
internacionales.
Ante esos éxodos dantescos
que estamos conociendo es preciso tener claro que ‘su drama no es más que un
efecto diferido de las intervenciones de las potencias occidentales –con
ejércitos propios o a través de los servicios de inteligencia- en países de alto valor estratégico, por
sus recursos naturales o por su ubicación geopolítica.
Ante este aluvión de
desplazados forzosos que llaman a nuestras puertas, urge comprender las raíces y las dimensiones de
esa guerra global de la que son víctimas, y entender la conexión entre
refugiados, explotación colonial y guerras imperialistas.
No podemos dejar que las
campañas mediáticas nos impidan entender que para abordar con éxito las
injustas relaciones internacionales causantes del éxodo de millones de personas
“refugiadas”, es imprescindible
denunciar abiertamente las políticas imperialistas, exigir la desaparición de
la OTAN y devolver lo que hemos saqueado durante siglos para que los
pueblos puedan empoderarse y transformar su propia realidad.
Articular hoy respuestas
solidarias coherentes pasa necesariamente por señalar con claridad a los
responsables: a) A las multinacionales occidentales, que
buscan el lucro en cualquier rincón del planeta sin respetar otras reglas que
las de su propio beneficio. Son ellas las que fuerzan los primeros
desplazamientos internos, las que destruyen la soberanía alimentaria de los
pueblos con sus megaproyectos de agroindustria, las que destruyen el medio
natural con sus perforaciones y contaminaciones en busca de petróleo y gas o de
minerales valiosos como uranio, coltán, diamantes…etc), las que ponen en marcha
batallones de mercenarios y paramilitares, las que dominan a los propios
estados y cambian gobiernos a su gusto.
b) Las instituciones
financieras internacionales y los Grupos de inversión que no se
conforman con derribar todas las fronteras para la libre circulación y
acumulación de capitales sino que imponen políticas de ajuste brutal en casi
todos los pueblos del Sur, se lucran con la industria y el comercio de armas,
financiar y, sobre todo, con la complicidad de élites locales corruptas,
someter a la esclavitud a pueblos enteros a través del yugo implacable de la deuda, casi siempre ilegítima y odiosa.
c) A todos los gobiernos
y coaliciones políticas internacionales (la llamada comunidad internacional occidental),
que ponen en práctica políticas imperialistas dictadas desde el centro del
Imperio (Washington) y secundadas por gobiernos clientelares, entre ellos la
propia Comisión Europea. Ellos
son los responsables inmediatos de las extorsiones y agresiones militares sobre
los pueblos para usurpar sus recursos e imponer su hegemonía, siempre al
servicio del capital.
d) Finalmente, a los aparatos militares, a los servicios de inteligencia de las grandes
potencias y las alianzas militares
internacionales, que ejecutan el trabajo sucio al servicio de
gobernantes sin escrúpulos. En este estamento se encuentra el más poderoso
brazo armado del imperialismo euro-norteamericano: la OTAN, la organización militar que en 2011 destruyó Libia, el país con el Índice
de Desarrollo Humano más elevado de África; que pertrechó a los talibanes para
derrocar al único presidente progresista de toda la historia de Afganistán; que
engloba en su seno a los estados
que destruyeron Iraq, y que son los mismos que financian, entrenan y arman a los mercenarios que sostienen la
barbarie en Siria, aunque digan que los persiguen. ¡Son las intervenciones de la OTAN las responsables del drama de los
refugiados!
Por ello, además de la
hospitalidad con los refugiados que llaman a nuestras puertas, la más eficaz solidaridad con esas personas
es exigir con toda la fuerza posible la retirada inmediata de las tropas de la OTAN y las de los estados
imperialistas de EE.UU. y Europa, así como del estado sionista de Israel, de
todos los países en guerra. Porque la huida desesperada de millones de
personas en búsqueda de asilo en tan diversas partes del mundo es consecuencia
directa de esas intervenciones
militares criminales.
Por si a alguien le quedaran
dudas de esa conexión entre la OTAN y los refugiados, puede recurrir a los
documentos aprobados en la cumbre de
Gales de agosto de 2014,
donde también se aprueban las Maniobras
militares que los días 17-18 de octubre tienen lugar en el Golfo de Cádiz,
y que, según su propia
declaración, tienen entre sus objetivos
estratégicos, el proteger la
seguridad energética de Occidente
(gas, combustibles fósiles…etc.)
y controlar los grandes movimientos migratorios.
Hoy, la sola compasión por
los refugiados que llegan a Europa no basta. No podemos conformarnos con la simple apelación a la hospitalidad
mientras la OTAN, la UE, EE.UU. y sus mercenarios locales devastan los países
de los que proceden los refugiados. No
podemos abandonar a tantas víctimas, desde luego; pero tampoco podemos
limitarnos a asistirlas. Es preciso comprender y denunciar las raíces y las dimensiones de la guerra global en la que estamos
inmersos, sin refugiarnos en la equidistancia o la indiferencia.
El silencio, la indiferencia
y la neutralidad ante la destrucción deliberada de países enteros y ante las
matanzas masivas que se producen en ellos son actitudes cómplices que nos recuerdan el silencio, la indiferencia
y la neutralidad de una buena parte del pueblo alemán ante el genocidio
político, étnico, y social que llevó a cabo el nazismo en casi toda Europa.
Y tampoco cabe mirar el
fenómeno de los exiliados como una realidad lejana. Pues quienes expolian y
desatan guerras cruentas en los países de donde proceden los refugiados son los
mismos que aquí dirigen aquí las políticas de creciente desigualdad y recortes
sociales conquistados tiempo atrás (los responsable de la guerra social). Unos
y otros somos víctimas de un sistema depredador que genera violencia, hambre y
exclusión social, al servicio de una minoría que acumula, despilfarra y somete.
Porque todos somos refugiados, ¡PAREMOS
LA GUERRA!