jueves, 30 de noviembre de 2017

LA ÉTICA, CRITICA A LOS MITOS CAPITALISTAS



José María García-Mauriño
1 de Diciembre de 2017

A.- Filosofía de la crítica:
“Criticar es juzgar con valentía, es identificar méritos y debilidades; desvelar lo oculto, actuar de forma abierta y no dogmática; llamar a las cosas por su nombre. Es una actividad que implica riesgos porque teme los juicios que puedan descubrir sus errores y debilidades. La crítica es, por naturaleza, polémica; genera discordias y enemigos, pero también amigos. Puede producir ideas y conocimientos, así como cambios, siempre necesarios, en las obras y en los seres humanos. De allí que lo normal es que el poder establecido o dominante trate siempre de suprimir o de ocultar la crítica. Ser crítico no es fácil”.

B.-Criticamos varios mitos, propios del capitalismo:
Aquí, entendemos por mito esas verdades ocultas que se repiten constantemente, que el sistema no quiere que aparezcan, y que el pensamiento crítico poco a poco las va descubriendo.

1.- Frente al mito del Fatalismo
El fatalismo es una verdad que no se tiene interés en que aparezca, que se oculta y que la reflexión crítica pone al descubierto.
Nos quieren hacer creer que ya todo el futuro está prederminado, “escrito está”,  la voluntad humana no puede hacer nada. Es el final de la historia, ya no hay nada que hacer, ya está todo dicho, hecho y pensado. No hay más que seguir el camino ya trazado. Como las vías del tren, no se puede salir de ellas sin descarrilar. Fuera del sistema capitalista, fuera del mercado no hay salvación. Es el pensamiento único.

La Ética opone la libertad de pensamiento: pensar de forma distinta del pensamiento único no es nada fácil. Existen otras formas de interpretar la realidad. Se trata del Pensamiento crítico: hacer análisis de la realidad desde otros presupuestos, como el de la libertad,  cada uno piensa por sí mismo y en grupo,  tiene razones, argumentos, para construir el futuro, debatiendo, contrastando opiniones. El futuro no está escrito, lo vamos haciendo entre todos y todas. El pasado sí está escrito, es la Historia, es posible modificar el presente y construir el futuro. Tener imaginación creativa para proponer otras fórmulas alternativas. Tener la íntima convicción de que la historia la vamos haciendo entre todos, con nuestras pequeñas acciones y compromisos.

2.-  Frente al mito de la Competitividad:
La competitividad es la capacidad de generar la mayor satisfacción de los consumidores fijado un precio, o la capacidad de poder ofrecer un menor precio fijado, o bien una cierta calidad de la mercancía que se ofrece en competencia con otras mercancías. Es decir, que se hunda cualquier otra empresa antes que la mía, poner precios baratos para hundir otra producción, en la escuela sacar mejores notas que otro, ser el mejor de mi empresa, tener un coche mejor que el de mi vecino,  luchar para que nadie me pise el puesto, ponerme por encima de otro, etc. Todo eso es competitividad, no competencia.

Decimos que sí a ser competentes es decir, conocer y saber a fondo los cometidos de su carrera, de su profesión, su trabajo, sea cual fuere, lo mismo ser médico que enfermera que albañil o fontanero, que abogado. Poner a disposición de la sociedad lo que ha aprendido. Saber desarrollar sus cualidades personales. Ser y tener cada uno, cada una, personalidad propia, no ser un producto del ambiente social reinante.

3.- Frente el mito del conformismo:
Estar de acuerdo con el sistema en la forma de pensar y en la forma de actuar. Se conforma uno con lo que hay, hay que acomodarse, no se puede ir contracorriente, es lo que hace todo el mundo…  No nos podemos salir de estas estructuras, eso es malo, está prohibido, es un inadaptado social. Lo que quieren es gente sumisa, corderitos mansos, gente que no piense por sí mismo. Eternos menores de edad.  El infantilismo perpetuo.

Nos situamos en la disidencia,  es decir, significa separarse de la común doctrina, creencia o conducta, afirmamos la insumisión mental, saber decir que NO a este sistema, que esto no está bien, que no nos gusta y además sabemos por qué no nos gusta.

Pensamos en el consumo, comprar, Creo que ser capitalista no es solo cuestión de tener muchos Millones de €, sino de asimilar los valores del sistema, como es la cultura del mercado, el ansia de comprar, sin un pensamiento crítico.

4.- Frente al mito del individualismo y de la decisión personal:
Es la primacía del individuo frente a lo comunitario. Que actúa independientemente del entorno en que viva, como si no existiera el sistema.  En situaciones de grave crisis, ese ¡sálvese quien pueda! es el grito propio de la mentalidad individualista del NL. Las fórmulas que emplea el sistema siempre son individuales. Lo que vale son las decisiones personales, desligadas del entorno social, de la clase obrera, de la familia, etc. En lo laboral, ya no quieren convenios colectivos, sino que cada uno se entienda con su jefe.

El mito del individualismo se basa en la supremacía del individuo como valor supremo por encima de lo colectivo. Aquí reside el fundamento de la libertad, de la propiedad privada, del triunfo personal a toda costa, etc. Esta manera de presentar el progreso del ser humano oculta interesadamente que lo que llamamos sociedad o cultura humana surgió de la cooperación, la solidaridad y la comunicación. Esto es precisamente lo que distingue lo humano de lo animal. El egoísmo salvaje es precisamente la animalidad. 

La ética ofrece una cultura comunitaria en la que todo lo que sea esfuerzo cooperativo y colaborativo, construye una convivencia menos injusta y más solidaria. Propone que el trabajo no nos mantenga ocupados como trabajadores y consumidores, sin apenas tiempo ni espacio para el descanso o el ocio, o  actividades alternativas. La ética espera que la gente actúe solidariamente, es decir, hacia objetivos colectivos, comunitarios, no individualistas. La ética espera que obtengamos lo que podamos por nosotros mismos, pero dentro de unas estructuras que miran  al bien común, que se preocupan de los problemas de otros.

5.- Frente  al mito del Inmovilismo,
Es una verdad constatable que los gobiernos, la gente, no quieren el cambio, quiere continuar con  lo de siempre, y esto nos lo quieren ocultar  y hay que descubrirlo en cada legislatura. El gobierno trata de dejar que las cosas sigan su curso, que continúen como están,  sin  hacer nada que ya se irán arreglando solas, (esto es así, “es lo que hay” y no se puede hacer nada por cambiarlo)
         ¿Es verdad que no se puede hacer nada? Que todo esfuerzo es inútil?

La Ética afirma la cultura del cambio: las cosas, la política necesitan un cambio no pueden quedarse como están, porque como están hacen  daño a mucha gente, que se les niega un mínimo para vivir con dignidad, no se cumplen los DH, cada vez hay más desigualdad,

6.- Frente al  mito de la neutralidad. 
El Gobierno  presenta su gestión como neutral, como que no toma partido por ninguna clase asocial. Y renuncia a toda injerencia en un conflicto o diferencia de opiniones. Es importante no confundirla con conceptos como la objetividad y la imparcialidad. Nos quieren hacer creer que las cosas son como son que el gobierno no se inclina a una parte ni a otra, que mantiene un equilibrio, una equidistancia y no se puede hacer nada por cambiarlas, porque sería favorecer a unos más que a otros. Que los recortes nos vienen impuestos por Bruselas y no se puede hacer nada. Por eso, es fundamental que la gente siga creyendo en la neutralidad de las instituciones sociales, de los gobiernos, de la enseñanza, de los medios de comunicación y de la ciencia. Las personas se creen que pueden ser neutrales en las elecciones y eso es imposible. No hay ningún partido neutral. No hay ninguna persona neutral. Pero los hechos refutan esta cacareada neutralidad, que no se inclina ni a un lado ni a otro, siempre “equidistante”. Creo que no existe el “centro” ¡!! Pienso que es lo mismo que ser de derechas pero que no se dice por vergüenza propia y ajena.

         La ética propone la cultura del compromiso solidario: las cosas, la política, nunca se arreglan solas hay que buscar siempre formas de hacer algo en común, en colectivo,  mareas, reuniones, debates. Todo lo que huela a algo comunitario es un "veneno" para el sistema. La solidaridad no se acaba con dar un dinero para los refugiados.

El éxito y la eficacia son dos valores muy estimados por el sistema:
a)    Frente al éxito, que consiste en,  tener mucho dinero, comprar cosas, tener doble vivienda, que los  vecinos nos alaben, tengamos puestos altos en la sociedad, relacionarnos con gente importante, etc. oponemos una ética fundamental basada en los valores de la libertad, la justicia y la solidaridad.
Sabemos que ser felices es el principal éxito a que debemos aspirar. Esta es la meta de la buena Vida, no el dinero, el prestigio o el poder. A veces es un trabajo anónimo, creativo ("qué malo es ser bueno!", se dice en la película "El Abuelo"); ser honrado, trabajador y buena persona es casi lo mismo que ocupar el último lugar.
b)   Frente a la eficacia: que es conseguir lo que se pretende. Lo que vale es la cuenta de resultados: Una economía saneada, abundante, sin deudas, que va acumulando beneficios  Una vida de comodidad, sin apuros a fin de mes, que los hijos saquen la carrera, hacer un master, tener mucho dinero, relacionarse con gente importante, salir en TV. Eso es lo importante, si lo has conseguido eres eficaz, de lo contrario eres un ineficiente, un fracasado.

La Ética afirma que lo más importante es ser buena persona. Todo tiene importancia para este sistema menos su vida, su felicidad, su persona, el arte de vivir honestamente. Decimos que lo más importante, no es ser eficaz, sino ser buena persona, libre y honrada, de acuerdo con los Derechos Humanos. Es más importante y tal vez menos eficaz según esos valores imperantes del sistema, pero a la larga es más eficaz el respeto a toda clase de personas, ser tolerante y abierto.

7.- Frente al mito de que siempre ha habido pobres y ricos:
No se puede admitir eso como un dogma. Ha habido pobres porque los ricos, se han  hecho ricos, a causa de apoderarse de una serie de bienes básicos para vivir que pertenecen a las personas empobrecidas y apenas les han dejado llevar  una vida digna. Es verdad que la humanidad progresa y que ahora estamos mejor que hace 300 años, pero no progresa para todos igual, unos han acumulado riquezas, poder, dinero y prestigio y otros apenas tienen nada.

8.- Frente el mito de la religión: que predica que hay que sufrir aquí en la tierra, porque luego nos espera un cielo eterno,
 decimos que en esta vida hay que sufrir lo menos posible, porque estamos hechos parta la felicidad, no para el sufrimiento. Y no sabemos nada del más allá, de la existencia de otra vida, es una alienación propia de la Iglesia católica, que no tiene fundamento. No nos “ganamos el cielo” a base de sufrir en esta vida. Hay que vivir en el más acá, lo más honestamente posible, no con la esperanza puesta en  el más allá, del que no conocemos nada.

9. Frente al mito de que la naturaleza humana es inalterable. 
La opinión que se tenga de la naturaleza humana influye también en la política, en el comportamiento de la gente y en sus expectativas. Si se difunde la idea, e incluso se la pretende demostrar “científicamente”, de que la naturaleza humana está creada de una vez por todas ,bien sea por Dios o por el ADN, genoma humano o como se denominen las nuevas “divinidades” de la ciencia, se admitirá fácilmente que las relaciones conflictivas son propias de la condición humana que  siempre es la misma, es invariable, y no de las circunstancias sociales que son variables, que son históricas; y se saca la consecuencia de que la agresividad es propia de la naturaleza humana, no del sistema, y por lo tanto incorregible; que, no vale la pena cambiar el medio social que genera esos conflictos y esa agresividad para con los demás seres humanos. Los efectos sociales de esta tesis son la desorientación, la incapacidad para identificar las contradicciones y sus causas y, lo que es peor, la sumisión y aceptación de la situación existente.

Existe una evolución en la naturaleza humana, desde el Paleolítico superior hasta hoy. ¿Es la misma naturaleza del ser humano (SH) del siglo XVII que la del siglo XX o XXI? Decía Ortega y Gasset, “el SH no tiene naturaleza, tiene Historia”.  El mismo concepto de Naturaleza es dinámico, no estático. Viene de “fisis” (naturaleza en griego) del verbo “fio” que es nacer, crecer, desarrollarse, evolucionar, etc.

Una mirada antropológica:
Más pronto que tarde, los avances científicos nos obligarán a repensar casi todo lo que la filosofía nos ha enseñado y que en buena medida seguimos pensando acerca del ser humano y de su “singularidad”: su autoconciencia y libertad, su razón y corazón, su mente o espíritu. ¿Somos tan singulares como hemos pensado durante miles de años? Necesitamos una gran cura de humildad, que es como decir sabiduría. O humanidad.
Lo cierto es que nos hallamos en camino, seguimos evolucionando, aunque no sabemos exactamente hacia dónde. A las religiones monoteístas y sus teologías, lo mismo que a muchos gobiernos, les está costando más asumir esta visión inacabada, provisional, evolutiva del ser humano; están anclados en un paradigma demasiado antropocéntrico y fixista, ligado a dogmas que consideran revelados e intocables. Pero las ciencias nos irán obligando, nos están obligando ya a superar esa visión.
Las neurociencias demuestran que todo lo que llamamos “humano” depende de las neuronas, que son células, que son moléculas, que son átomos organizados. Y todos los animales, salvo las esponjas, poseemos neuronas, en grados muy diversos de complejidad organizativa. A cerebros más complejos, capacidades más altas. Y esa evolución que nos lleva desde el átomo a la autoconciencia es un proceso unitario de saltos cualitativos, y los saltos cualitativos se producen a medida que se da una mayor complejidad cuantitativa.
Cierto, la mente y los factores sociales que la condicionan contribuyen también a modelar el cerebro, por eso que llaman “plasticidad” del cerebro. Hay una cierta interacción: del cerebro emerge la mente, y la mente actúa sobre el cerebro. La mente o “espíritu” también hace ser en alguna medida al cerebro que nos hace ser inteligentes o espirituales. Los sentimientos, los pensamientos y la conciencia son sin duda más que mera biología (células, genes y neuronas), y la biología es sin duda más que mera química (átomos, moléculas, sustancias). Pero la psicología existe gracias a la biología y no puede existir sin ella, ni la biología sin la química. La mente o “espíritu” no puede ser sin el cerebro. Dependemos de las neuronas para reír y llorar, pensar y hablar, recordar y proyectar, confiar y temer, amar y odiar, ser fieles o infieles, valientes o cobardes. Y para creer y orar, amar e imaginar a Dios para bien o para mal. Nos diferenciamos de las lombrices por el número de neuronas y de conexiones neuronales. Somos más que neuronas, pero siempre por medio de las neuronas, y de los átomos y las moléculas que las forman.
Hay más. Las neurociencias no solo estudian el cerebro, sino que abren caminos para cambiarlo profundamente. Lo que ayer era insospechable es hoy realidad. Lo que hoy solo se empieza a barruntar, e infinitamente más, algún día será realidad. Que sea para bien o para mal, he ahí la cuestión. Pero será. Hace tres meses, en marzo del 2016, 20 años después de que un ordenador venciera al mejor jugador de ajedrez de la época, Gary Kasparov, el programa Alpha Go de Google ganó por 4 a 1 uno al surcoreano Lee Sedol, el mejor jugador mundial de Go, una especie de ajedrez oriental que consiste en ir colocando piedras negras y blancas sobre las casillas de un tablero. Parece sencillo, pero debe de ser más complicado que el ajedrez convencional. Pues bien, un ordenador le puede ganar al cerebro humano mejor preparado. (Arregi, antropología)
10.- El mito de la ausencia de conflictos sociales.
Como consecuencia lógica de lo anterior, se impone el mito de que no existen los conflictos sociales, no existe la lucha de clases. El conflicto se presenta siempre como un problema individual. Desde el punto de vista de la comercialización, la presentación de los problemas sociales como conflictos colectivos requiere mayor esfuerzo, e incluso molesta a los consumidores, nos dicen los investigadores. De ahí que los entretenimientos y productos culturales de mayor difusión estén tan impregnados de violencia individual. La cooperación, la unidad y la lucha colectivas son conceptos que se presentan como peligrosos. 

En resumen:
Al ver este panorama del NL, vemos cada día más urgente una alternativa de vida a este sistema de muerte. Decimos que Sí, que hay alternativas, que no es algo único e inconmovible, que no se ha acabado la historia, que la seguimos haciendo al lado de los débiles y excluidos.

Es decir, frente a los valores propios del sistema,  como competitividad, enriquecimiento, individualismo, oponemos lo propio de la ética,  justicia, solidaridad, participación y cooperación. Pero,  suenan a utópicos, o sea, como si fueran irrealizables… Lo utópico no se da, pero debería darse
Los jóvenes no se unen por valores éticos, sino por “marcas”, Adidas, Puma, Nike, Lacoste, Coca Cola, etc,  La mayoría son esclavos del sistema, aun sin darse cuenta. “Es lo que hay…”

Finalmente: Seguimos proponiendo un cambio de pensamiento y de actitudes
- una actitud global: no ceder ante los dogmas oficiales que dan por cerradas las posibilidades de cambio social:
- no una sociedad de competidores, sino de gente competente, una sociedad solidaria, de hermanos, como dice el art. 1 de Derechos Humanos.
- ir pensando de otra manera, en otro modelo de desarrollo de las personas y de la sociedad;
- no tener miedo a plantearse problemas; no querer defender posturas personales solamente, sino cada vez planteamientos más universales y planetarios.

Para acabar, conviene tener presente que este sistema lleva la carcoma en su interior y pronto o más tarde tiene que caer. La fuerza de la vida siempre prevalece sobre la muerte. La verdad siempre triunfa sobre la mentira. Nos queda ir adquiriendo una  Resistencia esperanzada y humilde porque la historia en un mañana impreciso cambiará. No tenemos especial miedo al futuro porque no tenemos miedo a la vida ni tampoco tenemos miedo al cambio, ni a las nuevas tecnologías, en definitiva tenemos pocos miedos, porque la mayoría de nosotras tenemos poco que perder.


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jueves, 2 de noviembre de 2017

JUSTICIA Y PROPIEDAD PRIVADA



OTRA  PROPIEDAD PRIVADA ES POSIBLE

José María García Mauriño
3 de Noviembre de 2017

Un concepto elemental de justicia, es darle a cada uno lo suyo y consideramos que lo más suyo de cada SH es su vida, Y para vivir cada persona necesita una serie de bienes, que debe poseer como propiedad privada, Pero, tropezamos con el régimen de propiedad privada de signo capitalista. En efecto, la propiedad privada junto con el régimen de asalariado y el mercado, son los pilares del capitalismo. Y en la sociedad capitalista, a pesar de que existen los bienes suficientes para que todas las personas del mundo pudiéramos cubrir con creces nuestras necesidades fundamentales, eso no es así. En el capitalismo es necesario tener dinero para poder satisfacer las necesidades básicas. Y esos bienes necesarios solamente  los podrá adquirir en el mercado a cambio de dinero. Y el dinero solo se adquiere de forma honesta por medio del trabajo. Naturalmente, para poder acceder a ese dinero «imprescindible» en nuestras sociedades, la mayoría de la población debe trabajar asalariadamente, esto es, debe vender en el mercado de trabajo sus habilidades y capacidades productivas, es decir, su fuerza de trabajo, a aquella parte de la población que posee los medios de producción. Pero, todos sabemos que cuando el propietario, persona o entidad,  de los medios de producción paga al trabajador un salario, no lo hace por la totalidad de lo que el trabajador produce, sino que sólo le paga una parte de lo que éste creó con su esfuerzo. Es gracias a la propiedad privada como la persona del propietario o de la institución, consigue apoderarse de una parte del trabajo ajeno sin que eso constituya legalmente un robo. De este modo es como la propiedad privada se convierte en la principal fuente de poder social en las sociedades capitalistas. Y si no hay trabajo, tampoco hay dinero, Y al carecer de dinero tampoco se pueden  obtener los bienes necesarios para vivir. Entonces, se lleva un a vida muy poco digna de un SH.

A)   Justicia:
La justicia (del latín, Iustitia) es la concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido de sus normas jurídicas. Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones
Este conjunto de reglas tiene un fundamento cultural y en la mayoría de sociedades modernas, un fundamento formal:
  • El fundamento cultural se basa en un consenso amplio en los individuos de una sociedad sobre lo bueno y lo malo, y otros aspectos prácticos de como deben organizarse las relaciones entre personas. Se supone que en toda sociedad humana, la mayoría de sus miembros tienen una concepción de lo que es justo, y se considera una virtud social el actuar de acuerdo con esa concepción.
  • El fundamento formal es el codificado formalmente en varias disposiciones escritas, que son aplicadas por jueces y personas especialmente designadas, que tratan de ser imparciales con respecto a los miembros e instituciones de la sociedad y los conflictos que aparezcan en sus relaciones.

El término justicia viene de Iustitia, y Ulpiano, jurista romano del siglo I,. la definió así: Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi; "La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar (conceder) a cada uno su derecho". Hoy decimos que se trata de reconocer a todo SH  los Derechos Humanos.

Suum cuique tribuere. (Definición de Ulpiano), Es darle a cada uno lo suyo. Y lo más suyo de cada uno, de cada una, es su vida. Cada persona, tiene que tener, tiene que poseer, un mínimo de bienes para poder vivir, es lo suyo, lo propio, de lo que se apropia para poder vivir. Es uno de los 4 principios éticos indiscutibles:

1.- Pacta sunt servanda: : respetar y cumplir lo pactado.
2.- Alienum non laedere: no hacer daño a los demás
3.- Suum cuique tribuere: darle a cada uno lo suyo
4.- Honeste vivere: vivir honestamente.

La justicia tiene un fundamento cósmico: el orden en la naturaleza; ciclos naturales: verano otoño, invierno, primavera. Este orden no se puede alterar, sería un desorden, algo que no se ajusta a la naturaleza. Es el orden natural: cada cosa, cada ciclo tiene su sitio y cada cosa tiene su función, en  el cosmos y en  el SH. y esto se aplica a los seres humanos, en su dimensión individual y el su dimensión social. Un orden social no basado en la naturaleza es un desorden, una injusticia. Lo difícil es darle a cada uno lo suyo: porque con la Vida que es lo más suyo de cada SH, lo que es de cada uno depende y varía con las condiciones económicas, sociales y políticas de cada individuo, de cada pueblo, en cada momento histórico.

   La justicia es una cualidad, una virtud que debe ser progresivamente descubierta, y replanteada en cada época histórica; siempre se mueve dentro de unos límites nunca claramente definidos y claros.

   La justicia nunca va sola, siempre va acompañada vitalmente, de otros valores vivos, como son la libertad, el amor, la vida, la verdad. Comprenden un síndrome de valores imposible de separar en el interior de la persona.

B)    Propiedad privada capitalista
Cuando hablamos de propiedad privada (pp), aludimos no sólo a la pp de los medios de producción, sino al mismo tiempo a los medios de distribución,  de comercialización y consumo, así como  a los medios farmacéuticos, a los medios de producción de armamento, etc.  De apropiarse de lo que no es suyo como el Petróleo, las fuentes de energía, las eléctricas, la eólica, etc. Se trata de las multinacionales que son emporios de la PP capitalista. Siempre con el fin de acumular beneficios y tratar de dominar en el mundo mundial.

La PP es el campo donde se da la batalla de la lucha de clases. Los ricos y el proletariado. Los pobres no odian a los ricos, no quieren ser como muchos de ellos, sino que los que no tienen dinero también puedan vivir con dignidad, que puedan ser propietarios de unos bienes básicos que les pertenecen por ser SH. Luchan por conseguirlos, porque se cumplan los DH.
Propiedad privada son además los derechos de las personas y empresas de obtener, poseer, controlar, emplear, disponer de, y dejar en herencia tierra, capital, cosas y otras formas de propiedad.[] La propiedad privada se diferencia de la propiedad pública, en que esta última se refiere a bienes propiedad del Estado, comunidad o gobierno y no de individuos o entidades empresarias. El concepto de propiedad ha ido sufriendo modificaciones a lo largo de la historia. A finales del siglo XVIII, durante la revolución industrial, la propiedad privada surgió como la forma predominante de propiedad en el ámbito de la producción y las tierras, desplazando a la propiedad feudal, gremios, sistema de talleres de trabajo y producción artesana, que se basaban en la propiedad de las herramientas de producción por parte de trabajadores individuales o gremios de artesanos.
  C) Otra manera de ver la propiedad privada
 E l Derecho de propiedad privada ha sido definido así: “El derecho de propiedad privada es el poder de usar o de abusar de cualquier cosa en la medida que lo permite el derecho civil” "Ius ac potestas re quapiam tum utendi, tum abutendi, quatenus iure civili permittitur". Definición de Hotman jurista italiano del s.XVI. Esta definición ha sido adopatada posteriormente por las estructuras jurídicas.

Vamos a ver qué es lo que hay detrás  de esa definición:

La naturaleza produce constantemene un serie de bienes, cuya propiedad es comuún para que puedan vivir todos los hombres y mujeres del mundo, son bienes universales. Por otra parte, existe una serie de bienes que son  necesarios para que viva todo Ser Humano. Y cada uno, cada una, toma de ese acerbo común lo que necesita para vivir. Es el valor de uso. Si no tiene esos bienes, si no los puede tener, si no los puede usar, peligra su vida o se muere. Poseer esos bienes en régimen de propiedad privada, es decir, poder usarlos para vivir, es cuestión de vida o muerte, en eso consiste el  Derecho de propiedad privada. El valor de uso, de un uso sobrio de esos bienes, se puede decir, que es de derecho natural. Estimo que estos bienes son de derecho natural, porque son necesarios para mantener la vida humana, son  propios de la misma naturaleza humana. Los otros bienes, los llamados bienes superfluos, los que no son necesarios para vivir, no son de  derecho natural. Y esos bienes necesarios se pueden resumir en estos 5: trabajo, alimentación, vivienda, salud y cultura. La carencia de estos bienes hace casi imposible una vida humana, una vida de cierta calidad humana.

Esos bienes necesarios son “míos” porque uso de ellos para satisfacer mis necesidades básicas, me los apropio, pasan a ser propiedad privada. Una vez cubiertas esas necesidades, esos otros bienes que me sobran, son bienes superfluos, ya no son míos, no me pertenecen, son propiedad del común, de todos aquellos seres humanos que todavía no han cubierto sus necesidades básicas, es decir, de los que están pasando hambre, los que no tienen techo, los  que aun no saben leer y escribir, los que no tienen médicos ni medicinas, etc. Entonces, tengo el deber, la obligación moral, libre, personal, no impuesta por nadie, de devolver lo que no es mío, de lo que me he apropiado indebidamente. Ya no es un “uso” de los bienes, sino un “abuso”. Al mismo tiempo que tengo el poder de usar de esos bienes necesarios, también tengo el poder de abusar de unos bienes que ya no me pertenecen porque son superfluos. Es el “ius abutendi” el derecho de abusar. Y lo que es un abuso, ya no es ético. Evidentemente, tengo derecho a usar de los bienes superfluos a condición de devolver su coste al Tercer mundo. Por ejemplo, si me gasto 3.000 € en una viaje de recreo debería devolver esa misma cantidad 3.000 € a los necesitados del Tercer mundo. Entonces, ya no sería un abuso sino un disfrute compartido, correcto, solidario, justo, Cuando me apropio de algo que no es mío, es un robo, y  tengo la obligación moral de devolverlo. El quedarse con esos bienes, ya no entraría dentro del uso de esos bienes, que es lo propio de la propiedad privada, sino del abuso de ese derecho. En ese sentido no hay que “dar” al pobre cosas que necesita, dar limosnas, eso es un tranquilizante de conciencia, sino devolverle lo que es suyo porque le pertenece y nosotros se lo hemos quitado. El pobre es un “robado”, entre todos y todas le hemos quitado unos bienes básicos que le pertenecen por derecho natural, y se encuentra metido en unas estructuras de pobreza y desigualdad que apenas le dejan espacio para sobrevivir.

Un bien necesario es tener una casa para vivir, por eso se llama vivienda. Y eso es de derecho natural  porque uso de ella para vivir, sea en régimen de propiedad o de alquiler. El Capitalismo. promueve y prefiere el régimen de propiedad al régimen de alquiler, y se llega a la ”burbuja inmobiliaria”. El  Capitalismo  controla perfectamente las propiedades inmobiliarias Pero, tener varias casas, pìsos o viviendas, como un chalet en la sierra o un apartamento en la playa, no es de  derecho natural.  No las tengo para vivir, sino para invertir, o para disfrutar. No solo tienen un valor de uso sino que además tienen un valor de cambio. Tienen un precio. Pueden ser un aval para pedir un  préstamo al banco. Es lo propio del  Capitalismo  que favorece no sólo el uso sino el abuso de propiedades. Ya no son bienes necesarios, sino bienes superfluos. Abusa, porque acumula casa sobre casa. Y el Capitalismo a fuerza de acumular, va despojando a otros del derecho natural de tener bienes necesarios, como es tener una vivienda, un sitio para vivir. Unos pocos abundan en casas y hay otros muchísimos que carecen de vivienda. El tener varias casas no es una  necesidad, es un lujo. Son bienes superfluos, lo mismo que viajes de turismo, de recreo, compras de artículos caros, inversiones beneficiosas, espectáculos, fiestas, comidas, trajes, vestidos, etc. Suponen un volumen de gastos que exceden con mucho los bienes necesarios. No se necesita tanto para vivir, sino para comodidad, o para disfrute, Mi comodidad o disfrute se basa entonces en negar bienes básicos  a la mayoría. No es un problema individual, no es asunto estrictamente personal: “con mis bienes hago lo que me da la gana”. Es un tema estructural. El  Capitalismo ampara y protege la propiedad privada lo mismo el “ius utendi” [de los bienes necesarios] que el “ius abutendi” [de los bienes superfluos] como uno de los pilares de la acumulación incesante de beneficios.

El Capitalismo  ha hecho de los bienes superfluos, bienes necesarios, ha creado la sociedad del consumo para enriquecimiento de unos pocos. Lo público, lo que es de todos y de todas, incluidas las generaciones futuras, es siempre prioritario sobre lo particular y lo privado. La propiedad privada es un instrumento del Capitalismo para poder dominar, no para poder vivir. Recordemos que los bienes de la Tierra son patrimonio de toda la humanidad para vivir, como son el agua, la tierra, los minerales, los animales, el aire, etc. no pueden ser propiedad de nadie, son para uso y disfrute de todos los Seres Humanos junto con el Planeta. El Capitalismo ha creado una conciencia individualista que no mira a su entorno, ha promovido una mentalidad sumisa. Para el Capitalismo, la propiedad privada es sagrada, algo divino y eso no se toca. Es un concepto de propiedad privada que solo beneficia a unos pocos en contra de la mayoría.  Los que se atreven a tocarla son malos, son populistas, son comunistas.

Algunos que disfrutan de propiedades superfluas, aunque sean muy buenas personas, tienen una mentalidad capitalista, no quieren devolver nada, porque  consideran que no han quitado nada a nadie, todo eso es suyo y con lo suyo hace lo que le viene en gana. Devolver significa de alguna manera empobrecerse, quedarse con menos, y eso no se puede tolerar. Lo que hay que hacer es elevar el nivel de los pobres, de los que no tienen. Eso es lo que dice la derecha. Sí, de acuerdo, pero que no me toquen el bolsillo, la propiedad privada es sagrada. Eso es cuestión del Estado que reparte muy mal, o no reparte nada. Se olvida que la posesión de bienes si son universalizables, es decir, si pueden ser de uso para todos los Seres Humanos,  son éticos, de lo contrario, van en contra de valores éticos fundamentales, como pueden ser la justicia, la libertad, o la paz. No todos los Seres Humanos del planeta pueden alcanzar el grado de desarrollo tecnológico que tenemos en Occidente, se hundiría el Planeta. Para que la inmensa mayoría de la humanidad pueda sencillamente vivir, es preciso que todos y todas vivamos con sencillez, es decir, sin abusar de los bienes comunes que nos corresponden. Eso decía Gandhi. No sería ético, por ejemplo, que me comprara un “Ferrari”, un coche que cuesta 45 millones de €, porque no es universalizable, me puedo comprar un coche más modesto que de hecho está más extendido a todos y todas. Lo que tampoco es universalizable es tener al mismo tiempo, lavadora, coche, microondas, nevera, ordenador, móvil,  lavavajillas, licuadora, etc. y que todo el mundo tenga lo mismo que tengo yo.¿Es eso elevar el nivel de los pobres? Ese conjunto de bienes no es exportable a toda la humanidad. Y se puede vivir sin muchas de esas cosas y de hecho se vive mejor.

Todas estas reflexiones son muy actuales, pero no son nuevas. Provienen de más atrás, del siglo IV A.C. de las XII tablas, el código más antiguo del Derecho Romano, que se consideraba sagrado. Después, en el siglo XIII, ya lo decía un sabio, llamado Tomás de Aquino en la suma teológica (1-2 q.94 a.5 ad 3, y 2-2, q.57, a.3). Es la doctrina más ortodoxa que existe sobre la propiedad privada., aunque parezca revolucionario. Lo que puede ser más moderno es la definición del siglo XVI, de Hotman, pero el contenido es el mismo. A Tomás de Aquino le hacemos caso cuando nos conviene, pero cuando toca nuestro bolsillo se nos olvida completamente.

D) La propiedad privada, hoy
cuando llevamos semanas, meses, años de interminables casos de corrupción, es decir, de apropiarse de los bienes públicos en beneficio del bolsillo privado, y que cada caso es el penúltimo, porque nunca es el último. y todos sabemos que afecta cada vez más a la cúpula y las entrañas del partido del PP que nos ha desgobernado con la bendición de casi todos los obispos de la Iglesia católica, El problema fundamental no es la corrupción, el problema es la injusticia, la incesante desigualdad.
Yo no soy mejor que los políticos, por acción u omisión. Solo que les pago yo, les pagamos nosotros. ¿Para eso les pagamos? ¿Y para que los 27 jefes de estado de la Unión Europea se reúnan en Bratislava año 2016, para preguntarse cómo defendernos de los refugiados y crecer más y luego pasearse juntos por el Danubio en un crucero de lujo? ¿Para que los líderes del G20 se reúnan en China, Hangzhou, para hacerse una foto y decirnos que hay que “civilizar el capitalismo” sin comprometerse a tomar medida alguna? ¿Para que, muerto afortunadamente el TTIP,(el tratado de libre comercio de EEU con la UE) nos endosen a hurtadillas el CETA (Tratado de USA-Canadá con la UE) que debe de ser aún peor para todos y mejor para las multinacionales? ¿Quién lo puede entender?  ¿Dónde está la Justicia?
Es absurda, pero muy sencilla, la lógica de un mundo donde manda el dinero. El dinero es la máxima prioridad de todos los negocios. Y el holocausto universal ofrecido al Capital es terrible: hemos esquilmado las selvas y las minas, agotado los enormes pozos de petróleo, envenenado el agua y el aire; cada vez menos gente se ha hecho más rica y cada vez más gente se ha vuelto más pobre. He aquí el mundo regido por una economía regida por el dinero. Un mundo roto y cruel, un planeta masacrado, inhabitable
Ningún muro, valla ni ejército podrá contener a las multitudes, continentes enteros desesperados por la miseria y la guerra. El Estado socialdemócrata del Bienestar fue un paso adelante, pero respondía a la misma lógica. El bienestar de los países ricos se logró a costa de los países más pobres, expoliados de sus materias primas y obligados a comprar los productos elaborados con ellas al precio impuesto por los países explotadores. Cuanto más efímeros sean los productos antes caducarán, y más deberá comprar la gente y más podrán producir las empresas e invadir el mundo, y ganar y ganar.
Un “mundo al revés”, donde la gente se mata a trabajar para tener más dinero, pero no lo pueden disfrutar porque cuanto más tienen más aumenta la codicia propia y la envidia ajena. Un mundo donde “los adultos están atados al trabajo como perritos a una cadena”, y solo se reconoce como trabajo lo que da dinero, todo para mayor beneficio de unos pocos, los que producen más barato y pagan menos salarios.
¿Eso es crecer?. Que engorde la víctima para el sacrificio común. El pez grande se come al chico, pero siempre habrá alguien más grande, y ¿qué comerá el más grande cuando lo haya devorado todo y se quede solo, cuando no tenga a quién vender, cuando la mayoría pobre no tenga con qué comprar? Algún día ha de reventar este sistema, verdadero antisistema, donde la especulación está sustituyendo a la producción, los bancos a las fábricas, los bonos y las acciones a los víveres, donde los Estados destinan el dinero de la gente a rescatar a los bancos que quiebran y que una vez rescatados ahogarán a la gente con sus préstamos e intereses. Algún día estallará este mundo al revés. Ya está estallando: ningún muro, valla ni ejército podrá contener a las multitudes, continentes enteros desesperados por la miseria y la guerra.

Por otra parte, si el gobierno francés dice que no hay dinero para los servicios públicos, no es menos cierto que le sobra dinero para las guerras neocoloniales en que Francia se ha inmiscuido al lado de los EEUU y Gran Bretaña. ¿De verdad no hay dinero?

E) Lo que dicen varios autores

a) El derecho romano s.1, “suum cuique tribuere”. Dar a cada uno lo suyo.
b) Siglo XVI Hotman, “ius utendi et abutendi”. Derecho a usar y abusar de las propiedades que tengo.
c) Lo que dice Locke, filósofo del s. XVII: partidario de la P. privada burguesa. Propugna el D, de p. privada por ser un D. natural, La naturaleza del SH .-argumenta el autor- es ser propietario de su vida, de su libertad, de sus bienes. El Estado debe proteger la P. con sus leyes. También dice que nadie tiene derecho a acumular más allá de lo que puede consumir, Se trata de un individualismo posesivo.
e) Lo que dice Proudhon, sociólogo del s. XIX: la Propiedad. es un robo. Proudhon creía que la concepción habitual de la propiedad combina dos componentes distintos: la diferencia entre la propiedad como una forma de tiranía y la propiedad usada para proteger la libertad. Argumentó que el resultado del trabajo del individuo, aquel en el que se ocupa con regularidad, genera una forma legítima de propiedad. Pero se opuso a que la tierra no ocupada fuera concebida como una forma de propiedad legítima, aceptando solamente una forma de "posesión" sobre la tierra en virtud de su real ocupación o trabajo.
f) Lo que dice Marx, del s, XIX: la P. privada de los medios de producción. es una explotación. En El Capital, Tomo I, al final, Marx escribe sobre la existencia de dos formas de propiedad privada: la que es producto de la explotación del trabajo ajeno o enajenado; y la que es producto del trabajo propio. El punto es interesante, pues Marx sostiene que en esencia, la propiedad privada, se origina por creación y recreación de la explotación humana; por la desposesión iniciada y acumulada de un sector de la población y evoluciona, según Marx, en los conocidos modos de producción esclavista, feudal y capitalista.
g) Lo que dice la Declaración Universal de DH,  del  S. XX 1948,
dice el art,17 de DH: 1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. 2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad


A DEBATIR: ¿sería ético el acumular bienes más allá de lo que es suficiente para vivir? Digo “acumular” que es mucho más que el mero tener.  ¿Sería ético acumular bienes más allá de lo que es el propio trabajo? ¿Qué clase de trabajo propugnamos? ¿vale cualquier tipo de trabajo, por ejemplo el del banquero, un profesor, un comerciante de droga, o traficante de personas, de niños o mujeres?



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