lunes, 23 de marzo de 2020

CORONAVIRUS, UNA REFLEXION


Cómo el coronavirus nos recuerda lo 
"esencial de la vida"


Solidaridada ante el coronavirus


Es una sensación muy extraña... como si los papeles se hubieran invertido... Hoy es África la que se protege de la amenaza europea, la que cierra sus fronteras... la que teme que lleguen los extranjeros.
Todos nuestros compromisos, encuentros, apretadas agendas se desvanecen, como por arte de magia,
 Dentro de nuestro obligado confinamiento, es la hora de apartar los miedos, de pensar, de analizar el por qué de nuestra existencia, en qué ponemos lo esencial de nuestra vida, es hora de escribir cómo nos sentimos y mirar un poco para adentro. Y otear un horizonte más allá de nuestras fronteras. Y avivar  el sentido de solidaridad.
Los años que en nuestro país se ha ido desmontando el sistema del bienestar, entre ellos el sistema sanitario, ahora nos cobran factura

No hay posibilidad de que nadie pueda salvarse en solitario, pues dependemos de muchas personas.

jueves, 9 de enero de 2020

EL DES-ORDEN ESTABLECIDO



José María García Mauriño
Enero de 2020

Llamamos orden a poner las cosas en su sitio,
El sitio de la economía es producir bienes y servicios para que todo el mundo tenga lo necesario  para vivir,
El sitio para la política es buscar al bien común  de toda la población
El sitio de la cultura es crear personas cultas y libres
¿En qué sitio ha colocado este sistema a  la economía, la política, la cultura?
-         En economía busca producir lo más posible para vender, mediante el mercado,  lo más posible y así alcanzar elevadas cotas de beneficios Y genera enorme desigualdad y pobreza. en amplios sectores de la población
-         En política pretende alcanzar el poder y así dominar el mundo, en contra de la verdadera democracia.
-         En cultura busca crear mentes sumisas a su propia ideología y así poder controlar los comportamientos humanos, en contra de las  libertades personales y sociales


Y el resultado es que este sistema ha establecido un conjunto de valores que genera un verdadero des-orden en todos los ámbitos de la sociedad.

viernes, 6 de diciembre de 2019

Cumbre clima


Los países más contaminantes son los países más ricos.
Por eso se explica que los presidentes de las grandes
potencias contaminadoras (EE.UU. y China) “no han
podido venir a la Cumbre del Clima”
Lo más miserable, que estamos viviendo, es que, por
más que el mundo termine contaminado y envenenado,
si no cambia nuestra mentalidad sobre el dinero y la
buena vida, ese mismo capital, disfrazado de mil
engaños, nos llevará a la ruina sin retorno
Las noticias que nos llegan de la “Cumbre del Clima” son como para echarse a temblar. Los científicos que ahora nos explican los peligros irremediables, que nos acechan, y los gobernantes que anuncian la gravedad de lo que se nos viene encima, ¿no?

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Podían haber evitado, a su debido tiempo, que las cosas llegaran a ponerse como “defacto” se han puesto? Yo tengo ya bastantes años y estoy convencido de que no veré las desgracias que vaticinan los entendidos. Por eso, lo que más me preocupa es el futuro de los que ahora
son niños. ¿Qué vejez les espera a estos críos que ahora veo “enganchados” a esas maquinillas incipientes, que dentro de cincuenta años van a destrozar a la humanidad que viva en el futuro?
Cuando pienso en estas cosas, que me ponen nervioso, me acuerdo del dicho antiguo que, sin duda alguna, dio en el clavo: “En asuntos de verdadera importancia, lo más práctico es tener una buena teoría”. ¿Y qué teoría es la que hay detrás del problema enorme que acabo de apuntar? Pues muy sencillo: la responsabilidad de lo que está
pasando y, sobre todo, de lo que se nos viene encima, no la tienen ni los científicos, ni los políticos, en cuanto tales. Son los capitalistas los responsables de lo que ha pasado y, sobre todo, de lo que se nos viene encima. Y advierto, al decir esto, que no hablo como “profeta de desgracias”. Y, menos aún, como “predicador barato”, que

intenta asustar al auditorio. Nada de eso. Porque esto “lo entiende cualquiera”.

sábado, 9 de noviembre de 2019

¿UN DIOS DEBILIDAD?



José María García Mauriño
5 de Setiembre de 2017 y Octubre 2019

1) Por qué un  Dios Todopoderoso?
Es imposible, ilícito, inaceptable hablar de Dios Padre desde una situación de poder. El poderoso no puede hablar de Dios Padre sin ser un cínico. El dictador no puede hablar de Dios Padre sin cinismo. Hay dictadores asesinos que hablan de Dios, invocan a Dios y se legitiman en el nombre de Dios (recordemos a Franco, a Pinochet, y tantos otros). El rico no puede hablar de la paternidad de Dios a los pobres. El vencedor no puede hablar de Dios Padre al vencido. Los excluidos son los vencidos de la vida.
¿Por qué será que la inmensa mayoría de nuestros textos litúrgicos, escritos entre el siglo IV y el siglo XVI, no dirigen la oración al Padre, sino al “Señor Dios todo-poderoso”? Dicen así: “Dios todopoderoso y eterno.” Se trata de una desobediencia formal a la orden de Jesús, que mandó rezar invocando a Dios con el nombre de Padre. Jesús enseñó así: cuando recéis, decid “Padre Nuestro”. La Eucaristía es una oración comunitaria.
Es verdad que la Iglesia conservó la fórmula del “Padre nuestro”. Era imposible borrar esta página del Evangelio. Sin embargo, fuera de esta fórmula, casi siempre dice “Dios todopoderoso y eterno, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna”. Creemos en Dios padre Todopoderoso”. Y así, hasta 9 veces en la liturgia de la misa. Es en la Iglesia, en las parroquias, donde los textos litúrgicos hablan desde el poder, no desde la humildad, desde la debilidad. Y la gente está más por creer en el Dios Poderoso de los milagros,  que en el  Dios, Padre bueno y amigo de los hombres y mujeres.
¿No fue acaso porque el clero sentía que era imposible hablar al Padre desde la posición de privilegio, riqueza y poder que ocupaba? La liturgia de la cristiandad fue expresión de la inmensa riqueza del clero y de los religiosos. ¿Cómo hablar del Padre en el esplendor de las catedrales y las iglesias de las abadías de ese tiempo? ¿Cómo hablar del Padre estando revestido de ornamentos litúrgicos de precio altísimo, manipulando objetos litúrgicos de oro y plata, en un ambiente de imágenes cubiertas de piedras preciosas y perlas? Todo era (y sigue siendo) signo de poder,  riqueza, fuerza, dominación. Todo esto era atribuido a Dios, pero no dejaba de estar reservado a una clase privilegiada. En este contexto, la fórmula que se impone es “Dios todopoderoso y eterno”. No había lugar para el Padre. Instintivamente los autores de los textos litúrgicos sintieron la imposibilidad de hablar de Dios Padre.
Cuando las liturgias celebraban las conquistas, las victorias en las batallas, la destrucción de pueblos considerados enemigos de Dios, ¿cómo hablar en ese ambiente, del Dios Padre? En las misas que celebraban la destrucción de los indios, la represión de las revueltas de esclavos, ¿se puede hablar del Padre? ¿Se puede agradecer al Padre, celebrar la Misa, por el exterminio de los indios, la expulsión de los judíos, la destrucción traicionera del reino musulmán de Granada? Sólo se podía invocar al “Dios todopoderoso y eterno” de quien se pensaba que había manifestado el poder de su brazo. Este título de Padre tenía que ser reprimido.  La Iglesia tenía que legitimar la conquista y la dominación, no podía invocar el amor del Padre, sino sólo la ira del Dios eterno y todopoderoso ofendido por la incredulidad de los pueblos paganos.
Los cristianos fueron instruidos por la liturgia, por la forma de hablar de los padres. No es de extrañar que son pocos los que dirigen su oración al Padre. En la vida diaria invocan al “Señor eterno y omnipotente.” Dado que este Dios es muy distante, prefieren invocar al Sagrado Corazón de Jesús o a Nuestra Señora adornada con todos sus atributos. Las devociones populares fueron el sustituto de Dios Padre.
2) Por qué un Dios debilidad?
El Dios de Jesús no es un Dios Todopoderoso, es un Dios débil, es un  Dios misericordioso y compasivo, lejos de todo poder. Dios no es un Señor Omnipotente y eterno (como se reza en la Misa) sino el Padre bueno que sabe perdonar y abrazar a los que pecan. No es fácil compatibilizar en esa liturgia de la Misa, el rezo del Padrenuestro con esas otras afirmaciones de Dios Todopoderoso.  Jesús se opuso al poder político y religioso de su tiempo. Jesús estuvo siempre al lado de los débiles y defendió a los débiles, pero no desde el poder sino desde la  humildad, la mansedumbre, desde la pobreza, desde los de abajo.  Jesús no se mostró nunca como el Mesías triunfador, militar, que iba a liberar a su pueblo de la invasión del imperio romano. Era el Hijo del Hombre que predicaba las bienaventuranzas. El era manso y humilde de corazón. Los que creen en los milagros están aceptando a un  Dios poderoso, el Dios de los milagros, que desde luego no es el Dios de Jesús.
Así lo dice de claro el NT: Tres argumentos:
a)     Del Evangelio de Juan : “El verbo de Dios se hizo carne”. Y “carne” en griego se dice sarx y sarx se traduce por debilidad, fragilidad. Entonces se puede decir con toda claridad que “El verbo de Dios se hizo debilidad”.
b)    Del Evangelio de Mateo: Tuve Hambre, tuve sed, estaba enfermo, etc. Todo lo que hagáis por estos hermanos míos más débiles, lo hacéis conmigo. Jesús se identifica con los más débiles de la sociedad.
c)     San Pablo a los Filipenses 2,6 cuando habla del “vaciamiento” de Dios., la Kenosis:  “El, a pesar de su condición divina, no se aferró a su condición de Dios, al contrario se despojó (ekenosen, en griego) de su rango y tomó la condición de esclavo haciéndose uno de tantos. Así, presentándose como simple hombre, se abajó obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz”.
Según es el Dios en el que cada cual cree, así es la vida que cada cual lleva. El que tiene su fe puesta en el dinero, pongamos por caso, será sin duda un individuo cuya vida estará regida por la codicia. Y lo más probable es que semejante sujeto termine siendo un corrupto o un ladrón. Un tipo así, aunque diga que es ateo, en realidad no lo es. Porque Dios es la realidad última que da sentido a nuestra vida, aunque la vida  de esa persona esté marcada por la ambición del tener. Una realidad a la que sus “creyentes” están dispuestos a servir. Por esto, sin duda, el Evangelio dice que el contrincante de Dios no es el ateo, es el dinero: “No podéis servir a Dios y al dinero” (Mt 6, 24; Lc 16, 13), el “mamón” personificado como un poder que está siempre en conflicto con lo que Dios exige y la honradez demanda.



domingo, 20 de octubre de 2019

DIOS HA MUERTO


Jose Maria Garcia Mauriño
Octubre de 2019
Federico Nietzsche no fue el primero en utilizar la expresión “Dios ha muerto”. Su origen se encuentra en un texto de Lutero: “Cristo ha muerto./ Cristo es Dios./ Por eso Dios ha muerto”. En él se inspira Hegel en la Fenomenología del espíritu donde afirma que Dios mismo ha muerto como manifestación del sentimiento doloroso de la conciencia infeliz. En Lecciones sobre filosofía de la religión se refiere a una canción religiosa luterana del siglo XVII en un contexto similar: “Dios mismo yace muerto./ Él ha muerto en la cruz”. Es probable que Nietzsche, hijo y nieto de pastores protestantes, la conociera e incluso la hubiera cantado en el Gottesdienst. Pero ha sido su propia formulación la que ha adquirido relevancia filosófica y ha ejercido mayor influencia en el clima socio-religioso moderno.

         Dos son los textos más significativos en los que Nietzsche hace el anuncio de la muerte de Dios. En Así hablaba Zaratustra, cuando el reformador de la antigua religión irania baja de la montaña, se encuentra con un anciano eremita que se había retirado del mundanal ruido para dedicarse exclusivamente a amar y alabar a Dios, actitud que contrasta con la de Zaratustra, que dice amar solo a los hombres. Tras alejarse de él, comenta para sus adentros: “¡Será posible! Este viejo santo en su bosque no ha oído todavía nada de que Dios ha muerto”. Al llegar a la primera ciudad, encontró una muchedumbre de personas reunida en el mercado, a quienes habló de esta guisa: “En otro tiempo el delito contra Dios era el máximo delito, pero Dios ha muerto y con Él han muerto también sus delincuentes. Ahora lo más horrible es delinquir contra la tierra”.
En La gaya ciencia Nietzsche relata la muerte de Dios a través de una parábola cargada de patetismo. Un hombre loco va corriendo a la plaza del mercado en pleno día con una linterna gritando sin cesar: “¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!”. El hombre se convierte en el hazmerreir de la gente allí reunida, que no se toma en serio la búsqueda angustiosa del loco y se mofa de él haciéndole preguntas en tono burlón: “¿Es que se ha perdido? […]. ¿Es que se ha extraviado como un niño? […]. ¿O se está escondiendo? ¿Es que nos tiene miedo? ¿Se ha embarcado? ¿Emigrado?”. A lo que el loco responde: “Lo hemos matado vosotros y yo! Todos nosotros somos sus asesinos!”. El loco, fuera de sí, entró en varias iglesias donde entonó su requiem aeternam deo. Cada vez que le expulsaban y le pedían explicación de su conducta, respondía: “¿Qué son  estas iglesias sino las tumbas y los monumentos fúnebres de Dios?”. Nietzsche califica el anuncio de la muerte de Dios como “el más grande de los acontecimientos recientes”, pero el loco  reconoce que llega “demasiado pronto”.

¿Se ha hecho realidad el anuncio de Nietzsche? Yo creo que solo en parte. Ciertamente se está produciendo un avance de la increencia religiosa en nuestras sociedades secularizadas y se cierne por doquier la ausencia de Dios. Pero, al mismo tiempo, asistimos a otro fenómeno: el de las diferentes metamorfosis de Dios. Dios ha muerto, pero lo hemos cambiado por al menos 3 dioses. A modo de ejemplo voy a referirme a tres: el Dios del Mercado, el Dios del Patriarcado y el Dios del Fundamentalismo.
El Dios del Mercado. El Mercado se ha convertido en una religión “monoteísta”, que ha dado lugar al Dios-Mercado. Ya lo advirtió Walter Benjamin con gran lucidez en un artículo titulado “El capitalismo como religión”, donde afirma que el cristianismo, en tiempos de la Reforma, se convirtió en capitalismo y “este es un fenómeno esencialmente religioso”. Tocar el capitalismo o simplemente mencionarlo es como tocar o cuestionar los valores más sagrados. Lo que dice Benjamin del capitalismo es aplicable hoy al neoliberalismo, que se configura como un sistema rígido de creencias y funciona como religión del Dios-Mercado, que suplanta al Dios de las religiones monoteístas. Es un Dios celoso que no admite rival, proclama que fuera del Mercado no hay salvación y se apropia de los atributos del Dios de la teodicea: omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia y providencia, El Dios-Mercado exige el sacrificio de seres humanos y de la naturaleza y ordena matar a cuantos se resistan a darle culto.
El Dios del Patriarcado. Los atributos aplicados a Dios son en su mayoría varoniles, están vinculados a la masculinidad hegemónica y se relacionan con el  poder. La masculinidad de Dios lleva derechamente a la divinización del varón. Así, el patriarcado religioso legitima el patriarcado político y social. La teóloga feminista alemana Dorothee Sölle critica las fantasías falocráticas proyectadas por los varones sobre Dios, cuestiona la adoración al poder convertido en Dios y se pregunta: “¿Por qué los seres humanos adoran a un Dios cuya cualidad más importante es el poder, cuyo interés es la sumisión, cuyo miedo es la igualdad de derechos. ¡Un Ser a quien se dirige la palabra llamándole ‘Señor’, más aún, para quien el poder no es suficiente, y los teólogos tienen que asignarle la omnipotencia! “Dios Todopoderoso y eterno!!!”¿Por qué vamos a adorar y amar a un ser que no sobrepasa el nivel moral de la cultura actual determinada, sino que además la estabiliza?”. En nombre del Dios del patriarcado se practica la violencia de género, que el año pasado (2017) causó más de 60.000 feminicidios. 
El Dios de los Fundamentalismos. Los fundamentalismos religiosos desembocan con frecuencia en terrorismo, fenómeno que recorre la historia de la humanidad en la modalidad de guerras de religiones que se justifican apelando a un mandato divino. Tiene razón el filósofo judío Martin Buber cuando afirma que Dios es “la palabra más vilipendiada de todas las palabras humanas. Ninguna ha sido tan mutilada, tan  mancillada. Las generaciones humanas han desgarrado esta palabra. Han matado y se han dejado matar por ella. Esta palabra lleva sus huellas dactilares y su sangre. Los hombres dibujan un monigote y escriben debajo la palabra ‘Dios’. Se asesinan unos a otros y dicen: ‘lo hacemos en nombre de Dios’”. Matar en nombre de Dios es convertir a Dios en un asesino, en certera observación de José Saramago, quien lo demuestra en la novela Caín a través de un recorrido por los textos de la Biblia hebrea. 

Dios, bajo el asedio del Mercado, bajo el poder del Patriarcado y bajo el fuego cruzado de los Fundamentalismos. El resultado es la violencia estructural del sistema, la violencia del mercado, la violencia machista y la violencia religiosa, las tres ejercidas en nombre de Dios. 


sábado, 5 de octubre de 2019

UNA REVOLUCION DE LA ETICA

UNA REVOLUCION DE LA ETICA

                                         Jose  María Garcia-Mauriño
                                                                                              Octubre de 2019

Los criterios que rigen la ética son universales y universalizables. Los criterios que rigen el mercado no son universales ni universalizables. Ahora los quieren universalizar, "globalizar". Este Mercado no es universalizable, porque es un mercado de unos pocos que tratan de imponerse a la mayoria. Es unmuerte no de vida. No es universalizable este consumo propio de los europeos y americanos, o del Occidente. La inmensa mayoría, más de 2/3 de la humanidad (más de 2000 millones de SH) no puede alcanzar el consumo de Occidente.  No es universalizable la producción de armamentos, ni el escudo antimisiles, tampoco las drogas y la prostitución. No es universalizable este sistema de Medios de Comunicación social. Imponernos unas leyes del mercado como si fueran la solución de los problemas de la humanidad; lo único que se exige es "tener fe en el mercado". El presidente Bush decía en la reunión del G-8 en Génova que para que aumentara la prosperidad en el mundo, había que disminuir los impuestos, disminuir el grado de representatividad de los ciudadanos y ampliar la libertad de mercado (Julio 2001).

         ¿Se pueden explicar las leyes del mercado por las leyes de la naturaleza, por ese "ordo naturae"? ¿Las leyes del mercado llegan a todos y a todas, con la finalidad última de que la gente, los 7.000 millones de personas que hay en este Planeta, existan y vivan? La naturaleza humana, incluido el cosmos, se rigen por unos principios y valores que llevan al desarrollo de los seres vivos y a la felicidad de los seres humanos. La fuerza que tiene este mercado no tiene paralelo con la fuerza intrínseca que tiene la naturaleza. La fuerza moral, intelectual y espiritual de los pobres y excluidos es más fuerte que el poder del dinero y de las armas más potentes.

         Esta revolución de la ética no está llamada a regular o humanizar  el sistema actual, para evitar sus abusos y excesos. Algunos proponen una "economía social de mercado". Es la propuesta de la doctrina social de la Iglesia católica. Es el tipo de Iglesia conservadora que busca una reconciliación entre el neoliberalismo y el cristianismo[1]. Y busca reelaborar una doctrina social dentro de la lógica de la economía neoliberal del mercado. En este proyecto se invierten millones de dólares y trabajan en él miles de intelectuales afines a las Iglesias católica o protestante. Aquí se identifica la defensa de la vida, de la familia y del mercado, se busca moralizar el mercado y evangelizar a los empresarios. Este proyecto tiene mucho poder, pero no tiene ética.







    [1] Ver el interesante artículo de Paul Richard, en la Revista "Frontera", 17, Enero-Marzo 2001,p. 84

lunes, 23 de septiembre de 2019

CUMPLO MIS PRIMEROS 90

Cumplo  mis primeros 90


José María García Mauriño
9 de agosto de 2019


                                  
                                               Mi testamento espiritual: Tres mensajes:

-         mensaje de la edad avanzada
-         mensaje de Bondad
-         mensaje de Rebeldía


1,. Mensaje de la edad avanzada
Haber cumplido los 80 se puede decir que es una edad avanzada, pero haber cumplido los 90 es haber entrado en una edad superavanzada.  Por primera vez en mi vida he cumplido 90 años. Es la primera vez que acumulo 90 años de juventud. A esta edad se piensan muchas cosas, por ejemplo, si desde que se nace, la autenticidad y profundidad de la persona radica en el ser, más que en el hacer, a cierta edad de la vida, la esencia de la persona está ya plenamente en el ser. Pero el Ser está configurado por el hacer: somos lo que hacemos es una sentencia de Ortega y Gasset. Somos ahora, a la edad avanzada, lo que hemos ido haciendo a lo largo de nuestra existencia.
El hacer se va dejando para las nuevas generaciones, que lo necesitan y lo pueden hacer mejor. Saber dar acceso a la juventud desde esta conciencia y disposición interior, es importante Saber hacerse a un lado, y no pretender seguir con ciertas tareas que se las dejamos a los jóvenes, es un acierto de la edad de la sabiduría. Esta disposición me lleva a vivir en libertad y armonía con mi ser más profundo; a habitar el fondo insondable de  mi tierra, mi yo más intimo. Y, es desde esta conciencia como vivo con gozo la propia edad, con todo lo que ella conlleva de riqueza, pobreza y limitaciones. A mi edad veo muy mal y oigo peor, son mis limitaciones. Yo cambio de ritmo,  pero no de camino, continúo por la senda de la opción por los  pobres que ha guiado mi vida entera.
En la avanzada edad las fuerzas físicas disminuyen, la energía y dinamismo no es el mismo de la juventud; todo se realiza a paso lento, con un ritmo más bien pausado, acompasado, armonioso, melodioso; se terminó el ritmo estridente, rápido y a veces discordante; para dar paso a otro, mucho más suave y armonioso. En la avanzada edad se da una belleza que ni la persona misma ha llegado a descubrir, y mucho menos los que la rodean. Aprender a vivir la belleza de las distintas etapas de la vida es señal de madurez, de un buen equilibrio mental, humano y espiritual.
Las notas de la avanzada edad son más armoniosas, porque la vida ha ido modelando el ser más profundo de la persona, redondeando las esquinas y picos que hacían que la vida reprodujese muchas notas discordantes, rompiendo la armonía, el equilibrio y la belleza de la “pieza”. Pues la vida es como una partitura de música que aprendemos a reproducir las notas a lo largo y ancho de nuestra existencia. La nota esencial de la vida será la muerte, asumida desde la libertad de la vida. El sentimiento de que soy una creatura limitada, finita, es el acto de mayor libertad, la nota más armoniosa y justa que podemos cantar…Aunque el “canto” sea de un hombre mayor que apenas puede ver y oye muy mal.
El tiempo no es oro, el tiempo es vida, el tiempo es historia, El Tiempo es algo más que el oro, algo que ni se compra ni se vende, se Vive. El tiempo no es dinero,  el tiempo son vivencias, experiencia, sentimientos, ideas, lucha por la vida y movimiento. El movimiento que tanto asusta al poder. La vida que  florece, la vida que se impone, la vida que estalla y grita y piensa y  siente, asusta al poder que nos prefiere callados, quietos, como muertos. El poder nos quiere asustados. El poder nos asusta para dominarnos. Frente al miedo retorcido que retuerce las palabras y  nos retuerce el cuello, hay que oponer la valiente sencillez y claridad de ideas y la sencilla pero difícil tarea como es la libertad de  pensamiento. Sin libertad de pensamiento, la libertad de expresión y la  democracia, no valen nada,  Yo lo he recordado en múltiples ocasiones; el mandato latino de Horacio que Kant divulgó como lema de la Ilustración: ".Sapere aude" Atrévete a pensar, ¡Piensa por ti mismo! Y si te atreves a pensar, te atreverás a vivir. Solo el que se atreve  a vivir, puede llegar a vivir con libertad. La vida es el arte de vivir, somos “artesanos de la vida”,  Se trata de salir de la  minoría de edad para pasar a la edad madura.
La libertad es un don de la avanzada edad. Un fruto que va madurando en el transcurso de la existencia y que se recoge con gozo y alegría al atardecer de la vida, como quien se encuentra con un gran tesoro. La libertad es el tesoro más extraordinario que la persona puede adquirir. La  naturaleza nos ha proporcionado la libertad, esa libertad interior que siempre lleva a obrar el bien y a amar en plenitud, sin miedos. Y también a actuar con justicia y equidad, a ser lo que realmente soy sin caretas, sin armadura que me desfigure. La libertad va unida a la autenticidad, a la verdad.
También es la edad de la fe profunda, la que deja a un lado las “seguridades” intelectuales, para dar paso a la confianza plena en Jesús, fiarse de él, a pesar de la oscuridad y las dudas. Estamos en  las  manos de Dios.  Esta es la edad del creyente, es decir,  de mi fe en Jesús y en  el mensaje subversivo de Jesús, del que me fío y confío más que en mis propios razonamientos. Y en esta avanzada edad se posee un “patrimonio” unificador, el cual da seguridad, paz, confianza y gozo de la misión cumplida, del compromiso realizado. Con la edad madura todo se va unificando, para vivir en paz, la entrega, la libertad y el amor.
2.- Mensaje de Bondad
Lo importante es restaurar la BONDAD en el mundo. Hay mucha maldad en el mundo, hay mucha injusticia. Ser buenos, es ser  buenas personas y esto comporta una exigencia ética. “El principal talante ético es la bondad” –escribía A.Machado-.La bondad es una actitud vital ante la vida, una actitud alegre, una vida sencilla que hace cosas sencillas, ordinarias, cada día. Pero haciéndolas de forma extraordinaria puede cambiar el  mundo, decía Galeano. Significa no perder nunca el ánimo, no perder nunca la esperanza. Significa defender siempre los derechos humanos, preocuparse por humanizar la justicia, quitar el hambre en el mundo, defender siempre la libertad y los valores éticos fundamentales.

La bondad es incompatible con  el capitalismo: porque es una opción de vida y el sistema es un  sistema de muerte. Quero un mundo donde la bondad sea tan fuerte que sea capaz de acabar con las guerras y con el hambre en todo el planeta. Una bondad atravesada por la Justicia y empapada en el compromiso por los Derechos Humanos, es una conducta solidaria y liberadora, y es propio de una buena persona.
Una bondad que toma parte y partido por los más débiles y excluidos de la sociedad, es sin duda lo propio de una buena persona.
Una bondad llena de compasión por el sufrimiento humano, desobediente con las leyes injustas, es propio de una buena persona.
Una bondad que es incapaz de hacer daño a nadie es propio de una buena persona.
Una bondad  que sabe perdonar siempre cualquier ofensa, es propio de una buena persona
Una bondad que se acepta como la mejor persona, amiga y compañera de sí misma en esta vida, es una persona muy madura

En definitiva, una bondad que supera la mediocridad de la mayoría.

La bondad es compasión en el sentido profundo del término, y está transida de indignación ética, ya que la conmoción interna experimentada (esa es la indignación ética) se traduce en una exigencia ineludible contra la injusticia y sus causas. La indignación ética percibe como intolerable el sufrimiento humano y reacciona frente a él, no se queda de brazos cruzados. Esta compasión, este padecer-con,  siempre apuesta por el cambio transformador. Decimos esto porque el término “bueno” puede dar lugar a equívocos. Ser bueno de verdad tiene un carácter rebelde y desobediente frente al orden establecido.

  La bondad no se predica, ni se enseña, ni se impone. La bondad se contagia. El que es bondadoso/a, crea un clima de bondad. Y eso cambia la vida. La de uno. Y la de los demás. Ser siempre bondadoso, reconocer los propios límites y las propias contradicciones. Sólo así podremos hacer que, pase o no pase la crisis, viviremos mejor. Y nos sentiremos mejor.
Ya sé que esto no es la panacea universal. Sería ingenuo pensar que sólo con el “buenismo” se arregla el mundo. No. Entre otras razones porque la bondad lleva consigo no quedarse callados y pasivos cuando uno ve sufrir, y sufrir tanto, a los más débiles. El que se calla, en tales condiciones, no se distingue por su bondad, sino por su cobardía, por su miedo, por intereses inconfesables. Eso no es bondad. Eso da vergüenza verlo, sufrirlo y hasta pensarlo. Porque, es un hecho, la bondad es lo que más nos asusta y hasta nos desconcierta.
No tiene nada que ver con ese dicho que “todo el mundo es bueno” (tó er mundo é güeno) o con ser un “bonachón”. Juan XXIII era el Papa “bueno” pero armó un escándalo con el concilio Vaticano II. No se trata sólo de ser mejores, de ser más buenos; lo que se  pretende es organizar la convivencia para que todos y todas seamos capaces de ser felices. No es nada fácil tratar de ser buenas personas en una sociedad que se rige por códigos capitalistas.

A Jesús no lo mataron por ser “bueno”: lo mataron porque estorbaba, denunciaba a los que mantenían las injusticias y entró en un duro conflicto con los dirigentes políticos y religiosos. Sólo podremos hablar de bondad, si asumimos la tarea ética de luchar contra este (des)orden establecido por quienes se empeñan en mantener un mundo en el que sólo unos pocos viven muy bien, mientras una inmensa mayoría malvive o muere lentamente. 

3.- Mensaje de rebeldía
Este es mi mensaje: Jesús dijo no podéis servir a Dios y al dinero. Yo he optado por servir al Dios de la vida y de la libertad y rechazar al dios del dinero,  al dios del capital, que es el reino  de la muerte y de la esclavitud.

Quiero mantener siempre vivo el espíritu de rebeldía frente a este sistema de muerte, que es lo mismo que luchar y gritar el derecho de los pobres para vivir con dignidad. Es decir, exigir el derecho de los empobrecidos a tener una propiedad privada de unos bienes necesarios que les permita tener lo indispensable para una vida humana, como pueden ser: el trabajo, la vivienda, la alimentación, sanidad (médicos y medicinas),  cultura (que todo el  mundo sepa leer y escribir, ocio, tiempo libre).

Cuanto mayor voy siendo, me siento más rebelde, porque sin duda veo la injusticia con mayor claridad. Soy un antisistema, (y no lo digo gritando y con el puño levantado, sino sencillamente pero con voz firme e inalterable). Soy un inconformista, un insubordinado de este mundo insostenible. Insisto en la necesidad de disentir, de desobedecer, de oponernos con justicia y con valentía a este capitalismo depredador, este modelo injusto. No nos podemos  rendir. Creo que tenemos el deber de  vivir. Tenemos el deber de pensar libremente.
Tenemos también el  derecho, el derecho que nos niegan quienes deberían garantizar ese derecho. Pero no se puede negar la vida, La vida  vence. La vida empuja. La vida crea. Otro mundo no solo es posible, es seguro.
Cuesta  aprender a vivir, es decir,  amar la vida sobre todas las cosas, la vida digna, la  vida humana, humanizadora y humanizada, una vida que reúna la humanidad, el bienestar y  la justicia suficientes para ser merecedora de tal nombre.  Se trata de la apasionante tarea que es vivir, aprender  a vivir, que la vida puede  sobre el silencio, la palabra sobre el ruido, el pensamiento sobre la sinrazón, la humanidad sobre el capital.
Esta es la edad de la fortaleza, de la serena rebeldía, de la audaz sensatez, de saber decir que NO a este sistema depredador y decir que SÍ a la solidaridad con los excluidos de este mundo.

Madrid 9 de agosto de 2019