martes, 16 de febrero de 2016

KANT, OTRA RELIGION, OTRA ETICA

José María Garcia Mauriño
11 de Febrero de 2016


1.- ¿Quién es Kant?
Es el filósofo alemán más importante en la historia de la Filosofía después de Aristóteles. Nace el 22 de abril de 1724. Muere el 12 de febrero de 1804. .Inmanuel Kant nace, vive y muere, durante toda su vida en Königsberg, sin salir nuca de su ciudad natal, Ciudad alemana, capital de Prusia oriental y anexionada a la URSS al acabar la 2ª guerra mundial, cambiando su nombre por el actual de Kaliningrado.
De constitución débil, muy metódico: se levantaba a las 5 de la mañana, tomaba té y preparaba las clases que daba de 7 a 9. Trabajaba hasta la 1, hora de la comida, para pasear después hasta las 5: la rigurosidad de su horario permitía a sus vecinos calcular la hora. Nunca se casó.      

Educado en el rigor protestante de la secta pietista, mantuvo siempre sólidos valores morales. Sus ideales liberales le impulsa­ron a defender la independencia americana y la Revolución France­sa.    Sus lecturas favoritas fueron: la Física de Newton, las obras de los racionalistas Leibniz y Wolf; las de los empiristas (él dice que leyendo a Hume despertó del sueño dogmático en 1762) y los filósofos de la Ilustración, especialmente Rousseau.

            La Ilustración no es propiamente un movimiento filosófico, ni representa una corriente filosófica determinada, sino que es un movimiento cultural, una época, con unas características muy concretas:
        
En Resumen:         
La Ilustración busca una razón autónoma: que todos los Seres Humanos (SH) salgan de la minoría de edad (es decir, esa incapacidad de servirse del propio entendimiento y buscar la seguridad en otro) para confiar sólo en la razón y servirse de ella con independencia, sin otros límites que los que marque su propia naturaleza.

1. 1.- La Filosofía para Kant; los 4 interrogantes
         Kant formula así los cuatro principales problemas del Ser Humano (SH):
                  1.-     ¿Qué puedo conocer?   
                            Se trata del problema del conocimiento; y establece los límites dentro de los cuales puede existir un conoci­miento científico de la Natura­leza y de toda la verdad. CRITICA DE LA RA­ZON PURA (1781).
         2.-     ¿Qué debo hacer?
                            Se trata del problema de la Moralidad y establece los principios y condiciones para que la razón pueda actuar según su plena libertad. CRITICA DE LA RAZON PRACTICA. 1788.
         3.- ¿Qué me cabe esperar?  
                            Se trata del problema de la Religión y de la Historia; marca el destino último del Hombre que es la Religión; y las condi­ciones y posibilidades de su realización en el tiempo y en el espacio, que es la Historia. La religión dentro de los límites de la razón. Ideas de la Historia universal (1793).
         4.- ¿Qué es el Hombre, qué es el Ser Humano (SH)?  
                            Se trata de relacionar las tres preguntas anteriores en el sujeto Hombre; es la pregunta básica; una clarifica­ción racional al servicio de una Humanidad más libre. Antropología (1798).

2.- La Ilustración: necesidad de llegar a ser mayor de edad
"La ilustración consiste en el hecho por el cual el hombre sale de la minoría de edad.  El mismo es culpable de ella. La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de otro.  Uno mismo es culpable de esta minoría de edad, cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!  He aquí la divisa de la ilustración".        "La mayoría de los hombres, (de todo Ser Humano, -SH-) a pesar de que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de conducción ajena, permanecen con gusto bajo ella a lo largo de la vida, debido a la pereza y la cobardía.  Por eso les es muy fácil a los otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! “  Kant.

El texto de Kant: “sapere aude”, como principio de la Ilustración: significa salir de la minoría  de edad y pasar a la mayoría de edad. Uno mismo es culpable  de esa minoría de edad. ¿Por qué es tan fácil a los otros erigirse en tutores? ¿Es posible “salir de la comodidad”?
les falta la verdadera libertad, la que proporciona el verdadero uso de la razón, la que hace que la gente llegue a la "mayoría de edad".      Pasar del “tener” más o menos conocimientos, a un nuevo método del  conocer. No se trata de contenidos, sino de ruptura epistemológica. Saber pensar, producir un conocimiento de forma autónoma, no dependiente, no repetitiva, sino creativa, productiva.

El “sapere” del que nos habla Kant, indica también una sabiduría, y ésta, según Aristóteles, consiste un aprender a interpretar la realidad. ¿Desde dónde tratamos de ver y analizar esa realidad?¿cuál es nuestra plataforma vital, existencial, nuestro pensamiento previo, nuestra ideología política?  Eso condiciona la visión que tengamos de la realidad, y hace ver la Realidad de formas distintas. Es inmoral depender de otros, no querer crecer, siendo ya mayor.

3.- La Religión y la razón.
 Kant escribe un librito en 1795  que le da problemas con las autoridades y que se titula “La religión dentro de los límites de la mera razón”. Los `problemas venían de la autoridad civil que consideraba su libro atentatorio contra el cristianismo y los principios bíblicos.

 ¿Qué pensaba Kant de la religión? En este libro, responde a esa cuestión. El filósofo alemán pone a la moral, la religión e incluso la fe a través del escrupuloso análisis que hace Kant sobre  la Razón.  Kant puso todo el empeño  en delimitar la religión y la razón. En este libro viene a decir que el SH no es naturalmente bueno ni naturalmente malo, sino que tiene inclinaciones al bien y al mal. Para llegar a ser moralmente bueno no necesita de la religión  ni de los ritos o “servicios eclesiales”. El SH se define moralmente por sus acciones libres. Es decir, quita importancia a todas esas cosa que la religión pone como son los ritos,  ir a Misa, el bautismo, la santidad, los santos, los milagros, etc. sino que depende de sus acciones, sus decisiones libres realizadas por el imperativo del deber. Deja fuera las creencias, es decir,  todo lo que no quepa en la razón.

La religión de la que habla Kant es la religión natural, no la religión revelada. La religión es el lugar de la esperanza. ¿Qué esperamos? La felicidad, Kant dice “La culminación d la vida ética es la felicidad. La moral funda la religión en un aspecto muy concreto: abriendo el camino de  la felicidad, como el máximo exponente de la vida moral.”

4-- La Ética de Kant
Preguntas básicas:
La Ética, en general, hace que nos preguntemos estas cosas:¿Procedemos por normas, por obligaciones impuestas desde fuera, por presiones del exterior, de la sociedad, de la familia, de la religión? ¿O procedemos por normas elaboradas desde dentro de la propia persona, que es libre y racional? ¿O procedemos por las ganas o los gustos que tenemos? ¿Es propio de la persona desarrollar la conciencia crítica, o es mejor hacer lo que siempre se ha hecho,  lo que hacen los demás, y así no se equivoca uno?
 Se pregunta Kant: ¿Cuáles son los valores que de hecho orientan mi comporta­miento? ¿Cuál es la escala de valores que me he hecho yo? ¿Qué es el bien, qué es el mal? ¿Es lo mismo ética que religión?

Kant intenta construir una ética que sea válida para todo SH Se basa en que todo SH tiene una voluntad que es racional. La razón es la que orienta a la voluntad a seguir el dictado de su conciencia, Es el deber por el deber, no impuesta por ninguna ley externa, sino por su propia ley, a la que hay que seguir.

Kant pretende una ética cuyos principios sean universa­les, y esto no nos puede venir de la experiencia, porque  la experiencia siempre es particular, no hay experiencias universales Para que los preceptos sean universales, deberán ser a priori,  es decir, independientes de la experiencia.
 Es una ética presidida por el imperativo categórico. El imperativo categórico (o ley de la moralidad) es una ley universal, propia de todo ser racional, por tanto no se puede deducir de ejemplo alguno, de nada que sea concreto, particular, experimentable, porque entonces ya no sería universal.

Los imperativos categóricos tienen la forma general "debes hacer X", o, en su versión prohibitiva, "no debes hacer X"; "debes decir siempre la verdad", "no debes robar", son ejemplos de imperativos categóricos. De todas formas es preciso tener cuidado porque la mera expresión lingüística no es suficiente para determinar si el imperativo que ha guiado nuestra conducta es hipotético o categórico: para averiguar si es uno u otro el caso es preciso referirse a lo que ha movido nuestra voluntad: si no hemos robado, nuestra conducta es conforme al deber (conforme al imperativo “no debes robar”), pero si no hemos robado por miedo a la policía, el imperativo que hemos seguido es hipotético (“no debes robar si no quieres tener problemas con la policía”); sin embargo, si no hemos robado porque la acción de robar es mala en sí misma, independientemente de si nos pueda detener o no la policía, entonces nuestro imperativo es categórico. Kant consideró que nunca se puede estar absolutamente seguro de que nuestra conducta no haya estado motivada por un interés o por algún temor, y por ello concluyó que cuando nos parece seguir un imperativo categórico siempre es posible que el imperativo por el que nos regimos sea hipotético.
Esta ética no tiene contenido no nos dice lo que debemos hacer, sino cómo debemos obrar. Somos nosotros, cada uno, cada una, quienes tenemos que llenar ese contenido que está vacío. Y para Kant la única norma de moralidad es el deber, actuar conforme a la ley. La ley que cada uno se dicta a sí mismo para ser fiel a la razón, sin dejarse llevar por sentimientos, gustos, imposiciones, o inclinaciones.

Kant distingue tres tipos de acciones:
         - contrarias al deber: un comerciante que cobra precios abusi­vos;
- conforme al deber: un comerciante que cobra lo justo según la ley, para ganar clientes;
- por deber: no cobra los precios abusivos porque no debe cobrarlos.

Solamente estas últimas acciones son moralmente buenas: en ellas no se actúa por ningún fin: es el deber por el deber. Ninguna de las dos primeras son moralmente buenas. El valor moral no está por tanto ni en el fin ni en los medios, sino en el móvil que deter­mina su acción. Si lo que me mueve a actuar de esa manera es el deber y solo el deber.

Kant propone una ética que sea:
* universal, es decir, que valga para todo SH sin exclusión.
* autónoma, es decir, que sea el propio sujeto el que se determine a sí mismo a actuar, sin que le sea impuesto por nada exterior a su razón.

La exigencia de actuar moralmente se expresa en un imperati­vo: es decir,  nuestra voluntad obedece a lo que creemos en conciencia que debemos hacer; este deber-ser es lo que Kant llama imperativo categórico; es decir, mandan, imperan, a la voluntad, pero siempre desde dentro de la razón de la  propia persona, nunca desde fuera. Por eso es tan importante hacerle caso a la Ilustración: supere aude, atreverse, ser audaz, para pensar por sí mismo por la propia razón, usando el propio entendimiento. La razón de ceda uno, de cada una, es la que dicta las normas, la que decide después de pensar por sí mismo, por sí misma, no por lo que digan otros, como la norma eclesiástica, o la familia, o el partido. o la economía (la Troika) o los intereses económicos , o los intereses políticos.

Es una ética, vacía de contenido: no establece ningún fin;  no establece ningún medio. Cada uno tiene que establecer cuál es el fin, cuál es el medio.
El único que es fin en si mismo es el Ser Humano (SH): este nunca puede ser utilizado como medio.

Kant establece dos orientaciones: son formas concretas del imperativo categórico:

Norma subjetiva:
"obra de tal manera que tu comportamiento pueda valer como norma universal de conducta".
Debo comportarme siempre y en todo momento de tal manera que mis actos puedan tomarse como normas universales de conducta. Es la exigencia ética de la ejemplaridad. Al ver la actuación de una persona, las demás pueden decir “así es como todos y todas tendríamos  que proceder”. Es un modelo, un paradigma.

Norma objetiva:
“Debo comportarme siempre y en todo momento con las demás personas, de tal manera que éstas siempre sean tomadas como fin nunca como medio.”.
Ningún SH debe ser considerado como medio; por ejemplo, ningún trabajador o trabajadora son un medio para que otros acumulen ganancias. Ninguna mujer puede ser un medio de placer para un varón, Ningún futbolista es una mercancía que se vende por dinero al club. No se pueden utilizar a los militantes de los partidos como medio para conseguir el poder. El fin de la economía son los ciudadanos/as, no el beneficio de unos pocos. No puedo usar la amistad de un político para conseguir trabajo para mi hijo. Etc.
La norma objetiva de convivencia universal son los Derechos Humanos. (Eso no lo dice Kant ,no lo puede decir, porque los DH son muy posteriores, eso  lo digo yo)

 Valoración de la ética de Kant
La moral de Kant es una moral totalmente individualista: "Yo debo de proceder así porque me lo pide la ley moral que llevo en mi pecho". Y no puede haber nada más: lo único válido es la buena voluntad y el deber, en sí mismos, indepen­dien­temente de todos los senti­mientos, de que haya otros hombres, de que haya sociedad, de toda relación humana con la realidad, de que exista la comunidad, de nada.

Es partidario de esa lapidaria frase: fiat iustitia, pereat mundus; diga yo la verdad que llevo en mi pecho, la verdad que debo de decir, aunque se muera Fulano de tal, o perezca el mundo entero. Kant se repliega a la propia intimidad absolutamente personal y obedece a una ley interior, la máxima de mi buena voluntad. Es una moral que no tiene nada de comunitaria.

Crítica al deber por el deber:
         ¿Es posible que un hombre, real, concreto, de carne y hueso, históricamente determinado, pueda actuar éticamente sólo por la razón, solo por la buena voluntad? ¿Se puede prescindir comple­tamente de la realidad del SH como ser que tiene sentimientos? ¿Se puede aislar uno casi completamente de la realidad que le rodea y sólo mirarse a sí mismo? ¿Se puede decir que el que no actúa sólo por deber no puede tener una conduc­ta, una actua­ción ética correc­ta?

Esta es la crítica que hacen los filósofos Schopenhauer (1788-1860) y Bertrand Russell (1872-1970).
         Ese principio ético, elemental, de no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a tí (la regla de oro), es traducible en términos kantianos a ese otro imperativo categórico "debemos tratarnos a nosotros mismos y a los demás, siempre como fines y nunca como medios"; tampoco esto puede convertirse en regla moral.
                   Por ejemplo, un criminal podría recordar esta regla de oro al Juez que le va a condenar a 10 años de prisión a un delincuente común. Si no quieres que los demás te condenen a tí, tú no debes condenar nunca a los demás, podría achacarse al juez.

         Además, arguye Russell contra Kant, no es un imperativo categórico, sino solamente hipotético: se podría traducir así: si quieres que el prójimo te trate bien, no le hagas daño, trátale bien. Y la ley moral única es el imperativo categórico, absoluto.

Y  yo me atrevo a decirle a Kant:
No puede haber una Ética universal, válida para todos los SH. Cada uno, cada una, somos distintos, todo SH es único e irrepetible, o si existiera esa ética universal no la podríamos conocer. No podemos llegar a saber mi a demostrar de un modo racional y accesible para todos y todas, cuáles son las normas, las conductas, los comportamientos que se deben seguir. No hay un bien y un mal universales.  Las ideas socialmente vigentes de lo que es bueno o de lo que es malo son algo puramente casual, tal vez un prejuicio de la sociedad, la tradición, o un artilugio para mantener sometidos a una mayoría de SH, los “no ilustrados”.Si en amplias capas de la sociedad se justifican los comportamientos recurriendo a justificaciones del tipo “así funcionan las cosas” y se normaliza que lo amoral es inteligente, el resultado es un país enfermo y desquiciado

Con qué nos quedamos de Kant:
Con su espíritu crítico
Con la audacia de pensar por sí mismos.
Con una ética autónoma.

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