lunes, 12 de diciembre de 2016

¿UNA ETICA SIN RELIGIÓN?



José María García Mauriño
12 de Diciembre de 2016


El problema consiste en no poder saber que hay en el más allá, después de la muerte, si hay algo o no hay nada. Existen diferencias entre ética y religión. Cuando digo religión, me refiero a la moral, que propugna la jerarquía católica.; y  es un verdadero problema el establecer las fronteras entre una y otra. Las hipótesis que se pueden dar  son  estas dos: Una, hay algo después de la muerte. Dos, no hay nada después de la muerte. Tanto en una hipótesis  como en otra, ¿se modifica la conducta personal acá en la tierra, según crea que exista algo en un más allá, o no haya nada después de la muerte? ¿Acaso mi conducta depende de la creencia que tenga en  el más allá, si hay algo o no hay nada después de la muerte? El proceder bien o proceder mal, aquí en la tierra, es lo propio de la ética laica. El plantear el más allá es lo propio de la religión. Por otra parte, no es lo mismo ser religioso que ser creyente. Lo propio de la Religión es esto: el ser humano /SH) se somete, más o menos críticamente, a la religión elegida, no impuesta. La religión católica, apostólica y romana, consiste en: creer, aceptar, dogmas, moral, ritos y una organización jerárquica. Lo que propone esta moral católica, es que hay que portarse bien, hay que sufrir en esta vida, porque luego nos espera en el más allá. el cielo, el paraíso, Lo propio de la ética laica es esto: el SH  puede elegir los valores que van a orientar su vida, que varían según las personas y la escala de valores preferida, sin referencia en  el más allá. Lo propio del creyente, sin embargo, es tener fe en una persona, confíar en una persona, en Jesús y su mensaje, no en verdades o dogmas. La fe, lo propio del creyente, es algo más que practicar los ritos de la religión católica. Jesús no fundó ninguna religión, pero nos enseñó unos comportamientos, una manera de vivir la fe comprometida con los últimos de la sociedad que no tiene nada que ver con las enseñanzas de la moral católica institucional, Y además, nos enseñó a orar al Padre del cielo. La plegaria y la acción de gracias, son consustanciales a la fe del creyente, algo que trasciende, que va más allá de unos dogmas o de unos ritos, impuestos por la jerarquía. Lo básico de la fe cristiana es el compromiso con los pobres. Lo propio de la religión son los dogmas y ritos, como bautizos, bodas, misas, comuniones y funerales. Con esas prácticas religiosas se cumple con la religión, tenga o no tenga fe.
En definitiva, es posible que se pueda vivir sin practicar los ritos de la religión, incluso prescindiendo de los dogmas, pero ¿se puede vivir honestamente sin conciencia ética, sin  preocuparse por los más débiles y excluidos de l a sociedad?
La historia de las civilizaciones está plagada de costumbres que nos obligan a sacrificarnos por lo que pueda haber tras la muerte. Hay creencias que incluso obligan a tareas y conductas concretas, algunas realmente exigentes. Podríamos pensar que estos comportamientos son propios de culturas pasadas. Sin embargo, la religión protestante sigue considerando que el juicio final depende en gran medida de lo que uno haya aportado a la sociedad en lo material y económico durante la vida. En la católica, por su parte, se considera que los malos o buenos comportamientos determinan en última instancia la salvación o condenación de las personas.
Bajemos la cuestión a la tierra. Repito, existen al menos dos posibilidades. Que tras la muerte haya algo o que no haya nada. Veamos las conductas en cada caso. Establecer relaciones causa- efecto entre vida presente y eventual vida futura allana el camino a la manipulación.

Entre aquellos que piensan que sí hay algo, lo interesante desde un punto de vista de la conducta personal es que, por lo general, establecen una correlación entre lo que encontrarán en el más allá y su comportamiento en el más acá. Sistemáticamente se considera la vida una especie de prueba para determinar si merecemos una existencia mejor, más larga o eterna. ¿Por qué? Establecer relaciones causa-efecto entre vida presente y eventual vida futura allana el camino a la manipulación del individuo.

Queda una tercera hipótesis interesante. Se trata de creer ambas cosas al mismo tiempo. Que hay algo en el más allá, y que no hay nada. ¿De qué serviría esto en nuestro día a día? Probablemente, uno alcanza la máxima virtud cuando vive de la misma forma tanto si cree que hay vida en el más allá y un Dios, supremo juez de vivos y muertos, que le juzgará, como si piensa que no hay nada, que uno cierra los ojos y se acabó la película, sin salvación ni condena. Si bajo ambas premisas el comportamiento y valores con los que uno vive son los mismos, esa persona estará actuando libre de coacción, manipulación, presunciones o posibles falsas creencias. Y no está reñido con cualquier modo de vivir la fe. Vivir hoy según la propia fe por lo que al presente le reporta, no por lo que al futuro pueda suponerle. Lograrlo hace a una persona completamente dueña de su libertad y la lleva a vivir una vida plena, sin importarle lo que vendrá, o no vendrá, después. Alguno esgrimirá que en eso consiste la salvación. Puede ser. No me lo planteo.

Es posible que se pueda vivir sin religión, pero ¿se pueda vivir sin ética?

Con más frecuencia de la deseada tuvo que escuchar el filósofo y matemático Bertrand Russell la siguiente pregunta: “¿Qué le parece más importante, la ética o la religión?”. Con su habitual desparpajo y contundencia, dejó caer la siguiente respuesta: “He recorrido bastantes países pertenecientes a diversas culturas; en ninguno de ellos me preguntaron por mi religión, pero en ninguno de esos lugares me permitieron robar, matar, mentir o cometer actos deshonestos”.

De esta forma tan gráfica defendía Russell una tesis a la que dedicó no pocas energías: sin religión se puede vivir; sin ética, no. No será difícil estar de acuerdo con él. Pero probablemente él era consciente de que los mínimos éticos que señala —no matar, no robar, no mentir, no cometer actos deshonestos— nos llegan, también, como legado de grandes espíritus religiosos como Buda, Confucio, Moisés, Jesús o Mahoma. Es decir: la ética y la religión han tendido a darse la mano, a caminar juntas, a aunar esfuerzos. De hecho, el 83% de los seres humanos vincula su quehacer ético con su pertenencia a alguna de las 10.000 religiones existentes en nuestro planeta.
Las grandes conquistas éticas de la modernidad se lograron a pesar de la oposición de las iglesias. No es cierto que la ética empiece allí donde termina la religión. Tradicionalmente hemos responsabilizado a la ética del qué debemos hacer y hemos reservado a la religión la tarea de administrar el qué nos cabe esperar. Este es el planteamiento de Kant,  pero es muy probable que tal división de tareas no sea pertinente. Lo que de veras intentaron siempre tanto la ética como la religión fue presentar un cuadro inteligible de la vida sobre la tierra. Las dos son las que pueden dar sentido a la vida humana.

Ni la ética trata solo de la rectitud de las acciones humanas, ni la religión se refiere únicamente a la relación de los seres humanos con sus dioses. Ambas apuntan hacia una inteligibilidad más global, más abarcadora. Ambas buscan, con similar tenacidad, el sentido de la vida. Alguien ha dicho que el término esperanza las engloba a las dos. En efecto: quien se atreve a pronunciar la palabra esperanza —“el sueño de un vigilante” la llamó Aristóteles— está hablando, al menos implícitamente, de ética y religión. Estamos ante dos saberes, de tono casi melancólico, que se atreven a insinuar frágiles esperanzas que nunca podrán fundamentar plenamente.

“Hay capítulos de la ética”, reconocía Aranguren, el gran maestro de la ética en España, “que no sabría cómo abordar si, de algún modo, no lo hago desde la religión”. Y ponía como ejemplo la solidaridad, a la que consideraba “heredera de la fraternidad cristiana”. Aranguren defendió siempre, como lo hacía Bloch y gran parte de la tradición filosófica occidental, la apertura de la ética a la religión. Esto no significa que ética y religión terminen por identificarse. Es cierto que, probablemente, todas las religiones predican a sus fieles: haz el bien, evita el mal. Todas se atienen a la regla de oro: “Trata a los demás como desees que te traten a ti”. El rabino Hillel condensaba el núcleo ético de todas las religiones en una fórmula tan sencilla como grandiosa: “Sé bueno, hijo mío”. Pero no todo en la religión es moralidad. La actitud religiosa tiene que ver con el misterio, con el sobrecogimiento, con la adoración, con la alabanza, y sobre todo con la entrega a los demás, a los más necesitados, a los últimos.
El mensaje subversivo de Jesús no es un  mensaje religioso, ni un pensamiento dogmático, ni una moral, ni unos ritos, ni una organización jerárquica, es un proyecto de vida, lo propio de una ética de fraternidad universal, “Tuve hambre…..”

Como resumen, ¿Una ética sin religión?  es posible que se pueda vivir sin practicar los ritos de la religión católica, incluso prescindiendo de los dogmas, pero ¿se puede vivir honestamente sin conciencia ética, sin  preocuparse por los demás, por los más débiles y excluidos de la sociedad?  Podemos afirmar que  para ser buena persona no hace falta creer e Dios, hace falta tener pasión por la ética, por los DH, por los valores humanos. Creo que  es preferible plantearse vivir una vida laica, empapada en  la ética, buscar el sentido de la vida humana  en  el más acá, en este  mundo lleno de injusticias y sufrimientos, sin mirar la  posibilidad de un juez supremo que premia a unos y castiga a otros. Y además,  aceptar que la religión  es un constructo humano, no divino, y que la solución que aporta la religión católica al problema del más allá.(la resurrección)  es una creencia que cae fuera del ámbito de lo racional.                                                

                                            ---oOo---

martes, 22 de noviembre de 2016

ETICA DE LA RESISTENCIA

 

José María García Mauriño
18 de Noviembre de 2016

 

El enemigo que tenemos enfrente es muy poderoso. Es el sistema capitalista que lo abarca todo, Aunque pretendemos derrotarlo, sin embargo, el llevarlo a cabo no entra en nuestras posibilidades. Es la lucha de David contra Goliat. Pero podemos tirarle piedras a la frente,  podemos poner palos a la rueda, podemos poner piedrecitas en  sus zapatos. Se trata de una lucha permanente. Somos luchadores derrotados de una causa invencible, decía un poeta. Somos corredores de fondo y no desistimos en  nuestro empeño. No buscamos el éxito o la eficacia a corto plazo, como pretende la derecha. Nuestra  causa son  los DH, es la Justicia, es la vida amenazada de todos los SH del planeta.

No cabe duda que hemos de caminar siempre con ese horizonte de fondo, pero se impone una dosis casi infinita de modestia y paciencia histórica. Entretanto es posible caminar por objetivos más limitados.

Lo que me indigna es la cultura capitalista y sus infinitos ‘contravalores’ de individualismo, competitividad y consumismo destructor; lo que me interpela más s es el sufrimiento de una humanidad doliente a causa de la acumulación de riqueza y poder en muy pocas manos. Me rebelo contra el caudal insaciable de exclusión social que vemos a nuestro alrededor, la destrucción del planeta, el racismo y la xenofobia. Son estas realidades sociales las que me  indignan y me deprimen porque la resistencia que ofrecemos no es capaz de dar una respuesta liberadora, propia de una ética de los valores. Como señala Marx, el resultado más importante de una actividad política es la manera en que transforma a quienes participan en ella, y en este sentido doy por muy bien empleadas las innumerables horas dedicadas a pensar, escribir redactar,  reuniones, discusiones y empresas aparentemente infructuosas.

 

Vamos a considerar tres cosas, como marco de lo que puede ser una “ética de la resistencia”, como por ejemplo,  qué es el capitalismo, qué dice la derecha, cómo está el capitalismo neoliberal en la actualidad.

 

1) Estamos habituados a considerar el capitalismo simplemente como un sistema económico. Pero, la realidad es que el capitalismo es mucho más que un sistema económico. Detrás del capitalismo, en su fondo, está viva y actuante toda una filosofía que orienta toda la actividad de la sociedad, sea política, económica o cultural. Por ejemplo, decir corrupción es decir capitalismo.

 

El capitalismo subsiste por las continuas crisis del sistema. El capitalismo es un sistema económico que depende al mismo tiempo de un espíritu moral, y que necesita del sistema político democrático para poder subsistir; sin esta dimensión política y ético-cultural no se podría mantener. Se fundamenta en un orden ético-religioso que propicia valores y motivaciones propios de esta sociedad que dan legitimidad al sistema. Existe una familiaridad entre el sistema económico capitalista de libre mercado, el sistema político democrático y la religión cristiana. Esta trinidad de órdenes económicos, políticos y culturales íntimamente unidos e implicados entre sí es lo que forman un sistema productivo de bienes basado en la propiedad privada y el mercado de libre competencia, un sistema político parlamentario y democrático y un orden cultural de valores y orientaciones normativas. Cada uno de estos órdenes posee su propia lógica y su propio dinamismo.

2) Hay que conocer un poco en profundidad  cuál es el adversario político,  la derecha. La derecha no ha tenido nunca problemas con su identidad. Tampoco lo tiene ahora. Todo lo más, una cierta perplejidad en sus márgenes. Como esa regresiva nostalgia por el Orden con mayúscula; o su permanente tendencia por la compañía de la Iglesia y la presencia del uniforme. También una querencia inagotable por la eficacia y el éxito, en primer lugar económico; el fervor por las esencias del pasado; el culto de la seguridad y el control; la indeclinable añoranza por el autoritarismo como régimen y como práctica; sin olvidar la alergia a la crítica y la redentora invocación de la ética y otras coartadas curalotodo destinadas a compensar la acumulación del beneficio.

3) El capitalismo neoliberal, en la fase actual es de altísima concentración de la riqueza. Y está destrozando muchas sociedades centrales o periféricas El capitalismo de rostro humano, el neoliberalismo atenuado, la “sociedad del bienestar”, permitió hacer la mayor transformación social de la historia de España mejorando la vida de casi 30 millones de personas, a costa de los pueblos del tercer mundo,  con el aumento de los salarios, facilidad de crédito, desgravaciones fiscales, pero en el fondo se ha mostrado insuficiente. Gran error no haber explicado nunca que aquellas acciones sociales eran fruto de una política propia de un Estado capitalista. Por eso creó antes consumidores que ciudadanos conscientes. Permitió adquirir bienes personales, pero mejoró poco el sector social: educación, salud, transporte y seguridad. Se pasó a dar el pez sin enseñar a pescar. En el actual gobierno, la política económica neoliberal radicalizada por ajustes severos, recesiva y lesiva de los derechos sociales. está devolviendo al hambre y la miseria a los que fueron sacados de ellas.

Esto es lo que nos presenta este capitalismo feroz:

Los 29 gigantes económicos planetarios, de los cuales el 75% son bancos, empezando por el Bank of America y terminando con el Deutsche Bank, son considerados por el Sistema como  “sistémicamente importantes”, pues su eventual quiebra (no olvidemos que el más grande, los Lehamn Brothers de América del Norte, se declaró en quiebra) llevaría a todo el sistema al abismo o muy cerca, con consecuencias nefastas para toda la humanidad. Lo más grave es que no hay regulación para su funcionamiento, ni puede haberla, porque las regulaciones son siempre nacionales y ellos actúan planetariamente. No hay todavía una gobernanza mundial que cuide no sólo de las finanzas, sino del destino social y ecológico de la vida y del propio sistema-Tierra.

Nuestros conceptos se evaporan cuando  se lee en las páginas de The Economist (una revista muy seria de economía de signo neoliberal) que la facturación de la empresa Black Rock es de 14 billones de dólares, mientras que el PIB de los EE.UU. es de 15 billones de dólares y el del pobre Brasil escasamente llega a 1,1 billones de dólares. España sitúa su PIB en los 1,3 billones de dólares Estos gigantes planetarios manejan alrededor de 50 billones de dólares, el equivalente a la deuda pública total del planeta. (30 de Octubre 2016). Todo este montaje financiero-económico no está al servicio de la Vida, de las condiciones de vida de personas, animales o plantas, sino al servicio de los intereses económicos del capital esté donde esté. No les importa la viada humana, la vida del planeta, lo que de verdad les importa es la acumulación incesante del capital.

No vamos admitir ni un recorte social más, ni un desahucio, ni que nos reduzcan todavía más las pensiones, ni que nos sigan degradando las relaciones laborales. Muy al contrario, queremos organizar la fuerza necesaria para recuperar lo que nos han robado. Nuestra resistencia va a ser más fuerte que sus “debilidades” económicas.

 

DECÁLOGO DE LA   RESISTENCIA

 

1.- Resistir es aprender de los propios errores y derrotas y darles la vuelta. Esto implica una severa y constante autocrítica, Si no se hace esa autocrítica estamos condenados a volver a repetir esos mismos errores.

 

2.- Resistir es tener la osadía de ser coherentes en nuestra vida, es decir, mantener un pensamiento, una conducta y una conversación, en la misma línea. Exigirlo a escala personal y a escala institucional. La coherencia es el primer paso de un talante revolucionario. Y de ahí pasamos a la paciencia revolucionaria.

 

3.- Resistir es mantener siempre un pensamiento crítico, esa capacidad de analizar la realidad desde otros valores éticos, desde los DH. Sobre todo, mantener una honestidad económica y una honradez profesional intachables Y solo así no seremos “engullidos” por el sistema.

 

4.- Resistir es tener siempre presente cuál es el enemigo contra el que luchamos y no cansarse nunca. Por ejemplo, decir No al pago de la Deuda, No a la ley mordaza. Porque mantenemos la ética del revolucionario, es decir, la paciencia histórica propia de un corredor de fondo.

 

5.- Resistir es dar siempre la prioridad a dos espacios decisivos en la sociedad como son la educación y la salud. Un pueblo enfermo e ignorante nunca dará un  salto cualitativo, hacia una vida digna de todo SH.

 

6.- Resistir es ponerse valientemente al lado de las víctimas de esa voracidad del sistema neoliberal, denunciando su perversidad, desmontando su lógica excluyente, yendo a las calles, apoyando manifestaciones públicas por la sanidad y la educación, huelgas de la clase trabajadora  y  luchas de los movimientos sociales.

 

7-  Resistir es ir creando una  nueva cultura, porque si no cambia la cultura no cambia nada, Una cultura de la solidaridad, lejos de los valores capitalistas.

 

8.- Resistir es tener un proyecto político del propio país, un horizonte de  utopía, de querer un país distinto, edificado sobre otras bases, los valores éticos de los DH, dando prioridad a la vida de la naturaleza, a la vida humana y a la vida de la casa común, base de una nueva civilización, la civilización de la vida.

 

9.- Resistir es enriquecer esa utopía, para lo cual es indispensable una coalición de fuerzas políticas y sociales, como pueden ser los movimientos populares, las luchas obreras, sectores de algunos partidos, intelectuales, artistas e iglesias,  interesadas en construir ese otro modelo de país. La lucha incansable por la unidad de la izquierda.

10,. Resistir es reafirmar la democracia, la que gana las calles y plazas, contrariamente a la democracia de baja intensidad, Y denunciar el tratado de libre comercio el TTIP de UE con USA.

 

En definitiva, resistir es luchar siempre y no rendirse nunca

 

Para terminar, propongo el poema de Mario Bernedetti: “No te rindas

 

NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo

  De alcanzar y comenzar de nuevo,

  Aceptar tus sombras,

  Enterrar tus miedos,

  Liberar el lastre,

  Retomar el vuelo.

  No te rindas que la vida es eso,

  Continuar el viaje,

  Perseguir tus sueños,

  Destrabar el tiempo,

  Correr los escombros,

  Y destapar el cielo.

  No te rindas, por favor, no cedas,

  Aunque el frío queme,

  Aunque el miedo muerda,

  Aunque el sol se esconda,

  Y se calle el viento,

  Aún hay fuego en tu alma

  Aún hay vida en tus sueños.

 

  Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo

  Porque lo has querido y porque te quiero

  Porque existe el vino y el amor, es cierto.

  Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

  Abrir las puertas,

  Quitar los cerrojos,

  Abandonar las murallas que te protegieron,

  Vivir la vida y aceptar el reto,

  Recuperar la risa,

  Ensayar un canto,

  Bajar la guardia y extender las manos

  Desplegar las alas

  E intentar de nuevo,

  Celebrar la vida y retomar los cielos.

  No te rindas, por favor no cedas,

  Aunque el frío queme,

  Aunque el miedo muerda,

  Aunque el sol se ponga y se calle el viento,

  Aún hay fuego en tu alma,

  Aún hay vida en tus sueños

  Porque cada día es un comienzo nuevo,

  Porque esta es la hora y el mejor momento.

  Porque no estás solo, porque yo te quiero.

 


---oOo--- 

sábado, 22 de octubre de 2016

JUSTICIA Y PROPIEDAD PRIVADA



OTRA  PROPIEDAD PRIVADA ES POSIBLE

José María García Mauriño
21 de Octubre de 2016

Un concepto elemental de justicia, es darle a cada uno lo suyo y consideramos que lo más suyo de cada SH es su vida, Y para vivir cada persona necesita una serie de bienes, que debe poseer como propiedad privada, Pero, tropezamos con el régimen de propiedad privada de signo capitalista. En efecto, la propiedad privada junto con el régimen de asalariado y el mercado, son los pilares del capitalismo. Y en la sociedad capitalista, a pesar de que existen los bienes suficientes para que todas las personas del mundo pudiéramos cubrir con creces nuestras necesidades fundamentales, eso no es así. En el capitalismo es necesario tener dinero para poder satisfacer las necesidades básicas. Y esos bienes necesarios solamente  los podrá adquirir en el mercado a cambio de dinero. Y el dinero solo se adquiere de forma honesta por medio del trabajo. Naturalmente, para poder acceder a ese dinero «imprescindible» en nuestras sociedades, la mayoría de la población debe trabajar asalariadamente, esto es, debe vender en el mercado de trabajo sus habilidades y capacidades productivas, es decir, su fuerza de trabajo, a aquella parte de la población que posee los medios de producción. Pero, todos sabemos que cuando el propietario, persona o entidad,  de los medios de producción paga al trabajador un salario, no lo hace por la totalidad de lo que el trabajador produce, sino que sólo le paga una parte de lo que éste creó con su esfuerzo. Es gracias a la propiedad privada como la persona del propietario o de la institución, consigue apoderarse de una parte del trabajo ajeno sin que eso constituya legalmente un robo. De este modo es como la propiedad privada se convierte en la principal fuente de poder social en las sociedades capitalistas. Y si no hay trabajo, tampoco hay dinero, Y al carecer de dinero tampoco se pueden  obtener los bienes necesarios para vivir. Entonces, se lleva un a vida muy poco digna de un SH.

A)   Justicia:
La justicia (del latín, Iustitia) es la concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido de sus normas jurídicas. Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones
Este conjunto de reglas tiene un fundamento cultural y en la mayoría de sociedades modernas, un fundamento formal:
  • El fundamento cultural se basa en un consenso amplio en los individuos de una sociedad sobre lo bueno y lo malo, y otros aspectos prácticos de como deben organizarse las relaciones entre personas. Se supone que en toda sociedad humana, la mayoría de sus miembros tienen una concepción de lo que es justo, y se considera una virtud social el actuar de acuerdo con esa concepción.
  • El fundamento formal es el codificado formalmente en varias disposiciones escritas, que son aplicadas por jueces y personas especialmente designadas, que tratan de ser imparciales con respecto a los miembros e instituciones de la sociedad y los conflictos que aparezcan en sus relaciones.

El término justicia viene de Iustitia, y el jurista Ulpiano  Jurista romano del siglo I,. la definió así: Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi; "La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar (conceder) a cada uno su derecho". Hoy decimos que se trata de reconocer a todo SH  los Derechos Humanos.

Suum cuique tribuere. (Definición de Ulpiano), Es darle a cada uno lo suyo. Y lo más suyo de cada uno, de cada una, es su vida. Cada persona, tiene que tener, tiene que poseer, un mínimo de bienes para poder vivir, es lo suyo, lo propio, de lo que se apropia para poder vivir. Es uno de los 4 principios éticos indiscutibles:

1.- Pacta sunt servanda: : respetar y cumplir lo pactado.
2.- Alienum non laedere: no hacer daño a los demás
3.- Suum cuique tribuere: darle a cada uno lo suyo
4.- Honeste vivere: vivir honestamente.

La justicia tiene un fundamento cósmico: el orden en la naturaleza; ciclos naturales: verano otoño, invierno, primavera. Es el orden natural: cada cosa, cada ciclo tiene su sitio y cada cosa tiene su función, en  el cosmos y en  el SH. y esto se aplica a los seres humanos, en su dimensión individual y el su dimensión social. Un orden social no basado en la naturaleza es un desorden, una injusticia. Lo difícil es darle a cada uno lo suyo: porque con la Vida que es lo más suyo de cada SH, lo que es de cada uno depende y varía con las condiciones económicas, sociales y políticas de cada individuo, de cada pueblo, en cada momento histórico.

   La justicia es una cualidad, una virtud que debe ser progresivamente descubierta, y replanteada en cada época histórica; siempre se mueve dentro de unos límites nunca claramente definidos y claros.

   La justicia nunca va sola, siempre va acompañada vitalmente, de otros valores vivos, como son la libertad, el amor, la vida, la verdad. Comprenden un síndrome de valores imposible de separar en el interior de la persona.

B)    Propiedad privada capitalista
Cuando hablamos de propiedad privada (pp), aludimos no sólo a la pp de los medios de producción, sino al mismo tiempo a los medios de distribución,  de comercialización y consumo, así como  a los medios farmacéuticos, a los medios de producción de armamento, etc.  De apropiarse de lo que no es suyo como el Petróleo, las fuentes de energía, las eléctricas, la eólica, etc. Se trata de las multinacionales que son emporios de la PP capitalista. Siempre con el fin de acumular beneficios y tratar de dominar en el mundo mundial.

La PP es el campo donde se da la batalla de la lucha de clases. Los ricos y el proletariado. Los pobres no odian a los ricos, no quieren ser como muchos de ellos, sino que los que no tienen dinero también puedan vivir con dignidad, que puedan ser propietarios de unos bienes básicos que les pertenecen por ser SH. Luchan por conseguirlos, porque se cumplan los DH.
Propiedad privada son además los derechos de las personas y empresas de obtener, poseer, controlar, emplear, disponer de, y dejar en herencia tierra, capital, cosas y otras formas de propiedad.[] La propiedad privada se diferencia de la propiedad pública, en que esta última se refiere a bienes propiedad del Estado, comunidad o gobierno y no de individuos o entidades empresarias. El concepto de propiedad ha ido sufriendo modificaciones a lo largo de la historia. A finales del siglo XVIII, durante la revolución industrial, la propiedad privada surgió como la forma predominante de propiedad en el ámbito de la producción y las tierras, desplazando a la propiedad feudal, gremios, sistema de talleres de trabajo y producción artesana, que se basaban en la propiedad de las herramientas de producción por parte de trabajadores individuales o gremios de artesanos.
  C) Otra manera de ver la propiedad privada
 E l Derecho de propiedad privada ha sido definido así: “El derecho de propiedad privada es el poder de usar o de abusar de cualquier cosa en la medida que lo permite el derecho civil” "Ius ac potestas re quapiam tum utendi, tum abutendi, quatenus iure civili permittitur". Definición de Hotman jurista italiano del s.XVI. Esta definición ha sido adopatada posteriormente por las estructuras jurídicas.

Vamos a ver qué es lo que hay detrás  de esa definición:

La naturaleza produce constantemene un serie de bienes, cuya propiedad es comuún para que puedan vivir todos los hombres y mujeres del mundo, son bienes universales. Por otra parte, existe una serie de bienes que son  necesarios para que viva todo Ser Humano. Y cada uno, cada una, toma de ese acerbo común lo que necesita para vivir. Es el valor de uso. Si no tiene esos bienes, si no los puede tener, si no los puede usar, peligra su vida o se muere. Poseer esos bienes en régimen de propiedad privada, es decir, poder usarlos para vivir, es cuestión de vida o muerte, en eso consiste el  Derecho de propiedad privada. El valor de uso, de un uso sobrio de esos bienes, se puede decir, que es de derecho natural. Estimo que estos bienes son de derecho natural, porque son necesarios para mantener la vida humana, son  propios de la misma naturaleza humana. Los otros bienes, los llamados bienes superfluos, los que no son necesarios para vivir, no son de  derecho natural. Y esos bienes necesarios se pueden resumir en estos 5: trabajo, alimentación, vivienda, salud y cultura. La carencia de estos bienes hace casi imposible una vida humana, una vida de cierta calidad humana.

Esos bienes necesarios son “míos” porque uso de ellos para satisfacer mis necesidades básicas, me los apropio, pasan a ser propiedad privada. Una vez cubiertas esas necesidades, esos otros bienes que me sobran, son bienes superfluos, ya no son míos, no me pertenecen, son propiedad del común, de todos aquellos seres humanos que todavía no han cubierto sus necesidades básicas, es decir, de los que están pasando hambre, los que no tienen techo, los  que aun no saben leer y escribir, los que no tienen médicos ni medicinas, etc. Entonces, tengo el deber, la obligación moral, libre, personal, no impuesta por nadie, de devolver lo que no es mío, de lo que me he apropiado indebidamente. Ya no es un “uso” de los bienes, sino un “abuso”. Al mismo tiempo que tengo el poder de usar de esos bienes necesarios, también tengo el poder de abusar de unos bienes que ya no me pertenecen porque son superfluos. Es el “ius abutendi” el derecho de abusar. Y lo que es un abuso, ya no es ético. Evidentemente, tengo derecho a usar de los bienes superfluos a condición de devolver su coste al Tercer mundo. Por ejemplo, si me gasto 3.000 € en una viaje de recreo debería devolver esa misma cantidad 3.000 € a los necesitados del Tercer mundo. Entonces, ya no sería un abuso sino un disfrute compartido, correcto, solidario, justo, Cuando me apropio de algo que no es mío, es un robo, y  tengo la obligación moral de devolverlo. El quedarse con esos bienes, ya no entraría dentro del uso de esos bienes, que es lo propio de la propiedad privada, sino del abuso de ese derecho. En ese sentido no hay que “dar” al pobre cosas que necesita, dar limosnas, eso es un tranquilizante de conciencia, sino devolverle lo que es suyo porque le pertenece y nosotros se lo hemos quitado. El pobre es un “robado”, entre todos y todas le hemos quitado unos bienes básicos que le pertenecen por derecho natural, y se encuentra metido en unas estructuras de pobreza y desigualdad que apenas le dejan espacio para sobrevivir.

Un bien necesario es tener una casa para vivir, por eso se llama vivienda. Y eso es de derecho natural  porque uso de ella para vivir, sea en régimen de propiedad o de alquiler. El Capitalismo. promueve y prefiere el régimen de propiedad al régimen de alquiler, y se llega a la ”burbuja inmobiliaria”. El  Capitalismo  controla perfectamente las propiedades inmobiliarias Pero, tener varias casas, pìsos o viviendas, como un chalet en la sierra o un apartamento en la playa, no es de  derecho natural.  No las tengo para vivir, sino para invertir, o para disfrutar. No solo tienen un valor de uso sino que además tienen un valor de cambio. Tienen un precio. Pueden ser un aval para pedir un  préstamo al banco. Es lo propio del  Capitalismo  que favorece no sólo el uso sino el abuso de propiedades. Ya no son bienes necesarios, sino bienes superfluos. Abusa, porque acumula casa sobre casa. Y el Capitalismo a fuerza de acumular, va despojando a otros del derecho natural de tener bienes necesarios, como es tener una vivienda, un sitio para vivir. Unos pocos abundan en casas y hay otros muchísimos que carecen de vivienda. El tener varias casas no es una  necesidad, es un lujo. Son bienes superfluos, lo mismo que viajes de turismo, de recreo, compras de artículos caros, inversiones beneficiosas, espectáculos, fiestas, comidas, trajes, vestidos, etc. Suponen un volumen de gastos que exceden con mucho los bienes necesarios. No se necesita tanto para vivir, sino para comodidad, o para disfrute, Mi comodidad o disfrute se basa entonces en negar bienes básicos  a la mayoría. No es un problema individual, no es asunto estrictamente personal: “con mis bienes hago lo que me da la gana”. Es un tema estructural. El  Capitalismo ampara y protege la propiedad privada lo mismo el “ius utendi” [de los bienes necesarios] que el “ius abutendi” [de los bienes superfluos] como uno de los pilares de la acumulación incesante de beneficios.

El Capitalismo  ha hecho de los bienes superfluos, bienes necesarios, ha creado la sociedad del consumo para enriquecimiento de unos pocos. Lo público, lo que es de todos y de todas, incluidas las generaciones futuras, es siempre prioritario sobre lo particular y lo privado. La propiedad privada es un instrumento del Capitalismo para poder dominar, no para poder vivir. Recordemos que los bienes de la Tierra son patrimonio de toda la humanidad para vivir, como son el agua, la tierra, los minerales, los animales, el aire, etc. no pueden ser propiedad de nadie, son para uso y disfrute de todos los Seres Humanos junto con el Planeta. El Capitalismo ha creado una conciencia individualista que no mira a su entorno, ha promovido una mentalidad sumisa. Para el Capitalismo, la propiedad privada es sagrada, algo divino y eso no se toca. Es un concepto de propiedad privada que solo beneficia a unos pocos en contra de la mayoría.  Los que se atreven a tocarla son malos, son populistas, son comunistas.

Algunos que disfrutan de propiedades superfluas, aunque sean muy buenas personas, tienen una mentalidad capitalista, no quieren devolver nada, porque  consideran que no han quitado nada a nadie, todo eso es suyo y con lo suyo hace lo que le viene en gana. Devolver significa de alguna manera empobrecerse, quedarse con menos, y eso no se puede tolerar. Lo que hay que hacer es elevar el nivel de los pobres, de los que no tienen. Eso es lo que dice la derecha. Sí, de acuerdo, pero que no me toquen el bolsillo, la propiedad privada es sagrada. Eso es cuestión del Estado que reparte muy mal, o no reparte nada. Se olvida que la posesión de bienes si son universalizables, es decir, si pueden ser de uso para todos los Seres Humanos,  son éticos, de lo contrario, van en contra de valores éticos fundamentales, como pueden ser la justicia, la libertad, o la paz. No todos los Seres Humanos del planeta pueden alcanzar el grado de desarrollo tecnológico que tenemos en Occidente, se hundiría el Planeta. Para que la inmensa mayoría de la humanidad pueda sencillamente vivir, es preciso que todos y todas vivamos con sencillez, es decir, sin abusar de los bienes comunes que nos corresponden. Eso decía Gandhi. No sería ético, por ejemplo, que me comprara un “Ferrari”, un coche que cuesta 45 millones de €, porque no es universalizable, me puedo comprar un coche más modesto que de hecho está más extendido a todos y todas. Lo que tampoco es universalizable es tener al mismo tiempo, lavadora, coche, microondas, nevera, ordenador, móvil,  lavavajillas, licuadora, etc. y que todo el mundo tenga lo mismo que tengo yo.¿Es eso elevar el nivel de los pobres? Ese conjunto de bienes no es exportable a toda la humanidad. Y se puede vivir sin muchas de esas cosas y de hecho se vive mejor.

Todas estas reflexiones son muy actuales, pero no son nuevas. Provienen de más atrás, del siglo IV A.C. de las XII tablas, el código más antiguo del Derecho Romano, que se consideraba sagrado. Después, en el siglo XIII, ya lo decía un sabio llamado Tomás de Aquino en la suma teológica (1-2 q.94 a.5 ad 3, y 2-2, q.57, a.3). Es la doctrina más ortodoxa que existe sobre la propiedad privada., aunque parezca revolucionario. Lo que puede ser más moderno es la definición del siglo XVI, de Hotman, pero el contenido es el mismo. A Tomás de Aquino le hacemos caso cuando nos conviene, pero cuando toca nuestro bolsillo se nos olvida completamente.

D) La propiedad privada, hoy
cuando llevamos semanas, meses, años de interminables casos de corrupción, es decir, de apropiarse de los bienes públicos en beneficio del bolsillo privado, y que cada caso es el penúltimo, porque nunca es el último. y todos sabemos que afecta cada vez más a la cúpula y las entrañas del partido del PP que nos ha desgobernado con la bendición de casi todos los obispos de la Iglesia católica, El problema fundamental no es la corrupción, el problema es la injusticia, la incesante desigualdad.
Yo no soy mejor que los políticos, por acción u omisión. Solo que les pago yo, les pagamos nosotros. ¿Para eso les pagamos? ¿Y para que los 27 jefes de estado de la Unión Europea se reúnan en Bratislava año 2016, para preguntarse cómo defendernos de los refugiados y crecer más y luego pasearse juntos por el Danubio en un crucero de lujo? ¿Para que los líderes del G20 se reúnan en China, Hangzhou, para hacerse una foto y decirnos que hay que “civilizar el capitalismo” sin comprometerse a tomar medida alguna? ¿Para que, muerto afortunadamente el TTIP,(el tratado de libre comercio de EEU con la UE) nos endosen a hurtadillas el CETA (Tratado de USA-Canadá con la UE) que debe de ser aún peor para todos y mejor para las multinacionales? ¿Quién lo puede entender?  ¿Dónde está la Justicia?
Es absurda, pero muy sencilla, la lógica de un mundo donde manda el dinero. El dinero es la máxima prioridad de todos los negocios. Y el holocausto universal ofrecido al Capital es terrible: hemos esquilmado las selvas y las minas, agotado los enormes pozos de petróleo, envenenado el agua y el aire; cada vez menos gente se ha hecho más rica y cada vez más gente se ha vuelto más pobre. He aquí el mundo regido por una economía regida por el dinero. Un mundo roto y cruel, un planeta masacrado, inhabitable
Ningún muro, valla ni ejército podrá contener a las multitudes, continentes enteros desesperados por la miseria y la guerra. El Estado socialdemócrata del Bienestar fue un paso adelante, pero respondía a la misma lógica. El bienestar de los países ricos se logró a costa de los países más pobres, expoliados de sus materias primas y obligados a comprar los productos elaborados con ellas al precio impuesto por los países explotadores. Cuanto más efímeros sean los productos antes caducarán, y más deberá comprar la gente y más podrán producir las empresas e invadir el mundo, y ganar y ganar.
Un “mundo al revés”, donde la gente se mata a trabajar para tener más dinero, pero no lo pueden disfrutar porque cuanto más tienen más aumenta la codicia propia y la envidia ajena. Un mundo donde “los adultos están atados al trabajo como perritos a una cadena”, y solo se reconoce como trabajo lo que da dinero, todo para mayor beneficio de unos pocos, los que producen más barato y pagan menos salarios.
¿Eso es crecer?. Que engorde la víctima para el sacrificio común. El pez grande se come al chico, pero siempre habrá alguien más grande, y ¿qué comerá el más grande cuando lo haya devorado todo y se quede solo, cuando no tenga a quién vender, cuando la mayoría pobre no tenga con qué comprar? Algún día ha de reventar este sistema, verdadero antisistema, donde la especulación está sustituyendo a la producción, los bancos a las fábricas, los bonos y las acciones a los víveres, donde los Estados destinan el dinero de la gente a rescatar a los bancos que quiebran y que una vez rescatados ahogarán a la gente con sus préstamos e intereses. Algún día estallará este mundo al revés. Ya está estallando: ningún muro, valla ni ejército podrá contener a las multitudes, continentes enteros desesperados por la miseria y la guerra.

Por otra parte, si el gobierno francés dice que no hay dinero para los servicios públicos, no es menos cierto que le sobra dinero para las guerras neocoloniales en que Francia se ha inmiscuido al lado de los EEUU y Gran Bretaña. ¿De verdad no hay dinero?

E) Lo que dicen varios autores

a) El derecho romano s.1, “suum cuique tribuere”. Dar a cada uno lo suyo.

b) Siglo XVI Hotman, “ius utendi et abutendi”. Derecho a usar y abusar de las propiedades que tengo.

c) Lo que dice Locke, filósofo del s. XVII: partidario de la P. privada burguesa. Propugna el D, de p. privada por ser un D. natural, La naturaleza del SH .-argumenta el autor- es ser propietario de su vida, de su libertad, de sus bienes. El Estado debe proteger la P. con sus leyes. También dice que nadie tiene derecho a acumular más allá de lo que puede consumir, Se trata de un individualismo posesivo.

e) Lo que dice Proudhon, sociólogo del s. XIX: la P. es un robo. Proudhon creía que la concepción habitual de la propiedad combina dos componentes distintos: la diferencia entre la propiedad como una forma de tiranía y la propiedad usada para proteger la libertad. Argumentó que el resultado del trabajo del individuo, aquel en el que se ocupa con regularidad, genera una forma legítima de propiedad. Pero se opuso a que la tierra no ocupada fuera concebida como una forma de propiedad legítima, aceptando solamente una forma de "posesión" sobre la tierra en virtud de su real ocupación o trabajo.

f) Lo que dice Marx, del s, XIX: la P. privada de los medios de producción. es una explotación. En El Capital, Tomo I, al final, Marx escribe sobre la existencia de dos formas de propiedad privada: la que es producto de la explotación del trabajo ajeno o enajenado; y la que es producto del trabajo propio. El punto es interesante, pues Marx sostiene que en esencia, la propiedad privada, se origina por creación y recreación de la explotación humana; por la desposesión iniciada y acumulada de un sector de la población y evoluciona, según Marx, en los conocidos modos de producción esclavista, feudal y capitalista.

g) Lo que dice la Declaración Universal de DH,  del  S. XX 1948,
dice el art,17 de DH: 1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. 2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad


A DEBATIR: ¿sería ético el acumular bienes más allá de lo que es suficiente para vivir?  ¿Sería ético acumular bienes más allá de lo que es el propio trabajo? ¿Qué clase de trabajo propugnamos? ¿vale cualquier tipo de trabajo, por ejemplo el del banquero, un profesor, un comerciante de droga, o traficante de personas, de niños o mujeres?



---oOo---

viernes, 9 de septiembre de 2016

UNA CRISIS DE VALORES



José María García Mauriño
Septiembre de 2016

¿Por qué los valores?
Porque la enorme crisis-estafa que venimos padeciendo es una crisis económica, una crisis financiera, una crisis política y jurídica, pero sobre todo es una crisis de valores, Y por eso lo vamos a tratar de analizar uno por uno. Conviene remozarlos,  volverlos a vivir, volverlos a descubrir, es una cierta garantía de que profundizamos en  los DH y contribuimos a que la sociedad y el mundo se vayan humanizando un poquito más.  ¿Por qué casi todos se enuncian con el artículo femenino?

Lo peor que puede sucederle a un país no es una crisis económica, porque de ella se sale tarde o temprano, sino una crisis moral, un momento en que se pierde el sentido de la decencia. Un momento en que triunfa la mentira, el todo vale, en que el dinero es el rey y sólo cuenta tener mucho, aunque no importa a qué precio se consiga, si es fraudulentamente mejor, pues se consigue amontonar más en menos tiempo. Si eres descubierto, no importa; con decir que es mentira y esperar que se dilate el juicio o consigues un juez estrella que te apoye, a la calle con la cabeza bien alta.
Vivimos en una sociedad que sufre una pérdida de valores humanos muy grande, muy “legislada” a favor de unos pocos, con una separación cada vez mayor entre la ley y la justicia. Y la peor separación, una brecha enorme, entre ricos y pobres
La crisis en España
Desde que empezó la crisis económica en 2008 se ha escrito mucho sobre cuáles han sido los orígenes de la misma. Los análisis que se han hecho fueron exhaustivos y después de casi cuatro años podemos decir que las causas de la crisis están bien definidas
Detrás de todos los motivos que originaron la situación económica actual está la fuerte crisis de valores personales que nos asola. Vivimos en una sociedad antiética en donde se ha globalizado el pensamiento único del sistema capitalista neoliberal. El dinero se ha convertido en un ídolo. El afán de acumular, el afán de tener, se ha impuesto sobre el sentido del ser. Consecuentemente, el sistema crea hombres y mujeres superficiales, individualistas e insolidarios en un mundo cada vez más competitivo y con una creciente y escandalosa agudización de la brecha entre ricos y pobres.

Esta realidad es un indicador de la descomposición social y degradación de los valores éticos en nuestra sociedad. La situación de crisis de valores éticos afecta a toda la realidad humana, a la vida social, económico-financiera, política, cultural y religiosa.

Dos perspectivas:
1)    La crisis de civilización:
Según Arnold Toynbee, (Historiador británico especialista en Filosofía de la Historia, 1889-1975, escribió “Estudio de la Historia” en  12 volúmenes) las crisis en las civilizaciones son el resultado de la respuesta de un grupo humano a los desafíos que sufre, ya sean naturales o sociales .El desafío económico, político y cultural, las enormes desigualdades sociales, dan  por resultado una crisis más profunda. Unos autores dicen que no solamente estamos en una época de cambio, sino que estamos viviendo ya todo un cambio de época. Es decir, la crisis es tan profunda que se le puede llamar una crisis de civilización, es la misma civilización occidental cristiana la que está abocada a un proceso de cambio muy profundo, inimaginable. Solo pensemos en los nuevos paradigmas que no ofrece la visión de la física cuántica. De acuerdo con esta teoría, una civilización crece y prospera cuando su respuesta a un desafío no sólo tiene éxito, sino que estimula una nueva serie de desafíos; una civilización decae como resultado de su impotencia para enfrentarse a los desafíos que se le presentan. Dio gran importancia a los factores religiosos en la formulación de las respuestas a los desafíos. Fruto de esta teoría, Toynbee negó el determinismo en la evolución de las civilizaciones, negando que éstas deban perecer.
Hay que entender que, desde la crisis financiera de 2008 (de la que aún no hemos salido), ya nada es igual en ninguna parte. Los ciudadanos están profundamente desencantados. La propia democracia, como modelo, ha perdido credibilidad. Los sistemas políticos han sido sacudidos hasta las raíces. En Europa, por ejemplo, se han multiplicado los terremotos electorales (entre ellos, el brexit). Los grandes partidos tradicionales están en crisis. Y en todas partes percibimos subidas de formaciones de extrema derecha (en Francia, en Austria y en los países nórdicos) o de partidos antisistema y anticorrupción (Italia, España). El paisaje político aparece radicalmente transformado.
 2) La crisis del capitalismo
Estamos habituados a considerar el capitalismo simplemente como un sistema económico. Pero, la realidad es que el capitalismo es mucho más que un sistema económico. Detrás del capitalismo, en su fondo, está viva y actuante una filosofía que orienta toda la actividad de la sociedad, sea política, económica o cultural. Decir corrupción es decir capitalismo.

     El capitalismo subsiste por las continuas crisis del sistema. El capitalismo es un sistema económico que depende al mismo tiempo de un espíritu moral, y que necesita del sistema político democrático para poder subsistir; sin esta dimensión política y ético-cultural no se podría mantener, se fundamenta en un orden ético-religioso que propicia valores y motivaciones propios de esta sociedad que dan legitimidad al sistema. Existe una familiaridad entre el sistema económico capitalista de libre mercado, el sistema político democrático y la religión cristiana[1]. Esta trinidad de órdenes económicos, políticos y culturales íntimamente unidos e implicados es lo que forman un sistema productivo de bienes basado en el mercado de libre competencia, un sistema político parlamentario y democrático y un orden cultural de valores y orientaciones normativas. Cada uno de estos órdenes poseen cada uno su propia lógica y su propio dinamismo.

Como cualquier sistema económico, el capitalismo es también un conjunto de procesos de producción, distribución, intercambio y consumo, pero lo que es específico en él es que dichas actividades se articulan de acuerdo a una naturaleza y una lógica muy particulares, a saber: la de la acumulación incesante de capital orientada por la lógica del beneficio sobre las bases de la propiedad privada, el trabajo asalariado y el mercado. Aunque se haya interpretado la economía capitalista como si fuera “la economía”, en realidad –como es fácil de deducir de la caracterización anterior- no es más que un sistema de generación de beneficios, y sólo llega a ser un sistema de aprovisionamiento por defecto. Su naturaleza es la acumulación incesante de capital, su objetivo son los beneficios privados y, como consecuencia, sólo satisface las necesidades humanas de manera indirecta, únicamente cuando éstas se presentan como demanda económica con suficiente respaldo monetario.

Incluso en los momentos de euforia económica Inglaterra y Estados Unidos habían duplicado su producto interior bruto y en ese mismo período de tiempo la felicidad de las sociedades había disminuido. No se tenían en cuenta los valores personales, solo los materiales. Eso no podía funcionar. No es una crisis económica, es una crisis de valores de la sociedad.
 El capitalismo ultraliberal tiene una cosa buena y una muy mala. Es bastante creativo y dinámico, pero en los momentos altos, beneficia a la economía especulativa y en los bajos perjudica a muchos millones de personas. Eso se tenía que haber estabilizado con políticas previas.
¿De qué sistema de valore estamos hablando?

Análisis de una serie de valores éticos  (no guardan un orden de preferencia)
1)    La Vida, el proyecto de vivir
2)    La tolerancia- respeto.
3)    La responsabilidad
4)    El medio ambiente.
5)    La justicia- solidaridad
6)    La libertad,
7)    La Igualdad.
8)    El amor
9)    La verdad, sinceridad
10) La paz.
11) La seguridad
12) La salud
13) La felicidad.

Cada uno de estos valores habría que analizarlos en tres niveles distintos:
A)  a nivel teórico (exposición teórica de cada valor, problemática que encierra, textos de varios autores, etc.)
B)   a nivel personal (cómo se asimila ese valor, cuales son los actos, las actitudes, si se llega a generar convicciones, etc.) Distinguir el modelo masculino y el modelo femenino como se da en  esta sociedad machista
C)    a nivel socio político.(como se viven esos valores en  la sociedad, partidos, parlamento, familia, iglesia, etc.) ¿La seguridad antes que la honradez?  ¿La corrupción antes que la justicia? ¿Se prefiere el silencio y la pasividad antes que el sufrimiento de los débiles? La responsabilidad: ¿a qué se da respuesta? ¿A las necesidades básicas de la gente, o a las exigencias de le Troika, a las exigencias de los mercados?

Breve comentario
Los valores son pequeñas utopías que desean satisfacer necesidades humanas básicas, como son la libertad, la justicia, la paz.
Los valores son algo deseable que se realice (libertad, paz, igualdad, etc,)
Los valores, globalmente considerados, indican dos aspectos básicos;  Vivir y ser feliz.
Otra cosa es lo que esta sociedad capitalista del consumo ofrece como deseable (tener mucho dinero, muchas propiedades, mucho poder, ser feliz a costa de tener, mantener el imperio de la moda, ser famosos, etc,) ¿Son valores o son contravalores? ¿De qué valores estamos hablando?
El valor ético a que nos referimos en este tema, es un bien deseable por sí mismo, que beneficia a la persona, sin necesidad de la aprobación o rechazo de la sociedad. Toca fibras muy definitivas del Ser Humano. /SH)

     Cada uno, cada una, establece cuál es su escala de valores.

Los valores que se sitúan más cerca de la crisis diría que son  dos: La Vida y la Libertad. Se trata de la constante violación del art, 3 de los Derechos Humanos (DH). Lo que está verdaderamente en  crisis es la Ética, es decir, la madre de los valores éticos.

La dignidad humana:
Todos los valores están atravesados por un valor originario, la dignidad humana. Era corriente en la Edad Media que cuando se afirmara la dignidad humana, se hiciera en una clave ético-religiosa. Y se fundamentaba en que el SH está hecho a imagen  y semejanza de Dios. Pero, con el paso de la modernidad se produce una secularización de ka clave ético religiosa.  Y para definir la dignidad  se entiende desde un ángulo exclusivamente ético y racional. Es decir, esta dignidad se basa en un proceso de autorreconocimiento. La diferencia ontológica del SH frente al resto del mundo existente, reside en su racionalidad y en su libertad, o sea, en su capacidad de razonar y en su capacidad de tomar decisiones. Así lo dice Kant, siglo XVIII  al afirmar que e4l SH es un fin en sí mismo, no puede ser un  medio para otros fines. Las cosas, las mercancías, son un medio, tienen un precio, el SH tiene dignidad.

Los valores que se sitúan más cerca de la crisis yo diría que son  dos: La Vida y la Libertad. Se trata de la constante violación del art, 3 de los DH.”Toda persona tiene derecho a la vida a la libertad y a la seguridad de su persona”. Lo que está verdaderamente en  crisis es la Ética, es decir, la madre de los valores éticos, incluidos los DH. Tener principios y valores es tener ética, y la ética es el exponente de la libertad. Sin libertad no hay ética. 

C) Qué son los valores
 Los valores son proyectos, ideales de comportarse y de existir que el ser humano aprecia, desea y busca. Son características de la acción humana que mueve la conducta, orientan la vida y marcan la personalidad. Son puntos de referencia trascendentales que tiene toda persona, hombre o mujer, para tratar de hacerlos realidad en su vida concreta. Son pequeñas utopías, horizontes de esperanza, que hacen que el ser humano sea digno y tienda siempre a convertirlos en realidades.

El valor es aquello que hace a una cosa o persona, digna de ser apreciada, deseable y digna de existir; los valores son proyectos, ideales de comportarse y de existir que el ser humano aprecia, desea y busca; son características de la acción humana que mueve la conducta, orientan la vida y marcan la personalidad. Son puntos de referencia trascendentales que tiene toda persona, hombre o mujer, para tratar de hacerlos realidad en su vida concreta. Son pequeñas utopías, horizontes de esperanza, que hacen que el ser humano sea digno y tienda siempre a convertirlos en realidades.

         Cada uno, cada una, crea y elige sus propios valores, son el fruto de un descubrimiento personal, que van cambiando conforme vaya cambiando su propia experiencia. Cada uno, cada una, tiene sus principios normas y valores; cada persona tiene su sentido ético particular. No existe ese conjunto de principios, normas y valores de signo universal, que rigen para todos y todas,  y son aceptados por todos los hombres y mujeres. Cada persona va elaborando su propia ética: es lo propio de la autonomía del ser humano.

---oOo---





    [1] M. Weber. La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Península, Barcelona, pág. 93, 107.