lunes, 11 de noviembre de 2013
1.- El problema: La mentira en la que
vivimos.
La mayoría de la gente
sabe que los políticos mienten, que no dicen la verdad. Los dirigentes mienten.
Rajoy miente en el Parlamento. Obama miente al mundo entero con el conflicto de
Siria. Las estadísticas nos engañan. Los partidos políticos mienten. Los
periódicos dicen lo que les parece, inventan
noticias y ocultan la realidad. La mayoría de los economistas no dicen
la verdad, nos engañan con sus cifras, sus porcentajes, sus posibles
alternativas. Miente cada día la TV pública y la privada que es parte del
sistema. Mienten los banqueros. Toda la corrupción es una inmensa mentira,
Mintió y metió miedo a la población civil la Sanidad pública cuando anunció una
Gripe A que nunca existió. El hecho de engañar (o intentar engañar) a los demás
se ha generalizado de tal manera y hasta tales extremos que, sin miedo a
exagerar, se puede afirmar que la mentira es ya un componente de la cultura
que, entre todos, estamos construyendo.
El tiempo actual puede ser calificado como la época de la mentira. Por dos razones. Los medios de comunicación tienen más potencia que nunca y están controlados por el poder por el coste que supone mantenerlos. El otro motivo, más fundamental, es que la mentira se ha encarnado en nuestra propia civilización. La estructura misma de la civilización es engañosa. Es ficticia. Es mentira. ¿Se puede decir que la civilización occidental actual está basada sobre la mentira? Sí. Se proclaman los ideales de la Ilustración: la democracia, el progreso, la igualdad, la libertad... y, sin embargo, se están traicionando y aplastando estos ideales. Los indignados decimos: "Lo llaman democracia y no lo es". Tienen razón. Entre las declaraciones teóricas y la realidad hay un abismo de diferencia. La OTAN no es órgano que sirva a los intereses de la justicia sino a los intereses de las clases dominantes.
Es hora de que nos planteemos qué pasa con
1.- Quienes son los Sofistas:
.Para poder explicarse este nuevo cambio de pensamiento en
En
qué consiste este cambio: Todos han tomado parte en las batallas que les han
dado la victoria, y esto les da un fuerte sentimiento nacionalista: todos han
hecho posible el triunfo sobre la dictadura persa. De la misma manera, todos tienen
derecho a un puesto en la sociedad; el gobierno, el poder, no es privilegio
exclusivo de la aristocracia, sino que cualquier ciudadano/a del pueblo,
puede llegar al gobierno.
Aristocracia:
el poder político proviene de la riqueza (familias ricas) o del prestigio
social (nobleza)
Democracia:
El Gobierno es del pueblo. Una democracia sin gular, formada solo por hombres
libres, excluyendo a los esclavos y a las mujeres.. Todo el que sabe puede acceder
al poder. No se necesita riqueza ni nobleza, sino preparación: saber es poder.
1.2.
Los sofistas democratizan el saber
Nace
así
Los
Sofistas son los nuevos profesores: Para gobernar hace falta preparación; la
ciencia y
El
ágora es la plaza de Atenas, el Sintagma de hoy, es el espacio público donde no
hay templos ni tronos. Es un espacio vacío donde solamente están los
ciudadanos. Nadie puede apropiarse de este espacio. Es el espacio de todos,
donde todos son iguales. Espacio para hablar, debatir, argumentar. Se emplea un
verbo nuevo “agorazein”. Todo se discute, Antes que obrero, rico, o noble o sabio,
es un ciudadano.
La
presencia de Sócrates en el ágora crea un conflicto: cuestiona la religión
el poder de los ricos y nobles, El era un
ciudadano de a pìe. No presentaba ningún programa político, solamente hacía
preguntas: si querían seguir siendo ciudadanos las cosas tenían que cambiar: hay que preguntarse sobre otros
planteamientos cívicos, otras leyes, otra religión otra valoración de los
dioses,, otra moral, otros
criterios, una constante búsqueda
de la verdad.
Enseñanza:
Para
gobernar hace falta preparación; la ciencia y
El
esfuerzo de estos filósofos no se pone
tanto en la búsqueda de la verdad, cuanto en el arte de persuadir al otro,
hasta llegar al triunfo político; sus asignaturas serían, la oratoria,
retórica, elocuencia, dialéctica, etc. Interesa más el triunfo político que el
triunfo de la verdad. Tenían muy
claro que saber es poder.
La
época sofística es indicadora de una crisis profunda de la sociedad ateniense,
en la que los valores tradicionales, aparecen como insuficientes, pasados e
incapaces de dar una respuesta válida ante la nueva situación democrática. Es
preciso plantearse una nueva escala de valores, unas nuevas formas de enseñanza
a la juventud, en fin, una nueva forma de enfocar
1.4.
El pensamiento de los sofistas: Relativismo y escepticismo:
Las
respuestas dadas hasta el momento por los filósofos pre-socráticos ante las
preguntas iniciales, cuál es el origen de la naturaleza, eran muy variadas. Ofrecían
un aspecto desolador por las respuestas tan diferentes e incluso
contradictorias. Unos que el agua, otros que el aire, otros que el fuego o el
ápeiron. Ante esas respuestas, no había
más remedio que hacerse una serie de preguntas:
¿es
posible conocer
¿se
puede conocer cuál es el origen de la naturaleza?
¿es
posible para el ser humano conocer la verdad?
Se
preguntan, por tanto, por la validez del conocimiento humano; y empieza la duda:
¿Se puede conocer la realidad, la verdad? No podemos estar seguros de nada: dudamos
(skeptomai = dudar) de todo, nos hacemos escépticos. escepticismo de fondo: entendido en su etimología,
por la que “sceptikos” significa el que duda, el buscador, que no es el
escéptico que no cree en nada, sino el inconformista que no se conforma con lo
que encuentra, o le cuentan, porque siempre investiga, analiza, reflexiona,
espera el hallazgo de algo mejor, más completo y más convincente
Relativismo:
no existe la verdad absoluta: solamente existe la verdad de cada uno que no
tiene por qué coincidir con la de los demás. No hay verdades ni leyes universalmente
válidas; se pone en entredicho la cultura y la sociedad griega anterior, que
creía que existían tales leyes y verdades, emanadas de los dioses que no
querían cambios.
Convencionalismo:
Lo podemos enunciar así: "Tanto las instituciones políticas como las normas,
las leyes,,las ideas morales son convencionales". Las leyes no son tan
permanentes, tan esenciales como nos habían enseñado los dioses: Las normas de
conducta vigentes en la sociedad, no pertenecen a la naturaleza de las cosas;
son solamente producto de un acuerdo humano, una pura convención.
La
pregunta que hay que hacerse es: ¿esas leyes que rigen en la sociedad se fundan
en la naturaleza humana o solamente en el deseo de los hombres que han querido
que sea así, que se han puesto de acuerdo en estas circunstancias históricas. Han
convenido en que sea así, pero que podría haber sido de otra manera. Lo inmutable, lo que es común a todos los
seres humanos es la naturaleza humana. Y ésta es dinámica no estática. Está
sujeta a muchos cambios. La naturaleza (fisis)
es principio de movimiento y de
reposo. El sofista Protágoras decía que el “Hombre es la medida de todas las
cosas”. La moral vigente en Atenas es antinatural: Nomos (ley positiva) contra
fisis (ley natural). Es un debate eterno en nuestra cultura. ¿Existe la ley
natural?
Conclusión: La ley que se dan los ciudadanos no es
válida universalmente, para todas las ciudades-Estado de Grecia, ni eterna: no
se funda en la naturaleza de las cosas sino en el simple acuerdo entre los
hombres. No puede haber criterio objetivo sobre lo que es bueno, recto,
justo... Todo depende de los acuerdos que tomen los hombres.
1.5.- La lección de los sofistas:
-
democratizar los saberes: el
-
Debatir temas actuales, argumentar, hablar, razonar ,pensamiento colectivo
-
crear un nuevo estilo de hacer política. La ciudadanía tiene la palabra.
-las
leyes no las dan ni los partidos, ni los poderosos, sino que emanan del pueblo
-la
moral no la imponen las religiones, sino
que se elabora en la plaza publica.
-no
querer aparentar, disfrazar
-ser
de verdad escépticos, inconformistas, buscadores de
2.1
SU VIDA:
Participa
en la guerra del Peloponeso, el año 431. Contempla la ruina de su ciudad,
Atenas, y ve como una de sus principales causas la superficialidad de los
sofistas. Su escepticismo iba minando la religión tradicional, las leyes y las
instituciones. Frente a ellos, él se preocupa por el hombre, el hombre
concreto, el ateniense. Frente a la retórica tan superficial de los sofistas,
adopta el diálogo directo, la conversación dirigida con habilidad, la
dialéctica sutil. Desconcertaba así a sus interlocutores.
Es
un gran filósofo, que no escribió nada, pero que su vida y su pensamiento y su
método siguen estando vigentes después de 26 siglos, y despertando el más vivo
interés. "Fue uno de los hombres más justos de su tiempo", dijo
Platón, uno de sus discípulos.
Dedicó
su vida y su sabiduría a la enseñanza. Nunca escribió nada; su Filosofía era su
vida, y en los escritos, letra muerta, no se trasmite vida, sólo se trasmiten
conocimientos.. El filosofaba con todo su ser, no solo con la razón, haciendo
una filosofía viva.
Fue
el gran maestro de Platón, el que influiría profundamente en su pensamiento y
en su vida. Tenía un método muy peculiar, llamado la mayeútica, que consistía
en hacer pensar a la gente y que ellos mismos sacaran a luz sus propios
pensamientos. Le condenaron a muerte por tres acusaciones fundamentales:
impiedad:
enseñaba que los dioses no gobiernan los fenómenos naturales; la diferencia
entre la fe socrática y la oficial, consiste en la crítica que le hace: el
culto oficial se aprovecha de la religión, y la instrumentaliza para fines
políticos; él, Sócrates, es un seguidor de su conciencia. No del culto a los
dioses.
corruptor
de la juventud: él no tenía discípulos, sino compañeros; él no enseña una
doctrina; "no sabe nada" es lo único que sabe; lo único que hace es
enseñar a filosofar, enseñar a pensar, a que cada uno llegue al convencimiento
de que no sabe nada, y así llegue a
aprender algo. El enseñar a pensar siempre ha sido considerado como un delito.
introducir
nuevas formas de culto: no adorar a los dioses externamente; rompe la
tranquilidad del hombre sencillo: instaura el valor de la interioridad, en
contra de la exterioridad del rito; la voz de la conciencia elevada a rango de
religión, es la nueva categoría religiosa de Sócrates.
2.2.
SU PENSAMIENTO:
Es un sofista más dentro de este
movimiento, pero tiene cosas en común con ellos y también profundas
diferencias. No comparte el escepticismo y relativismo sofista; Sócrates tiene
el convencimiento de que existe una verdad de valor absoluto y universal; si
cada uno entiende lo que es justo, lo que vale, lo que es bueno o malo, es
imposible la comunicación, no se pueden hacer leyes justas. Sócrates parte del
conocimiento que tiene cada persona, no hay que enseñarles cosas, sino hacerles
descubrir la verdad que está en su interior.
Su
manera de enseñar es algo muy peculiar, muy original; no se trata de trasmitir
una doctrina, que él no tiene, sino su modo de hacer filosofar a sus amigos; su
METODO tiene tres momentos:
a)
La ironía:
es
el punto de partida: hay que llevar al interlocutor a la convicción de que no
sabe nada; utiliza la interrogación, siempre haciendo preguntas rompe el
dogmatismo sofista, y hace que el hombre descubra su propia ignorancia (sin decirle que él es
un ignorante), le haga dudar, le lleve a investigar; y entonces, se llega a la
verdad criticando las opiniones de los demás, admitiendo la propia ignorancia...
b)La
mayeútica:
significa
'parto' (=mayeusis): es dar a luz la verdad; el diálogo hace alumbrar la verdad
(con la ayuda de otro, dialogando, es como se puede dar a luz una verdad); es
descubrir el espíritu que está en cada uno, es el "conócete a tí
mismo", porque dentro, en el interior de cada uno, es donde está el nuevo
ser que tiene que salir afuera, el ser de la verdad.
c)
La definición:
es
llegar al fondo de las cosas: la definición es el desvelamiento de la verdad: es
llegar a formular con palabras la verdad que se ha descubierto; según Aristóteles,
Sócrates es el inventor de la definición. Definir es delimitar, sintetizar,
reducir los términos de una verdad a un concepto. Define qué es un zapato, qué
es la virtud, que es la ciudad, qué es la ley, qué es la conciencia,, etc.
2.3. Su ética:
Intelectualismo moral
Punto
de partida: el Ser Humano:
Frente
a la decepción por las opiniones de los filósofos antiguos acerca de la naturaleza,
Sócrates mantiene que todo eso es inútil; sustituye la preocupación del cosmos,
del universo, por la auténtica preocupación del Ser Humano, la naturaleza
moral del SH,: lo que más le interesa al Hombre es saber qué tiene que conocer
para ser feliz; en esto consiste la verdadera sabiduría.
La sabiduría no le viene al
Hombre desde fuera, sino desde dentro, de su interior; el sabio no es el que
vive de seguridades, el que se ha cansado de buscar, sino el incansable, el
que duda y se interroga de los problemas del mundo, de lo que le rodea;
"mientras viva no dejaré de filosofar" decía él. Su verdadera
filosofía es descubrir por sí mismo la verdad.
Consecuencia: el intelectualismo moral:
es
aquella doctrina que identifica la virtud con el saber: el que sabe es
virtuoso; el que obra mal es un ignorante, porque: el bien, que es lo útil para
el individuo y para la ciudad, influye de tal manera sobre el entendimiento del
que lo conoce que, una vez conocido determina a la voluntad, la cual no puede
menos de quererlo y practicarlo. El que no lo ha practicado, por tanto, es
porque no lo ha conocido, es decir, porque no sabe lo que es el bien. "solamente sabiendo qué es la
justicia se puede ser justo"; "solamente sabiendo lo que es bueno se
puede obrar el bien". De la misma
manera es imposible que la voluntad quiera el no-bien, es decir, el mal, porque
la voluntad está determinada al bien. El que peca, por tanto, no es por mala voluntad,
sino por ignorancia. No debe haber un castigo, sino una instrucción..., y en
vez de cárceles... escuelas. En esta moral no caben las ideas de pecado o
culpa.
-Querer saber, no tener a miedo a pensar
-Ser rebelde con causa: frente a
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