REFLEXIONES
SOBRE ETICA Y MORAL
¿MORAL
VIVIDA, ÉTICA PENSADA?
José
María García Mauriño
Junio
2018
Si
profundizamos un poco, podemos ver que ética y moral no son lo
mismo. En la sociedad, los que están en el poder, la clase dominante, nos
inducen a pensar que son más o menos lo mismo. Nos imponen una única forma de
pensar, sentir y valorar. Es parte del pensamiento único. Según ese pensamiento
decimos que es Bueno lo que ellos dicen
que es bueno. Y decimos que es Malo o que no está bien, a lo que ellos
dictaminan que es Malo o que no está bien. ¿Cuándo se puede decir que una
persona es ética, o cuando es moral? ¿Cuáles son la ética y la moral vigentes
hoy?
El problema consiste en que hacerse
estas preguntas nos hace pensar y nos
hace valorar las cosas de distinta manera. Porque se trata nada menos que saber
discernir de alguna manera lo que es Bueno y lo que es Malo. La ética y la
moral, son dos niveles distintos, son dos
maneras distintas de pensar y valorar las cosas y las personas. Y vuelvo a preguntar, por ejemplo, para
llegar a alcanzar un cierto grado de felicidad, ¿hay que ser ético o hay que
ser moral? ¿Con qué código, o norma de conducta, trato de orientar mi vida, con
la normativa que me imponen, por parte del poder civil o religioso, o con el
sistema de principios y valores que yo
elijo y voy elaborando por mí mismo? La ética no responde sólo a la pregunta
¿qué debo hacer?, sino ¿por qué debo hacer esto o lo otro? O por qué no debo
hacerlo.
Según la sentencia de Aranguren (la moral es la moral vivida, la ética es la moral pensada) la diferencia
entre ética y moral sería esta. La moral es la que orienta las costumbres de la
ciudadanía por los códigos de conducta imperantes en la sociedad. Lo que está vigente.
Lo que hace todo el mundo. La ética es
la reflexión filosófica sobre dichas conductas. Lo moral se refiere siempre al campo de la conducta, de las
acciones: lo que se hace cada día, en cada institución (familia, parlamento,
economía, etc.), regido por códigos concretos de conducta de tipo religioso o
civil. Se trata de las costumbres vigentes en
la sociedad, regidas por unas normas que emanan de la misma sociedad sin saber
a punto fijo de quien o de dónde han salido esas normas concretas, de tipo familiar, social,
económico o político. Responde a lo que todo el mundo hace, a los
comportamientos diarios de la gente, que ordinariamente se rigen por los
deberes u obligaciones impuestas por esta sociedad capitalista, sea de tipo
civil o del ámbito religioso. Prescribe lo inmediato para la acción, dictado por el orden
establecido por los poderes sociales, políticos o económicos
Sabiendo que se trata de una sociedad
capitalista, muchos comportamientos que son manifiestamente inmorales, aparecen
como “normales” porque se adaptan a las normas establecidas en la sociedad. Y
seguimos pensando que la
ética no es lo mismo que la moral. La ética no puede confundirse con la llamada
"moral". No es lo mismo ética que moral. Cuando la ética se confunde
con el orden existente, con lo que está establecido, con lo de siempre, con la
moral vigente, se convierte en una máquina de construcción y de conservación
del sistema social vigente, es decir, del sistema capitalista. Hemos visto cómo
la moral de la guerra, por ejemplo, se identificaba con el destino del
petróleo, y el derecho internacional con el reparto actual del poder. La
cultura de la guerra que han creado los centros de poder, ha logrado presentar
el conflicto armado como una pieza necesaria de la misma naturaleza de las
cosas, algo propio del paisaje humano. La ética tiene un paisaje de principios,
normas y valores que resulta irrenunciable: un síndrome de valores, como diría
Erich Fromm, como son la libertad, la justicia, la Vida, la verdad, la
solidaridad, la paz, el respeto por los derechos humanos, que se convierten en
convicciones y orientaciones de conducta, muy distinto al que ofrece la
“moral”. La ética siempre será una reflexión crítica, a la luz de los Derechos
humanos o de los valores éticos, que juzga al sistema social vigente. Y el
pensamiento crítico siempre es molesto al orden establecido. Criticar es juzgar
con valentía, es identificar méritos y debilidades; desvelar lo oculto, actuar
de forma abierta y no dogmática; llamar a las cosas por su nombre. Es una
actividad que implica riesgos porque teme los juicios que puedan descubrir sus
errores y debilidades. La crítica es, por naturaleza, polémica; genera
discordias y enemigos, pero también amigos. Puede producir ideas y
conocimientos, así como cambios, siempre necesarios, en las obras y en los
seres humanos. De ahí que lo normal es que el poder establecido o dominante
trate siempre de suprimir o de ocultar la crítica No quiere, ni
soporta un sistema de pensamiento que ponga al descubierto las contradicciones de unas conductas que se
dicen “morales” porque siguen las normas y leyes establecidas, pero que esas
conductas no son éticas. Y hay un cierto clamor popular de “falta de ética” en
la sociedad, no de falta de moral.
Al llegar aquí no tengo más
remedio que hacerme unos serios interrogantes: por ejemplo. ¿Qué significa la
paz para los que hacen la guerra? ¿Es acaso la paz el fin que persiguen cuando
acaben la guerra? ¿Es lo mismo paz que sumisión a las condiciones de paz que
imponen los vencedores? ¿Se pueden llamar vencedores a los que ganan la guerra?
San Agustín, en su obra "La ciudad de Dios" definía la paz como la
"tranquilidad en el orden"; pero, nos preguntamos ¿de qué orden se
trata? la guerra del Golfo se terminó en 1991, hubo desfiles militares
victoriosos, medallas, condecoraciones, ascensos, ¿acaso hemos alcanzado la paz
en el Golfo? ¿Ha alcanzado la humanidad una suficiente estatura moral para
crear un nuevo orden? ¿Ya hemos establecido un criterio ético de convivencia,
de diálogo y de comunicación humanas entre los pueblos y sus culturas?
¿Modificará alguien su sistema ético por lo ocurrido con los refugiados, por las muertes incesantes de
emigrantes en el Mediterráneo? ¿Acaso no
nos plantean problemas éticos estos escenarios?
Actuar
moralmente es actuar conforme a los códigos de conducta de nuestra cultura,
forma de vida o grupo social. En el límite es actuar conforme a algún código. Llamo
ética a la reflexión sobre las morales concretas en las que siempre estamos. El desafío ético que nos impone la sociedad mundial caracterizada por un gran pluralismo cultural y un sistema económico que hace crecer la diferenciación económica y la desigualdad social en el planeta, es el de encontrar un fundamento intercultural que respete la diversidad moral e incluso la favorezca, pero que al mismo tiempo pueda criticar a todas las morales por igual. En los países pobres la estructuración del poder mundial se hace muy visible y presente en la vida cotidiana de millones de personas. La filosofía moral en los países industrializados muchas veces obvia la pregunta de los efectos de su acción y de sus morales concretas sobre la mayoría de la humanidad aunque se hable de derechos humanos. Se reflexiona más sobre las condiciones del diálogo democrático, el lenguaje y sus implicaciones en el interior de los países ricos, que sobre las consecuencias y los efectos mundiales de su modo de vida respecto a los demás modos de vida del planeta. Quizás es en los países pobres donde pueden plantearse preguntas que muchas filosofías morales de los países ricos no pueden responder porque no están interesados en plantearse determinadas preguntas.
Una definición
de ética podría ser ésta: es el conjunto de principios, normas y valores que
cada uno/a va eligiendo libremente durante su vida, para orientar correctamente
su conducta. Se podría dar otra definición. Por tanto, la ética no es intemporal: unos principios, normas y valores
que sirven para todos los tiempos. Cada uno, cada una, va eligiendo (es el
problema de la libertad) y priorizando una escala de valores que le
sirven para orientar su conducta concreta, la de su vida personal y única. La vida siempre es temporal y por
tanto, histórica.
La definición que da Wikipedia: El término ética proviene de la palabra griega ethos, que originariamente significaba “morada”, “lugar donde se vive” y que terminó por señalar el “carácter” o el “modo de ser” peculiar y adquirido de alguien; la costumbre (mos-moris: la moral).
La ética tiene una íntima relación con la moral, tanto que incluso ambos ámbitos se confunden con bastante frecuencia. En la actualidad se han ido diversificando la Ética son el conjunto de normas que vienen del interior de la persona y la Moral las normas que vienen del exterior; es decir, de la sociedad.
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