lunes, 23 de marzo de 2020

CORONAVIRUS, UNA REFLEXION


Cómo el coronavirus nos recuerda lo 
"esencial de la vida"


Solidaridada ante el coronavirus


Es una sensación muy extraña... como si los papeles se hubieran invertido... Hoy es África la que se protege de la amenaza europea, la que cierra sus fronteras... la que teme que lleguen los extranjeros.
Todos nuestros compromisos, encuentros, apretadas agendas se desvanecen, como por arte de magia,
 Dentro de nuestro obligado confinamiento, es la hora de apartar los miedos, de pensar, de analizar el por qué de nuestra existencia, en qué ponemos lo esencial de nuestra vida, es hora de escribir cómo nos sentimos y mirar un poco para adentro. Y otear un horizonte más allá de nuestras fronteras. Y avivar  el sentido de solidaridad.
Los años que en nuestro país se ha ido desmontando el sistema del bienestar, entre ellos el sistema sanitario, ahora nos cobran factura

No hay posibilidad de que nadie pueda salvarse en solitario, pues dependemos de muchas personas.

1 comentario:

  1. Amigo José Mª: Estoy totalmente de acuerdo con tu opinión. La pandemia de la COVID19 nos está enseñando lo esencial de la vida. Que la vida, la salud y su cuidado es lo primero, con anterioridad al trabajo y el emprendimiento, que tanto reclaman las empresas grandes y pequeñas. Y esta vida y salud debe estar respaldada por el Estado. Es curioso cómo hemos vuelto a esta idea fundamental, de que el Estado somos TODOS nosotros, por ello debemos mantenerlo, con nuestros impuestos y también con nuestra vigilancia, crítica y participación en la vida pública o política.Claro, el neoliberalismo nos machaconea con eso del "papaito Estado", la "paguita"que nos puede dar con la Renta Básica Universal, no solo con el Ingreso Minimo Vital. Está claro, como esa gente es capaz de crear empresas poderosas, de guardar sus cuentas en paraísos fiscales, tener islas, barrios y chalets propios etc., ya no necesitan del "papaito", se bastan a sí mismos. Pero ¿y el 99% restante? Como dices muy bien: Qué nos hubiera pasado si se hubiera desmontado todo el Estado de bienestar...No nos lo imaginamos. Por eso estoy de acuerdo con lo que concluyes: No hay posibilidad de que nadie pueda salvarse en solitario, pues dependemos de muchas personas.Un abrazo

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