miércoles, 10 de abril de 2013

EL BIEN COMÚN, UN BIEN DE LA HUMANIDAD




José Maria  Garcia-Mauriño
Abril 2013

1.- Qué es el B.C.
Por Bien común  se entiende, en filosofía en general, aquello que es compartido por todos los miembros de una comunidad: y en beneficio de toda la ciudadanía “El bien común abarca el conjunto de aquellas condiciones de la vida social, con las cuales los hombres, las mujeres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección.”
El bien común no es la suma de los bienes de cada uno de los miembros de la sociedad ya que ese bien es indivisible y solo con la colaboración de todos puede ser alcanzado, aumentado y protegido. Afecta a la vida de todos.
Los bienes que hay en el mundo son propiedad de todos los hombres y mujeres para que a nadie le falte lo necesario para vivir.
Ejemplo: El BC de una familia compuesta de la pareja y tres hijos es algo más que la suma de los bienes de los cinco miembros. Comporta las condiciones de vida de esta familia como tal.

2.- Qué clase de bienes:
El BC abarca una serie de bienes que benefician al conjunto de la población. Bienes por los que hay que luchar, porque no nos regalan nada en esta sociedad.  Se trata de:
Toda clase de bienes pertenecen a todos y todas, y son para repartirlos a toda la ciudadanía, Como son:

a) Materiales: todos los que son necesarios para una vida digna de cualquier Ser Humano (SH),  son estos: vivienda, alimentación, vestido, agua,
b) Sociales: derechos humanos, educación, religión,  ocio.
c) Políticos: partidos, sindicatos, democracia.
d) Colectivos: los propios de cada comunidad: los barrios, los pueblos, la familia, el municipio, asoc. de vecinos, cooperativas, etc.

En definitiva son tres los elementos que constituyen el Bien Común:
 1.- Las condiciones sociales de paz, justicia y libertad;
2.- Un conjunto de bienes materiales,, sociales, políticos y colectivos
3.- Equidad en el reparto de esos bienes;

Santo Tomás  (siglo XIII) "cada persona individual es, con respecto a toda la comunidad, lo que la parte con respecto al todo". (Suma teológica -cuestión 98)  La democracia no es simple aritmética, no es la suma de votos. Los valores humanos no obedecen a criterios estadísticos. No es el ser humano un simple elemento, un súbdito del Estado. Es el Estado el que sirve al ciudadano/a.

3.-Características del bien común:
Deriva de la naturaleza humana y es por lo tanto superior a cualquier individuo: “La persona [...] se ordena al bien común, porque la sociedad, a su vez, está ordenada a la persona y a su bien,
 No es la suma de los bienes individuales, tampoco la sociedad es la mera suma de los individuos. Abarca a todo ser humano, es decir, tanto a las exigencias del cuerpo como a las del espíritu.
 Redunda en provecho de todos: el orden social y su progreso deben subordinarse al bien de las personas y no al contrario.

4.-Consecuencias:
Obliga al Estado: “La razón de ser de cuantos gobiernan radica por completo en el bien común. Todo gobernante debe buscarlo, respetando la naturaleza y ajustando sus leyes y normas jurídicas a la situación real de las circunstancias”.
Obliga a toda la ciudadanía: el bien común ha de ser considerado como un valor de servicio y de organización de la vida social, Es tarea de todos. Es decir, han de acomodar sus intereses a las necesidades de los demás. El BC está siempre por encima del bien particular.

4.- EL BIEN COMUN DE LA HUMANIDAD
De la misma manera que la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 fue proclamada por las Naciones unidas después de la catástrofe de las dos guerras mundiales (murieron 52 millones de personas), es necesario que se pueda proclamar una Declaración Universal del Bien Común de la Humanidad. Podría tener un papel similar. En efecto,  los Derechos del Hombre y del ciudadano/a antes de haberse adoptado por la comunidad internacional, han conocido un largo recorrido entre las revoluciones francesa y estadounidense. El mismo proceso progresivo ha tenido la tercera generación de los Derechos, incluyendo una dimensión social antes de ser proclamados. Bastante occidental en sus perspectivas, el documento fue completado con una Declaración africana y por una iniciativa similar del Mundo árabe. Sin ninguna duda la Declaración, es manipulada en función de intereses políticos, especialmente por las potencias occidentales. Pero ella continúa siendo una referencia de base, indispensable a toda legitimidad política y una protección para las personas. (François Houtart, 2009).

Actualmente ella debe ser completada, ya que está en juego la supervivencia de la humanidad y del planeta. Cuatro ejes fundamentales podrían dar coherencia a las nuevas iniciativas que buscan construir alternativas y también orientar numerosas prácticas. Los cuatro ejes fundamentales serían estos:

La utilización sostenible y responsable de los recursos naturales. Aquello significa otro enfoque de las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza: pasar de la explotación al respeto de esta última, fuente de toda la vida.
Privilegiar el valor de uso sobre el valor de cambio. Luego, definir la economía como la actividad destinada a crear, dentro del respeto de las normas sociales y ecológicas, las bases de la vida física, cultural y espiritual de todos los seres humanos sobre el planeta.
Generalizar la democracia a todas las relaciones sociales y a todas las instituciones. No solamente aplicarla y profundizarla en el campo político, con una nueva definición del Estado y de los organismos internacionales, sino también ampliarla al área de la economía, de la cultura y de la relación entre hombres y mujeres.
La multiculturalidad, a fin de darle la posibilidad a todos los saberes, a todas las culturas, a todas las tradiciones filosóficas y religiosas de participar en la definición del Bien Común de la Humanidad y a la elaboración de su ética.

La adopción de estos principios permitiría comenzar un proceso alternativo real frente a las reglas que presiden actualmente al desarrollo de la economía capitalista, a la organización política mundial y a la hegemonía cultural occidental y quienes causan las consecuencias sociales, culturales y naturales que conocemos actualmente. Los principios expresados desembocan sobre grandes orientaciones que es posible esbozar.

La Utopía.
 ¡Utopía! Si, es  aquello que no existe hoy día, pero podría y debería existir mañana. Utopía necesaria, ya que es sinónimo de inspiración creadora de coherencias en los esfuerzos colectivos y personales. Pero también aplicaciones muy concretas, sabiendo que cambiar un modelo de desarrollo no se realiza en un día.

Por ejemplo, a   los accionistas de la Volkswagen (propietaria de Seat) les conviene reducir la plantilla para competir mejor; los obreros, naturalmente, se oponen porque saldrán perjudicados.

Otro ejemplo, Parecería que una campaña para vacunar a toda la población contra la gripe aviar es propia del "bien común". Pero habrá alguien que no querrá vacunarse ("yo no creo en vacunas"), con lo cual el efecto social de la vacuna queda en suspenso; otro no querrá que se gaste dinero público en vacunas; otro no querrá rebajar el precio de una vacuna cuya patente posee para hacer más viable la vacunación masiva. Al final nos encontramos con que no se puede invocar el "bien común" para justificar una campaña de vacunación.

Todas estas protestas y movilizaciones no hacen más que revelar la naturaleza intrínsecamente conflictiva de nuestra sociedad  y su construcción demanda un conjunto de acciones individuales y colectivas las cuales evolucionan de forma diversa en el tiempo. Entonces ¿cómo proponer medidas insertándose en esta lógica y que podría ser el objeto de movilizaciones populares y de decisiones políticas? Muchas proposiciones ya han sido planteadas, pero se podrían agregar otras.

En una sociedad compleja, abierta y democrática como es la española del siglo XXI no es evidente que se pueda hablar "del bien común". Hay pocas realidades o situaciones que sean buenas para todos los ciudadanos al mismo tiempo. La salud de nuestro planeta; la paz, como negación de la guerra; el dominio de una ley justa, y la verdadera democracia pueden ser elementos del bien común.

 La naturaleza conflictiva de nuestras sociedades exige que haya un árbitro o juez imparcial para dirimir los conflictos de intereses. Para eso están las autoridades competentes. Su misión consiste en:
 primero, definir qué significa en casos concretos "el bien más común y general", que es la afirmación de Tomás de Aquino, ,
segundo, procurar que el bien particular de un colectivo no prevalezca sobre aquél. Una autoridad que sólo mire a un bien particular (sea el de los mineros o de las empresas eléctricas, o los beneficios de una empresa o de un banco) y desatienda el más común y general, practica una forma de corrupción muy reprobable en un sistema democrático. No se pueden anteponer los intereses de un grupo a los de los demás, pero hay que conciliar justa y razonablemente los de todos.


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1 comentario:

  1. ¡Urge! porque los "valores" que estamos heredando a nuestros hijos son mínimos y el mercantilismo nos está avasallando.

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