jueves, 26 de enero de 2017

LA FILOSOFÍA, UN SERVICIO PÚBLICO



 UNA ÉTICA DE LA SUBVERSIÓN

José María García Mauriño
27 de Enero de 3017

1…- Qué entendemos por Subversión:
Subvertir significa mover el ánimo de la gente para inducirle a adoptar una actitud rebelde u hostil en orden a cambiar el orden público y moral, dice el Diccionario de Lengua.

Se trata de tener una versión distinta, una manera de ver el mundo, la vida, desde los de abajo, desde el mundo de las personas empobrecidas, no desde el “orden establecido” por esta sociedad capitalista, no desde las instituciones, a como nos lo presenta la TV y la prensa. Subvertir es ver, analizar, el mundo desde los “sub”, desde el suburbio, desde los subalternos, desde los que están por debajo. Es decir, desde los pobres, de los que no tienen, no saben o no pueden.  La subversión que propugnamos no es nada violenta.

Subvertir el orden establecido: es decir, poner las cosas patas arriba. Lo de arriba  lo ponemos abajo. Lo que consideramos como perdido, los perdedores, es lo que vale. Lo que todo el mundo estima que es bueno, no es tan bueno. Lo que se tiene por poder es debilidad. Siempre prevalece la vida sobre la muerte, la verdad sobre la mentira, la libertad sobre la dependencia. Y el amor, la fraternidad, la solidaridad, por encima de todo. Esa es la subversión: mirar el mundo desde una óptica completamente distinta  Es caminar a contra-corriente. Lo normal, lo corriente, no es pensar así. Lo corriente es la mirada del conformismo. Nuestra mirada es la mirada de la rebeldía, de  la subversión, la que mira al pobre desde la vida y desde la dignidad. Desde su barrera, no desde arriba. Es sentir la nostalgia por los excluidos de esta sociedad, es decir,  por  todas las personas empobrecidas del mundo. Los pobres son los que no tienen, no saben y no  pueden.

A.- Los que no tienen techo, comida, dinero, agua, tierras, trabajo, escuelas, hospitales, “Papeles”…No tienen casi nada.

 B.- Los que no saben: Cuáles son sus derechos. Los que no están informados de lo que pasa en el mundo, en su país, en su familia. Los que a veces no tienen ni idea de qué se les acusa cuando les detienen. Muchos no saben: no saben leer ni escribir, ni hacer cuentas. porque no han ido a la escuela.

C,- Los que no pueden: no tienen recursos para salir de su pobreza y miseria. No tienen oportunidad de salir fuera de su país y conocer otros mundos. No tienen  medios para curarse de sus enfermedades.

D.- Los que viven: Con enfermedades curables y sin medicinas porque son muy caras. Viven con mucho miedo. Sin abrigo. Huyendo del hambre de su tierra en pateras y cayucos. O de las guerras  que promueven los poderosos. Esperando encontrar otro país en el que puedan vivir. Arriesgando su vida y muriendo por sus familias en una salida obligada de su país.  A veces meses y meses en campos de desplazados y de refugiados. En campos enormes de concentración, años y años. Sin defensa posible, sin protección social ni jurídica. Olvidados y abandonados de las autoridades, de sus jefes de gobierno.

Porque no es posible ver, mirar, analizar, este mundo de los de abajo sin sentir vergüenza, indignación,  rabia e impotencia, y clamar por la justicia, y al mismo tiempo dejar de tomar partido y comprometerse.

En esta reflexión sobre las persona empobrecidas, víctimas del capitalismo  imperialista, afirmamos una radical subversión, es decir, que lo hacemos tomando partido. Lo hacemos desde una postura de radical indignación ética y desde una insobornable solidaridad con todas las víctimas de la injusticia, la agresión y el despojo.

Nos ponemos obstinadamente del lado de las víctimas para hacer frente a una dinámica histórica de indignas estrategias belicistas y de políticas -económicas, sociales y culturales-, que sacrifican en el altar del lucro a millones de seres humanos.

Entendemos que las víctimas deben ser el criterio de verdad de cualquier visión del mundo y de cualquier análisis de las relaciones internacionales. Porque el sufrimiento humano, sean cuales fueren sus causas, es siempre una gran interpelación para todo ser humano. Y ante él no caben justificaciones o indolencias y, mucho menos, discursos que propugnan la cómplice resignación. La resignación no es ética.

2.-  Por qué es Ética la subversión:
 Porque no somos conformistas con este régimen de muerte y de mentira, no queremos ser cómplices de esta sociedad que margina a los más necesitados. Se trata de tener una mirada nueva, una versión ética, claramente comprometida, con los valores básicos de la ética, es decir, con la vida, la justicia,  la libertad, la verdad, la paz. Se trata de sacudir las conciencias para instalarnos en la óptica de la vida, de los derechos humanos, de la dignidad, para desmontar el poder de los de arriba y reconstruir los auténticos valores de los de abajo, del pueblo sufriente. Se trata de hacerles justicia y que gocen de verdad de las auténticas libertades. Repetimos, no  sólo una  mirada, una versión, sino sobre todo un compromiso ético.

El paso de la indignación y la rabia,  a la organización, sólida y persistente, es la clave de cualquier proceso de cambios profundos y radicales. Rabia nos  sobra en estos momentos, falta organizarla.

3.- Una pequeña mirada a la subversión
Hay varios aspectos de la subversión, o sea, ver, analizar el mundo desde abajo. y que conviene tenerlos en cuenta a la hora de  analizar la realidad y comprometerse.

1)    La subversión política: Se trata de ver el mundo de la política desde abajo .Es decir, ver cómo sus justas reivindicaciones  se debaten en el parlamento, ver las distintas disputas entre los partidos. Y  sentir rabia e indignación  al comprobar que no  atacan los verdaderos problemas de la mayoría sufriente. Y saber que las decisiones importantes las toman siempre los de arriba, la Troika, sin contar con la gente. Una democracia que al no ser  de verdad representativa, tampoco es participativa.

2)       La subversión económica: ver cómo sigue estancado el número de parados de larga duración. De que en muchos hogares no entra ningún ingreso, que los que tienen algo apenas pueden  llegar a fin de mes, que muchos malviven con la pensión  de los abuelos, que tienen que ir a comedores sociales para poder comer, o buscar cada día la comida en  los contenedores. La angustia de no poder pagar la hipoteca o el alquiler de la  casa, de no poder pagar la factura del gas, de la electricidad, del teléfono, del colegio de los niños, etc. Y pasar mucha vergüenza con todo esto. (Algunos datos: 12,5 % de los trabajadores de la Unión Europea son pobres, en España es el 15% y en EEUU es el 25% y no ha parado de subir en los últimos años (Europa Press)). 8 personas son más ricas que 3.600 millones de pobres.(Oxfam)

3)    La subversión cultural: para muchos el no saber leer o escribirles supone una dificultad muy seria en la vida social, no conocer el significado de muchas leyes y ordenanzas, no haber podido ir a la escuela o a la universidad, pasan miedo, vergüenza, impotencia, ir casi siempre con la misma ropa, no conocer otros mundos…Y con frecuencia, casi sin esperanza de que esto cambie o haya alguna mejora.

Para todas estas personas reclamamos la vida y la dignidad que les niegan  los poderes de este mundo. Esta es la subversión, una alternativa  a la opresión política, económica y cultural que sufren estos colectivos empobrecidos:

-         donde hay procesos de muerte lenta, tratamos de poner vida
-         donde hay mentira u ocultación de la verdad, ofrecemos análisis de la realidad
-         donde hay acumulación de bienes , invitamos a compartir bienes y servicios,
-         donde hay incultura, proponemos una educación pública y laica de todos y para todos,
-         donde no hay derecho, insistimos en  la denuncia de los DH que no se realizan en  las clases populares  y sí en  las clases pudientes.

Al ver este panorama, nuestra indignación  va dirigida contra  esa violencia estructural del sistema, es decir, contra esa acumulación incesante de beneficios que no reparte ni comparte, contra esa democracia cuyas decisiones las toma la economía de mercado, la troika, y no el parlamento. Estamos en contra de la des-información constante que nos ofrecen la mayoría de los medios de in-comunicación que nos trasmiten  una forma especial de entender la vida, lejos de una mirada humanizadora desde abajo. 

A pesar de todo, mantenemos la esperanza utópica, porque la esperanza es una virtud de los pequeños. Los grandes, los satisfechos, no conocen la esperanza; no saben qué es. Son ellos, los pequeños, los que luchan, las personas empobrecidas, las que transforman el desierto en exilio. Se trata de tener y mantener un horizonte de esperanza, de que se vaya realizando ese ideal de vida digna para todos los SH. La esperanza hace cambiar la soledad desesperada, el sufrimiento humano, en un camino llano sobre el cual caminar para ir al encuentro de la vida digna. Y llegamos a la conclusión: dejémonos que nos enseñen qué es la esperanza. ¡Dejémonos enseñar la esperanza! Esperemos, comprometidos y confiados, la llegada de la Utopía, y cualquiera que sea el desierto de nuestras vidas y cada uno sabe en qué desierto camina, con qué silencio vive, cualquiera sea el desierto y el silencio de nuestras vidas, se convertirá en un jardín florido y en una sinfonía armoniosa. ¡La esperanza no defrauda a nadie! Lo decimos otra vez: “¡La esperanza no defrauda!” Está en lo más hondo de la persona, forma parte de la metafísica de la naturaleza humana. El Ser Humano, siempre espera algo, nunca dejan de esperar!!.

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UN APUNTE CRISTIANO: Jesús fue un subversivo

La subversión consiste en tratar de sentar los pilares de una sociedad que no se basa en los valores del dinero, el prestigio y el poder, sino en la libertad, la justicia y el amor.

Ellos, los judios,  insistían diciendo que Jesús  subvierte  al pueblo enseñando por toda Judea, empezando desde Galilea hasta aquí”.
El verbo “anaseíô” аνασειω (subvertir) está compuesto por la preposición “ana” y el verbo original “seíô”. Este verbo significa “agitar, sacudir, hacer temblar”. De este verbo deriva “seismós” de donde viene nuestro ·”seismo”, terremoto. La preposición “aná” significa “arriba, hacia arriba”. Aquí significa levantar al pueblo contra los de arriba.)

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