sábado, 27 de abril de 2019

LA CONDICIÓN HUMANA



José María García Mauriño
Diciembre 2014 y abril 2019

Hay algunos políticos que cuando realizan una acción inmoral, una corrupción por ejemplo, tratan de   justificar esa “debilidad” diciendo que  “es la condición humana”, ¿Es eso verdad? Qué entendemos por “la condición humana”? Lo intentamos explicar
1)    No se puede identificar la Condición Humana (CH en adelante) con la Naturaleza humana.
 Filósofos como Ortega y Gasset y Sartre dicen que no existe tal Naturaleza humana. Ortega dice que el Hombre no tiene Naturaleza, tiene Historia. Sartre considera que no existe la naturaleza humana. Para él, el hombre en su origen es algo indeterminado, y sólo nuestras elecciones y acciones forman el perfil de nuestra personalidad. Pero con estas afirmaciones Sartre se enfrenta a un problema: si no existe una naturaleza común a todos los seres humanos (SH), ¿por qué llamamos hombres y mujeres a todos los hombres y mujeres?, ¿en qué nos fijamos para reconocer en la otra persona a un semejante? Seguramente preocupado por estas dificultades,  en su conferencia “El existencialismo es un humanismo” introduce el concepto de “condición humana” (que para algunos intérpretes viene a ser un remedo de la noción de esencia o naturaleza): la condición humana, nos dice, es “el conjunto de los límites a priori que bosquejan su situación fundamental en el universo”. Estos límites son comunes a todos los Seres Humanos; es el marco general en el que invariablemente se desenvuelve la vida humana. Los existencialistas (entre los que se encuentran Sartre y Ortega)   resumen así la llamada CH: 1.estar arrojado en el mundo; 2.tener que trabajar; 3.vivir en medio de los demás; 4.ser mortal. Con estos cuatro puntos Sartre se refiere a la inevitable sociabilidad humana, a la inevitable libertad en la que vive el (SH) y a la inevitable indigencia material de nuestra existencia, indigencia que obliga al trabajo y a las distintas formas de organización social que sobre el trabajo se levantan. La existencia de la “condición humana” es lo que puede hacernos comprensibles los distintos momentos históricos y las vidas particulares; aunque los proyectos humanos sean distintos no nos son extraños porque todos son formas distintas de enfrentarse a estos límites. Esto quiere decir que Sartre rechaza la existencia de una naturaleza espiritual o física que pueda determinar nuestro ser, nuestro destino, nuestra conducta. Todos y todas pertenecemos a la misma raza humana.
2) La naturaleza humana no es estática.
Aristóteles lo dijo bastante claro, al tratar de definir en qué consiste esa Naturaleza humana  La palabra naturaleza, “phisis” (fisis), viene del verbo griego “fio” que quiere decir, nacer, brotar, crecer, desarrollarse. Y significa la capacidad de movimiento o de reposo de cualquier entidad. Nada estático, Todo SH es capaz de modificarse, de cambiar.

3)    El mito de la naturaleza humana inalterable.
La opinión que se tenga de la naturaleza humana es un concepto filosófico que influye también en la política, en el comportamiento de la gente y en sus expectativas. Si se difunde la idea, propia del platonismo, e incluso se la pretende demostrar «científicamente”, de que la naturaleza humana está creada de una vez por todas, bien sea por Dios o por el ADN, genoma humano, o como se denominen las nuevas “divinidades” de la ciencia, se admitirá fácilmente que las relaciones conflictivas son propias de la condición humana y no de las estructuras sociopolíticas, que la agresividad es propia de la naturaleza humana, y por lo tanto incorregible; que, por lo tanto, no vale la pena cambiar el medio social que genera esos conflictos y esa agresividad para con los demás seres humanos. Los efectos sociales de esta tesis son la desorientación, la incapacidad para identificar las contradicciones y sus causas y, lo que es peor, la sumisión y aceptación de la situación existente. Es lo  propio de la mentalidad capitalista que quiere mentes sumisas, no personas libres.

4)    La Condición Humana se refiere a acciones, comportamientos, costumbres que no pueden ser uniformes, son plurales. La CH es diversa, no es única.
La CH establece un criterio de igualdad: todos somos seres humanos (SH), todos somos personas, todos tenemos todos y los mismos derechos humanos, porque somos de la misma raza humana. Pero al mismo tiempo, dentro de la igualdad radical, somos distintos, hay personas listas y menos listas, altos y bajos, guapos y feos, asiáticos y europeos, etc. Somos distintos, plurales. Y cada SH, por otra parte, es único e irrepetible. La sociedad es plural, es la manifestación de la riqueza del SH. Pero, la CH no se puede esgrimir para justificar acciones desviadas, como la corrupción. Las “debilidades” de orden moral caen dentro del amplio espectro  de la CH. Sin embargo, no se puede decir sin más que la corrupción es propia de la CH. Se puede afirmar que Fulano de tal  es un corrupto y ésa es “su” CH, muy particular, pero no es “la” CH. La corrupción no es inherente al SH. En nosotros no encontramos unos rasgos fijos que determinen el ámbito de posi­bles comportamientos inmorales, o el de posibles conductas buenas dignas de toda alabanza. Para muchos autores esta afirmación es exagerada. Por ejemplo, desde las teorías religiosas se defiende que el SH, todo SH, tiene un alma y que ésta es precisamente su naturaleza. Y desde las teorías naturalistas como la de la biología, se indica que gracias a nuestra constitución genética y biológica el SH se realiza en lo fundamental del mismo modo en todos los SH de todos los lugares y de todas las épocas.

5)    El SH no es bueno o malo por naturaleza. Eso es un planteamiento de sabor teológico, al afirmar que después del pecado original (suponiendo que exista!) el hombre, el SH,  es “un ángel caído”, y ya está inclinado al mal desde que nace. Creo que tampoco cabe la tesis de Rousseau sobre la bondad intrínseca del SH, ni la de Hobbes, en sentido contrario. Lo que sí se puede decir es que una característica de la CH es que todo SH lleva en su entraña una buena dosis de cierta in-humanidad, y  que tiene que luchar para ser cada vez más humano.

6)    La Condición humana iría en la línea de los Derechos Humanos, lo que deberían ser todos los SH. Lo que nos iguala a todos los SH, lo que es común a toda la raza humana, Esa es la verdadera Condición Humana.

7)    Al explicar todo esto se podría concluir con una definición: La CH: “Es el marco o estructura estable en la que se desenvuelve toda la actividad de la vida humana”.

8) La CH es dialéctica: Es decir, unidad de contrarios: SH
9) como categoría universal y SH como ser particular En esta ocasión, los contrarios serían, la base común propia de todo SH, como una parte, Y la diversidad de conductas de cada uno, por otra. Cada SH es único e irrepetible. Lo uno, la base común no elimina al contrario, es decir, a la diversidad de comportamientos. No todas las acciones tienen el mismo valor, no todas van en la misma dirección, no elimina lo contrario. Son dos ingredientes propios de la unidad de la misma persona. Esta va realizando constantes cambios, en constante lucha, se va superando constantemente, no se queda en una actitud inmovilista. Solo así se puede avanzar en el  mundo.



  El otro es indispensable a mi existencia, es decir, mi existencia no es tal si no tiene en cuenta al otro, libre, que está frente a mí. No se puede hablar de naturaleza humana, pero sí de condición humana. La condición se refiere a los límites a priori que bosquejan su situación fundamental en el universo. Esos límites a priori pueden ser la contingencia o, también, la necesidad de estar en el mundo, no en el planeta Marte. Y tienen un aspecto objetivo (están ahí, se ven, se palpan) y otro subjetivo (los vive el propio sujeto, el hombre o la mujer).




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