José María García Mauriño
Diciembre 2014 y abril 2019
Hay algunos
políticos que cuando realizan una acción inmoral, una corrupción por ejemplo, tratan
de justificar esa “debilidad” diciendo
que “es la condición humana”, ¿Es eso verdad?
Qué entendemos por “la condición humana”? Lo intentamos explicar
1) No se puede
identificar la Condición Humana
(CH en adelante) con la
Naturaleza humana.
Filósofos como Ortega y Gasset y Sartre dicen
que no existe tal Naturaleza humana. Ortega dice que el Hombre no tiene
Naturaleza, tiene Historia. Sartre considera que no
existe la naturaleza humana. Para él, el hombre en su origen es algo
indeterminado, y sólo nuestras elecciones y acciones forman el perfil de
nuestra personalidad. Pero con estas afirmaciones Sartre se enfrenta a un
problema: si no existe una naturaleza común a todos los seres humanos (SH),
¿por qué llamamos hombres y mujeres a todos los hombres y mujeres?, ¿en qué nos
fijamos para reconocer en la otra persona a un semejante? Seguramente
preocupado por estas dificultades, en su
conferencia “El existencialismo es un humanismo” introduce el concepto
de “condición humana” (que para algunos intérpretes viene a
ser un remedo de la noción de esencia o naturaleza): la condición humana, nos
dice, es “el conjunto de los límites a priori que bosquejan su situación
fundamental en el universo”. Estos límites son comunes a todos los Seres
Humanos; es el marco general en el que invariablemente se desenvuelve la
vida humana. Los existencialistas (entre los que se encuentran Sartre y
Ortega) resumen así la llamada CH: 1.estar
arrojado en el mundo; 2.tener que trabajar; 3.vivir en medio de los demás; 4.ser
mortal. Con estos cuatro puntos Sartre se refiere a la inevitable sociabilidad
humana, a la inevitable libertad en la que vive el (SH) y a la inevitable
indigencia material de nuestra existencia, indigencia que obliga al trabajo y a
las distintas formas de organización social que sobre el trabajo se levantan.
La existencia de la “condición humana” es lo que puede hacernos comprensibles
los distintos momentos históricos y las vidas particulares; aunque los
proyectos humanos sean distintos no nos son extraños porque todos son formas distintas
de enfrentarse a estos límites. Esto quiere decir que Sartre rechaza la
existencia de una naturaleza espiritual o física que pueda determinar nuestro
ser, nuestro destino, nuestra conducta. Todos y todas pertenecemos a la misma
raza humana.
2) La
naturaleza humana no es estática.
Aristóteles lo dijo bastante claro, al tratar de
definir en qué consiste esa Naturaleza humana La palabra naturaleza, “phisis” (fisis), viene
del verbo griego “fio” que quiere decir, nacer, brotar, crecer, desarrollarse. Y
significa la capacidad de movimiento o de reposo de cualquier entidad. Nada
estático, Todo SH es capaz de modificarse, de cambiar.
3) El mito de la
naturaleza humana inalterable.
La opinión que se tenga de la
naturaleza humana es un concepto filosófico que influye también en la política,
en el comportamiento de la gente y en sus expectativas. Si se difunde la idea,
propia del platonismo, e incluso se la pretende demostrar «científicamente”, de
que la naturaleza humana está creada
de una vez por todas, bien sea por Dios o por el ADN, genoma humano, o como se
denominen las nuevas “divinidades” de la ciencia, se admitirá fácilmente que
las relaciones conflictivas son propias de la condición humana y no de las estructuras sociopolíticas, que la
agresividad es propia de la naturaleza humana, y por lo tanto incorregible;
que, por lo tanto, no vale la pena cambiar el medio social que genera esos
conflictos y esa agresividad para con los demás seres humanos. Los efectos
sociales de esta tesis son la desorientación, la incapacidad para identificar
las contradicciones y sus causas y, lo que es peor, la sumisión y aceptación de
la situación existente. Es lo propio de
la mentalidad capitalista que quiere mentes sumisas, no personas libres.
4)
La
Condición Humana se refiere a acciones, comportamientos, costumbres que no pueden
ser uniformes, son plurales. La CH es diversa, no es única.
La CH establece un criterio de
igualdad: todos somos seres humanos (SH), todos somos personas, todos tenemos
todos y los mismos derechos humanos, porque somos de la misma raza humana. Pero
al mismo tiempo, dentro de la igualdad radical, somos distintos, hay personas
listas y menos listas, altos y bajos, guapos y feos, asiáticos y europeos, etc.
Somos distintos, plurales. Y cada SH, por otra parte, es único e irrepetible. La
sociedad es plural, es la manifestación de la riqueza del SH. Pero, la CH no se
puede esgrimir para justificar acciones desviadas, como la corrupción. Las
“debilidades” de orden moral caen dentro del amplio espectro de la CH. Sin embargo, no se puede decir sin
más que la corrupción es propia de la CH. Se puede afirmar que Fulano de tal es un corrupto y ésa es “su” CH, muy
particular, pero no es “la” CH. La corrupción no es inherente al SH. En nosotros no encontramos unos rasgos
fijos que determinen el ámbito de posibles comportamientos inmorales, o el de
posibles conductas buenas dignas de toda alabanza. Para muchos autores esta
afirmación es exagerada. Por ejemplo, desde las teorías religiosas se defiende
que el SH, todo SH, tiene un alma y que ésta es precisamente su naturaleza. Y
desde las teorías naturalistas como la de la biología, se indica que gracias a nuestra
constitución genética y biológica el SH se realiza en lo fundamental del mismo
modo en todos los SH de todos los lugares y de todas las épocas.
5)
El SH no es bueno o malo por naturaleza.
Eso es un planteamiento de sabor teológico, al afirmar que después del pecado
original (suponiendo que exista!) el hombre, el SH, es “un ángel caído”, y ya está inclinado al
mal desde que nace. Creo que tampoco cabe la tesis de Rousseau sobre la bondad
intrínseca del SH, ni la de Hobbes, en sentido contrario. Lo que sí se puede
decir es que una característica de la CH es que todo SH lleva en su entraña una
buena dosis de cierta in-humanidad, y que tiene que luchar para ser cada vez más
humano.
6)
La Condición humana iría en la línea de
los Derechos Humanos, lo que deberían ser todos los SH. Lo que nos iguala a
todos los SH, lo que es común a toda la raza humana, Esa es la verdadera
Condición Humana.
7)
Al explicar todo esto se podría concluir con una definición: La CH: “Es el marco o estructura estable en la que se desenvuelve toda la
actividad de la vida humana”.
como categoría universal y SH como ser particular En
esta ocasión, los contrarios serían, la base común propia de todo SH, como una
parte, Y la diversidad de conductas de cada uno, por otra. Cada SH es único e
irrepetible. Lo uno, la base común no elimina al contrario, es decir, a la
diversidad de comportamientos. No todas las acciones tienen el mismo valor, no
todas van en la misma dirección, no elimina lo contrario. Son dos ingredientes propios
de la unidad de la misma persona. Esta va realizando constantes cambios, en
constante lucha, se va superando constantemente, no se queda en una actitud
inmovilista. Solo así se puede avanzar en el
mundo.
El otro es indispensable a mi
existencia, es decir, mi existencia no es tal si no tiene en cuenta al otro,
libre, que está frente a mí. No se puede hablar de naturaleza humana,
pero sí de condición humana. La condición se refiere a los límites a
priori que bosquejan su situación fundamental en el universo. Esos límites
a priori pueden ser la contingencia o, también, la necesidad de estar en el
mundo, no en el planeta Marte. Y tienen un aspecto objetivo (están ahí, se ven,
se palpan) y otro subjetivo (los vive el propio sujeto, el hombre o la mujer).
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