UNA REVOLUCION DE
LA ETICA
Jose María Garcia-Mauriño
Octubre
de 2019
Los criterios que rigen la ética son universales y universalizables.
Los criterios que rigen el mercado no son universales ni universalizables.
Ahora los quieren universalizar, "globalizar". Este Mercado no es
universalizable, porque es un mercado de unos pocos que tratan de imponerse a
la mayoria. Es unmuerte no de vida. No es universalizable este consumo propio
de los europeos y americanos, o del Occidente. La inmensa mayoría, más de 2/3
de la humanidad (más de 2000 millones de SH) no puede alcanzar el consumo de
Occidente. No es universalizable la
producción de armamentos, ni el escudo antimisiles, tampoco las drogas y la
prostitución. No es universalizable este sistema de Medios de Comunicación
social. Imponernos unas leyes del mercado como si fueran la solución de los
problemas de la humanidad; lo único que se exige es "tener fe en el
mercado". El presidente Bush decía en la reunión del G-8 en Génova que para
que aumentara la prosperidad en el mundo, había que disminuir los impuestos,
disminuir el grado de representatividad de los ciudadanos y ampliar la libertad
de mercado (Julio 2001).
¿Se pueden explicar las
leyes del mercado por las leyes de la naturaleza, por ese "ordo
naturae"? ¿Las leyes del mercado llegan a todos y a todas, con la
finalidad última de que la gente, los 7.000 millones de personas que hay en
este Planeta, existan y vivan? La naturaleza humana, incluido el cosmos, se
rigen por unos principios y valores que llevan al desarrollo de los seres vivos
y a la felicidad de los seres humanos. La fuerza que tiene este mercado no
tiene paralelo con la fuerza intrínseca que tiene la naturaleza. La fuerza
moral, intelectual y espiritual de los pobres y excluidos es más fuerte que el
poder del dinero y de las armas más potentes.
Esta revolución de la
ética no está llamada a regular o humanizar
el sistema actual, para evitar sus abusos y excesos. Algunos proponen
una "economía social de mercado". Es la propuesta de la doctrina
social de la Iglesia católica. Es el tipo de Iglesia conservadora que busca una
reconciliación entre el neoliberalismo y el cristianismo[1]. Y busca
reelaborar una doctrina social dentro de la lógica de la economía neoliberal
del mercado. En este proyecto se invierten millones de dólares y trabajan en él
miles de intelectuales afines a las Iglesias católica o protestante. Aquí se
identifica la defensa de la vida, de la familia y del mercado, se busca
moralizar el mercado y evangelizar a los empresarios. Este proyecto tiene mucho
poder, pero no tiene ética.
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